recherche

Accueil > Empire et Résistance > Afrique et Monde Arabo-Musulman > Kadhafi aún resiste, no tan derrotado, y la prensa oportunista argentina (…)

25 août 2011

Kadhafi aún resiste, no tan derrotado, y la prensa oportunista argentina ataca a Cristina.

par Emilio Marín*

 

Desde el domingo 21 la capital libia vio entrar a los enemigos del líder Muammar Kadhafi. La suerte del gobierno parece estar sellada, pero aún el conflicto no está cerrado. La OTAN, artífice de la guerra.

Hasta el sábado 20 de agosto, los cálculos sobre la guerra en Libia hablaban de entre 1.500 y 2.000 bajas sumadas de ambos bandos : el gobierno de Muammar Kadhafi asentado en Trípoli y las marionetas de la OTAN con base en Benghazi.

Ese sábado al anochecer comenzó la « Operación Sirena », mediante la cual la OTAN espoleó a sus aliados a penetrar en la capital, apoyados por numerosos bombardeos. Esa maniobra contó con refuerzos en tropas y armas provistas por barcos de la alianza atlántica, que se acercaron a la costa, según reportó desde Trípoli el periodista Thierry Meissan, fundador de Red Voltaire y alojado en el capitalino hotel Rixos desde mediados de junio.

Los ataques por aire, particularmente de aviones de Francia y Reino Unido, eran una de las grandes evidencias de que la agresión contra el país africano tenía visos de masacre, desde marzo de este año. El Consejo de Seguridad de la ONU votó ese mes la resolución 1973, que autorizó a establecer "corredores aéreos" e intervenir por razones humanitarias. Se debían salvar vidas civiles.

Ocurrió todo lo contrario, como resultado de las misiones de la OTAN. Hasta el inicio de la « Operación Sirena », Roland Lavoie, el coronel canadiense con sede en Nápoles, tenía planillas que informaban de 7.459 ataques sobre territorio libio. Ahora esa estadística es anticuada, como el saldo de 2.000 muertos más y 5.000 heridos que provocaron esos últimos raids.

Medios que disimulan.

La maquinaria propagandística estadounidense y europea, y de sus aliados conservadores de la Liga Arabe, trataron de disimular el dato de que la OTAN era el artífice de la guerra y del ingreso de los mal llamados « rebeldes » en Trípoli. Las imágenes de TV que recorrieron el mundo mostraban a milicianos mal entrazados que disparaban al aire, como si fueran los verdaderos héroes. De los bombardeos no había rastros, salvo en el agujereado complejo donde residía la familia Kadhafi. Del desembarco naval, ni noticias.

Esa omisión era interesada, porque en esa nueva vuelta de tuerca de la agresión externa habían sido asesinados tantos civiles como los que habían perdido la vida en los primeros seis meses del levantamiento. ¡En un día y medio, tantas bajas como en un semestre !

Pero las filmaciones de los referidos milicianos daban una cierta pista sobre cuáles eran sus patrones. Montados en camionetas 4x4, besaban las banderas de Estados Unidos, Francia y Reino Unido, y pateaban la cabeza de un monumento de Kadhafi (cualquier similitud con hechos similares de 2003 en Bagdad no es mera coincidencia).

La enviada de « La Nación », Elisabetta Piqué, reportó desde Trípoli que los soldados contrarios al gobierno gritaban : « Kadhafi fuck you ». « Thank you NATO (OTAN) for saving our lifes  ». « Thank you Sarkuzi (sic) ». El 18 de agosto aquí se los había catalogado como « marionetas de la OTAN ».

Derrotado pero no tanto.

El domingo 21 las agencias de noticias, haciéndose eco de las informaciones de los agresores, los jefes de la OTAN y sus marionetas en Libia, dieron por cerrado el conflicto. Supuestamente había una victoria espectacular de los figurones del Consejo Nacional de Transición (CNT).
Algunos hechos estaban probados, como que los "rebeldes" habían ocupado la mayor parte de la capital, con festejos en el emblemática Plaza Verde rebautizada De los Mártires. Tampoco se ponía en tela de juicio que luego de 64 misiles de la OTAN cayeran en estos meses sobre el complejo Bab al-Aziziya, donde vivía el líder libio, el lugar había sido tomado por sus enemigos. Sobre eso hubo abundantes crónicas e imágenes. No ocurrió lo mismo con dos hechos de sentido contrario. Una es que hubo resistencia posterior de los leales a Kadhafi, con unidades militares que estaban afuera de la capital y regresaron a la misma, y con francotiradores. Esto llevó a recuperar una parte de la ciudad en disputa y a que se vaciara de público la Plaza Verde, antes a puro festejo. Sobre esa recuperación no hubo ni una foto.

Arrestados.

