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6 de diciembre de 2007

Estados Unidos y las situaciones en Bolivia y Venezuela

 

Los procesos de reformulación de constituciones en Bolivia y Venezuela, que para sus dos presidentes es de refundación de naciones, no es sólo un fenómeno de implicancias locales, sino que está entrelazado con una compleja dinámica de intereses internacionales, donde en esta región Estados Unidos es el eje.

Por Juan Francisco Coloane
Argenpress
. Buenos Aires, 5 de diciembre de 2007

Las iniciativas planteadas por Evo Morales, enfrentando la oposición violenta de un sector político, y por Hugo Chávez en Venezuela, cuyo proyecto se rechazó este domingo por un estrecho margen, no suceden en un momento cualquiera. Si hay una singularidad después de la Segunda Guerra Mundial y con posterioridad a la caída de la Unión Soviética es la posibilidad de desarrollar mayores grados de autonomía -o alguna, en ciertos casos- en aquellas naciones que han estado demasiado sometidas a un determinado alineamiento en su política exterior afectando sus políticas domésticas.

Sería un error visualizar las situaciones en Bolivia y Venezuela como fenómenos que responden a una desarticulación temporal del estado liberal. Por el contrario, son indicadores sólidos de que en ambos países los encargados de reencausar ese estado en el pasado, han operado pésimamente mal y lo más grotesco es que aspiran a reconquistar la cuota de poder perdido con un claro apoyo de la potencia hegemónica que está haciendo las cosas también muy mal a nivel global.

La mezcla de oligarquías criollas incompetentes, más un poder externo tradicional que apoya, y que ha fallado en las última décadas, comprobadamente no ha funcionado. Cuando se habla de insurgencias, o estados en crisis, o como en el caso de Bolivia y Venezuela, de intentos de reformular constituciones para "estados de excepción", sería prudente exhibir públicamente que se está explorando de verdad en el cuadro completo.

Un estado enfermo

Cuando Morales y Chávez anuncian los cambios constitucionales, la visión de que el proceso se llevaría a cabo sin brotes de crisis era insostenible. En ambos casos los estados -referidos tanto al poder político formal como a las personas- estaban en una situación límite, en cuanto a su capacidad de absorción a la desigualdad y desestabilización exacerbada.

Es en esta situación de crisis de estado, donde se podría aplicar con cierta libertad el concepto de biopolítica (R. Esposito) y el significado de los límites en el sentido de "vida o muerte del estado", en cuanto a un cuerpo social orgánico. Al mismo tiempo se trata de un estado enfermo orientado a la destrucción del tejido social y en algunos casos plasmando altos grados de sometimiento de la población a un concepto de gobernabilidad elitista.

Aunque las constituciones en ambas naciones evolucionó históricamente hacia algún grado (minúsculo según la mayoría) de participación ciudadana, su raíz de constituciones autoritarias para algunos de tiranía, u orientadas a sostener estados de excepción (en la conceptualización de Brian Loveman), se mantuvo en el tiempo.

Claramente, son constituciones concebidas desde la perspectiva de un estado liberal con agudas divisiones de clase, e insuperables desigualdades de acceso a los recursos, donde sobresale el arquetipo de una elite de poder oligárquico transformada en lobbysta del capital transnacional, como si alguna vez hubiera sido diferente.

La reformulación de constituciones ha colocado a Bolivia y Venezuela en una crisis mayor en el caso de ambos estados. Si bien las raíces de los procesos en ambos países son diferentes, en el contexto se unen a partir de la sincronía de los procesos políticos en las dos naciones, que ha estado expuesta al enfrentamiento con la actual política exterior de Estados Unidos.

La importancia territorial y la fragilidad económica

Ambos territorios son de importancia estratégica vital para Estados Unidos, sobre todo cuando el safari en el Medio Oriente y parte de Asia sur y central ha sido demoledor para su economía y su aspiración hegemónica. El mundo islámico y árabe son más antiestadounidenses hoy que en cualquier período pos Segunda Guerra Mundial y no es por culpa de Bin Laden o porque ese mundo se haya quedado estancado respecto al avance de la cultura occidental, como lo marca el cliché. Es una zona clave de recursos para la recuperación del sistema económico mundial.

En el proceso de recuperación del terreno perdido, para continuar con su hegemonía en la parte sur del hemisferio occidental Estados Unidos depende del cambio urgente en las actuales situaciones de Venezuela y Bolivia en particular. El proceso en Ecuador tiene otras connotaciones.

Venezuela está en la cabeza del subcontinente y Bolivia en el corazón. La Casa Blanca necesita con urgencia retomar la senda del control casi absoluto de esta parte sur del hemisferio occidental, del que ha mantenido por más de un siglo, y la situación actual -aunque fluida e imprevisible- no le es favorable desde ningún punto de vista.

La economía de Estados Unidos crece y parece sólida en la superficie, pero en su núcleo está vulnerable. Un dólar sostenidamente débil no contribuye estructuralmente a la recuperación. Podrán haber disminuido las tasas de desempleo de los dos dígitos en la década de los 80 hasta el 4,7% de octubre de 2007. Sin embargo, el déficit de la balanza comercial es abrumador: de U$S 152.119 millones ha crecido a U$S 817.303 millones.

En tres estados barómetros, como Michigan, Illinois y Ohio, el desempleo ha disminuido desde la década de los 80 porque la manufactura made in USA puede venderse aún a precios razonables, pero ¿qué sucede si se dispara el dólar nuevamente, como ocurrió en la crisis petrolera-financiera de 1973 y 1974 o si se el precio del petróleo sume en forma más brusca y se estaciona en precios más elevados?

En concomitancia, la sobrevaloración del euro -sostenida artificialmente por la contención del alza del dólar y el mantenimiento a la baja en las tasas de interés por la Reserva Federal no contribuye estructuralmente a la economía de la Comunidad Europea. ¿Qué sucederá con las economías, o zonas dentro los países del eurodólar que son más dependientes del "spillover" o chorreo de las economías más sustentables, con una brusca baja del euro? ¿Cómo se absorbe ese margen?

Pero ésta es una carrera contra el tiempo, en la cual tanto el reposicionamiento de Estados Unidos en la región como la refundación de algunas naciones, deberán a la larga suceder en un marco de mayor equilibrio, en caso contrario se enfrentará el inevitable alineamiento rígido del pasado. Estados Unidos en este proceso tiene más que perder. Mientras que para los países de la región, sobretodo los que han demostrado obtener un beneficio doméstico con mayores grados de autonomía -por ejemplo Argentina, Brasil, Uruguay- existen más dividendos favorables en juego.

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