Accueil > Les Cousins > Amérique Centrale et Caraïbes > Guatemala- La GANA en su laberinto
Por Ileana Alamilla
Alai-amlatina. Guatemala, 28 de mayo del 2004.
Cinco meses duró el encanto en Guatemala. Propios y extraños participan de una u otra manera de las desavenencias gubernamentales y de la desilusión de constatar que el menú de promesas, ofertadas a una diversidad de electores, serán difíciles de concretar, algunas ya fueron incluso desechadas y otras están siendo analizadas para adecuarlas a la realidad por parte de los funcionarios de la Gran Alianza Nacional (GANA)
Aunque mucho entusiasmo generó en la ciudadanía guatemalteca la persecución de los señalados de participar en el saqueo del Estado, durante los primeros días del gobierno, está comprobado que ni la retórica ni el discurso o las medidas parciales son suficientes para suplir un plan de gobierno consistente, que busque reconstruir el derrumbe dejado por quienes estuvieron vinculados a la mafia y al crimen organizado durante el gobierno del Frente Republicano Guatemalteco.
La atención durante los meses de estreno gubernamental se centró en la persecución de esos pillos y criminales, algunos han sido capturados pero muchos están cobijados con el manto de la impunidad. Las revelaciones sobre los espectaculares fraudes y desfalcos continúan asombrando a la opinión pública. Basta mencionar lo que se ha publicado sobre los casos emblemáticos de estos crímenes económicos en contra de los y las guatemaltecas.
El pillaje del IGSS, cuyo monto desviado es considerado en aproximadamente 800 millones ; el del Ministerio de Gobernación, por más de 90 millones, los desfalcos a los bancos gemelos de Alvarado Mc Donald, amigo personal y financista del ex presidente Portillo, por 1,500 millones ; el del Crédito Hipotecario Nacional, por 105 millones ; en la Superintendencia de Administración Tributaria SAT por mas de
98 millones ; y los 400 millones desviados del erario nacional para ser depositado en cuentas privadas, en donde se han visto involucrados el ex Presidente Portillo, el ex Vicepresidente Francisco Reyes y sus allegados, en la llamada conexión Panamá, constituyen pruebas irrefutables de la descomposición de los involucrados.
Aunque continúan las detenciones, la realidad se impone cuando no pueden ser capturados todos los involucrados, cuando hay muchos mas involucrados en las sombras que además se benefician del dinero ajeno, cuando los recursos del ejército resultaron también parte de ese botín "democratizado" , cuando la misma Policía Nacional Civil participa de los ilícitos, cuando el gobierno tiene que enfrentar las consecuencias políticas y económicas del compromiso de pagar a los ex patrulleros de Autodefensa Civil.
La vulnerabilidad del gobierno de la GANA aumenta con el incremento de la inseguridad y la delincuencia, con el feminicidio alarmante, con el incremento de los precios de la canasta básica e hidrocarburos, con las denuncias de una excesiva fuerza de seguridad a cargo del presidente, vicepresidente y sus familias.
Campesinos, defensores de derechos humanos, empresarios, académicos analistas y otros actores y actoras sociales han visto con buenos ojos algunas medidas tomadas por el gobierno, pero mantienen una visión crítica de este corto período en el que no hay aún un panorama claro y temas fundamentales, como el desarrollo rural, la inseguridad, el feminicidio y la economía, no muestran indicadores positivos de resolución.
La crisis económica, la violencia e inseguridad, la conflictividad agraria y laboral, las deficiencias en el sistema de salud y la gran desconfianza social en la policía Nacional Civil son, entre otros, problemas que acompañan a diario a la población, que ya no puede seguir expectante y exige planes y acciones que tiendan a encontrar soluciones viables y oportunas.
Pero tal vez uno de los principales retos a vencer por el gobierno de Berger es el relativo a la reforma tributaria.
Los propios aliados naturales del presidente, el sector empresarial, en su mayoría adversa la propuesta de Pacto Fiscal y aunque dicen estar conscientes de la imperiosa necesidad de captar recursos que tiene el gobierno, su sensibilidad no llega a tanto como para aceptar el paquete tributario.
El sector económico en Guatemala siempre ha cuestionado o evadido el pago de impuestos, única forma de garantizar de alguna manera la redistribución de la riqueza. Esta renuencia se presenta de nuevo en esta coyuntura. Hay grandes cabildeos, maniobras, alianzas y componendas que lo que persiguen es frustrar cualquier intento de reformar la carga impositiva. Incluso se habla de gestiones para la aprobación de una amnistía fiscal que favorecería a los millonarios evasores de impuestos.
Y como a nadie agrada pagar tributos, las alianzas insólitas entre organizaciones populares y grandes propietarios se ha puesto en marcha. Incluso se han abierto los espacios mediáticos para que luzcan en portadas de los diarios los dirigentes que encabezan esta oposición.
En todo caso, el resultado de este conflicto repercutirá indiscutiblemente en el futuro de los servicios a cargo del Estado, tales como la educación, la salud, la seguridad y la infraestructura.
El encanto se rompió. Veremos en qué se convierte el proyecto empresarial.