Tampoco la hubo sobre un hecho ominoso que algunos periodistas simpatizantes de la causa de la OTAN refirieron superficialmente : la vendetta de las marionetas contra los leales. El 23 de agosto, Kim Sengupta, que llama "revolucionarios" a los mercenarios, cerró su nota del The Independent-Página/12, admitiendo que los vencedores ejercieron « acciones individuales de venganza, arbitraria y despiadada, sobre víctimas indefensas ». Como jefes de esas tropas habían proclamado que « colgarían » a sus adversarios, cabe suponer que esas venganzas no fueron una decisión individual.

Aquellas informaciones que desinformaban, valga la redundancia, sobre una supuesta victoria completa en Trípoli, fue sazonada con otras noticias falsas apuntadas a levantar el ánimo de los invasores. Tres hijos de Kadhafi habían sido arrestados. El fiscal argentino Luis Moreno Ocampo dio por válida la especie y puso en marcha el operativo para llevar a La Haya a uno los hijos Saif al-Islam, requerido en junio junto a su padre y un tío funcionario, para ser juzgados por crímenes de lesa humanidad.

Tal venta de humo se disipó cuando se supo que uno de los hijos, Mohammed, se había fugado de su lugar de detención con ayuda de militares leales. Y el otro, Saif, se presentó ante los periodistas del hotel Rixos : estaba libre y en plena tarea de resistencia. Kadhafi dijo por radio que estaba en Trípoli y no se rendía.

Las marionetas de la OTAN estaban ganando la pulseada pero no la habían definido y apelaban a mentiras. El fiscal argentino quedó en ridículo y con las ganas de servir a la verdadera autora de crímenes de guerra a la que La Haya, a la que no citará siquiera.

Ayuda internacional.

Los jefes del Consejo « Nacional » de Transición ya están clamando por una « ayuda internacional » de muchos millones de dólares. Barack Obama de vacaciones y otros líderes que disfrutan del sol como David Cameron, Nicolás Sarkozy, Angela Merkel y Silvio Berlusconi, están bien predispuestos, pero antes quieren que se consume el asesinato de Kadhafi y se aclaren ciertos puntos silenciados de las marionetas. A la Casa Blanca le agradaría que los milicianos de redes cercanas o partícipes de Al Qaeda, y que integran las tropas enemigas de Kadhafi, sean raleadas o disminuidas en el futuro elenco gubernativo.
Quedaría muy mal parado el presidente norteamericano si en el gobierno de transición aparecieran ocupando posiciones de importancia jefes vinculados con el grupo terrorista del extinto Bin Laden, que son parte de la revuelta.

La disposición a poner dinero, está. Por eso Sarkozy ha anunciado una próxima reunión de integrantes de la coalición imperial, para discutir los planes para Libia. Será una nueva demostración de que si finalmente Kadhafi es derrotado por completo, una nueva camada de personajes coloniales ocupará su lugar.

Y así podrá resultar que Mustafa Abdel Khalil y Mahmoud Jibril, virtuales presidente y primer ministro del CNT, tengan asegurada una cuota de dinero extra. A cambio deberán entregar más petróleo, abrir de par en par la economía a la depredación de las trasnacionales y, último pero no menos importante, entregar bases militares al Pentágono.

Desde crudo hasta Cristina.

El apetito por el crudo norafricano esta a la vista de todo el mundo. El canciller de Italia, Franco Frattini, confirmó que los "rebeldes" tienen firmados compromisos con la empresa ENI para operar rápidamente los yacimientos y refinerías en la presa reconquistada. Otras multis, como Tamoil, Exxon, Shell, British Petroleum y Chevron, renovarán su negocio en mejores términos que los acordados con Kadhafi en los últimos años.
Si la guerra en Libia se cierra con victoria de las marionetas, éstas tendrán su dinero y cuotas del poder que les deje su socio mayor, untado en petróleo y acovachado en nuevas bases militares.

En ese caso, los que alguna vez tuvieron alguna palabra de aliento con Kadhafi, tendrán que sufrir campañas adversas. ¿Acaso ofenderán a Berlusconi o Sarkozy, que supieron ser buenos amigos del libio ? No. Con ellos casi no se meterán. Pero sí tratarán de golpear a Cristina Fernández, que en noviembre del 2008 llegó a Trípoli como parte de una gira por países de Medio Oriente y se reunió con el presidente. El antecedente ya empezó a ser agitado por « La Nación », un editorial de « La Voz del Interior » y menciones de Pepe Eliaschev, en « Le doy mi palabra », de Canal 26.

¿Qué querían ? ¿Qué en el 2008 Argentina rompiera relaciones con Libia ? Estos medios monopólicos quieren que Kadhafi sea asesinado y se lleve a los odiados Cristina Fernández y Hugo Chávez al mismísimo infierno.

La Arena. Santa Rosa, 25 de agosto de 2011.

Retour en haut de la page

El Correo

|

Patte blanche

|

Plan du site