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19 janvier 2005

Estados Unidos, Venezuela, Cuba, América del sur y los otros : Si no es la guerra que se viene, es...

 

Preocupación por la relación de Cuba y Venezuela, definición de ésta como "fuerza negativa", señalamiento de las ambiciones nucleares de Irán y Corea del Norte, entre otros, pintan el cuadro del próximo programa de exterior de Estados Unidos. "Ninguna nación puede construir un mundo mejor y más seguro por sí sola y esa convicción guiará mis acciones", la frase, dicha por la próxima jefa de la diplomacia de Bush, dista de ser naïf.

Por José Manuel Calvo *
El Pais, Washington, 19 de enero del 2005

Así será la "diplomacia" de Condi

Condoleezza Rice compareció ayer ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado como parte de su proceso de confirmación. Al referirse a América latina, dijo confiar en el comercio para promover "la democracia y el desarrollo económico" y aseguró que el gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez, constituye "una fuerza negativa". A dos días de que su jefe y amigo personal, George W. Bush, jure por segunda vez como presidente, Rice se comprometió a "enmendar" las relaciones del país con el resto del mundo a través de una diplomacia basada en "una conversación, no un monólogo". En su comparecencia señaló que las grandes prioridades serán Irak y Medio Oriente.

Salvo sorpresa de última hora, Rice, de 50 años, se convertirá en la segunda mujer al frente del departamento de Estado. Al ser consultada sobre la política que pretende llevar a cabo en su continente, declaró que el comercio es una de las maneras de contribuir al progreso de la democracia y al desarrollo económico de la región. Subrayó que el comercio es una "parte importante de la agenda con los países del hemisferio".

Por otra parte, la futura secretaria de Estado explicó que el gobierno de Chávez "es negativo en términos de cómo afecta a sus vecinos, negativa (por sus relaciones) con el único gobierno no democrático de la región (Cuba), negativa en el sentido de lo que está haciendo en el interior del país para suprimir la oposición", explicó. "Es un tema muy, muy serio."

Advirtió que Estados Unidos podría "actuar con otros para decirle a Chávez que este tipo de comportamiento no es aceptable en el hemisferio". Expresó su "profunda preocupación" por las "estrechas" relaciones entre Venezuela y Cuba.

En relación con Cuba, aseguró que "va a haber una estrecha atención a la aplicación de las recomendaciones de la comisión" que propuso reforzar el embargo contra el régimen de Fidel Castro el año pasado. En su discurso de apertura ante la comisión, Rice incluyó a Cuba entre "los reductos de la tiranía en el mundo", junto con Corea del Norte, Birmania, Irán, Bielorrusia y Zimbabwe, y prometió que Estados Unidos iba a "estar junto a los pueblos oprimidos" de dichos países.

Las cosas no fueron muy fáciles para Rice en la interpelación, sobre todo por los cuestionamientos de los legisladores de la oposición sobre el tema de Irak. Varios senadores de la Comisión le reprocharon a Rice sus declaraciones contradictorias sobre el peligro que representaba Saddam. Sus contradicciones, dijeron, constituían un patrón "muy preocupante". Además la acusaron de engañar a la opinión pública norteamericana sobre la capacidad nuclear de Irak. La principal acusadora de la actual asesora de seguridad nacional fue Barbara Boxer, senadora por California.

Antes de la guerra, dijo Boxer, Rice había esbozado la posibilidad de una "nube con forma de hongo" si Saddam no era derrocado. Después de la guerra, cuando se hizo patente que Saddam no poseía armas de este tipo, Rice dijo que nunca había hablado de amenazas de este tipo, agregó. Rice intentó defenderse respondiendo que se hallaba al tanto de lo que estaba en juego en la guerra en Irak y agregó : "Espero que podamos tener esta conversación sin dudar de mi integridad".

Rice reconoció que su país enfrenta "grandes desafíos tácticos" en Irak y se mostró evasiva sobre un calendario de retirada de las fuerzas norteamericanas. Esa posibilidad, dijo, es "directamente proporcional" a la capacidad de las fuerzas iraquíes de defenderse por sí solas de los terroristas, aunque admitió que todavía no están preparadas. La mujer demayor cargo en la segunda administración Bush dijo que estaba decidida a trabajar con otros países para mejorar la situación en Irak, y tender puentes hacia esas naciones con las cuales se había deteriorado la relación con Irak como resultado de la decisión de Bush de lanzar la guerra.

El senador John Kerry, candidato derrotado en las elecciones presidenciales de noviembre, señaló : "Salimos a la lucha para salvar a Irak y hoy nos vemos tratando de salvar nuestra política de nosotros mismos".

La futura jefa de la diplomacia de Estados Unidos declaró que se guía por la convicción de que "ninguna nación puede construir un mundo mejor y más seguro sola" y "esa convicción guiará mis acciones". Cuando dijo "ahora es el tiempo de la diplomacia", el presidente de la Comisión, el demócrata Joe Biden, fue rápido en atacar sus argumentos, al afirmar que "el momento de actuar de manera diplomática debería haber sido hace tiempo".

Respecto del tema de Irán y Corea del Norte, la funcionaria dijo que Estados Unidos y el resto del mundo deben estar juntos para conseguir que ambas naciones abandonen sus programas nucleares. "Debemos permanecer unidos para insistir en que Irán y Corea del Norte abandonen sus ambiciones respecto de contar con programas nucleares y elijan la vía de la paz", aseguró.

Destacó además que la prioridad de su gestión al frente de la diplomacia estadounidense será lograr una solución al conflicto entre palestinos e israelíes. Dijo que la expansión de la democracia en Medio Oriente seguía siendo una prioridad y que las elecciones palestinas hace poco más de una semana después de la muerte de Yasser Arafat ofrecían "un momento de oportunidad".

Además de los retos puramente profesionales, Condi -como la llaman sus colaboradores más cercanos e incluso el propio Bush- tendrá ante sí otro gran desafío : lograr una popularidad similar a la de Powell, muy respetado no sólo en el exterior sino también entre los funcionarios que trabajan a su cargo. Su ventaja frente a él es su cercanía y confianza con el presidente, hasta el punto que algunos analistas opinan que muchos de sus homólogos extranjeros se sentirán muy cómodos negociando con ella porque considerarán que será prácticamente lo mismo que si lo hicieran con Bush.

Iran, Corea y los que sigan

En el marco de los supuestos planes que el Pentágono tiene sobre Irán, George W. Bush ha vuelto a utilizar la fórmula habitual que emplea todo presidente : no descartar nada, y desde luego no descartar la posibilidad del empleo de la fuerza militar, en caso de que se confirme que "se está desarrollando un programa de armas nucleares en Irán y que sigue ocultándolo" a la comunidad internacional. Mientras que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) pidió ayer autorización para que sus inspectores regresen al centro militar iraní de Parchin, sospechoso de albergar actividades nucleares prohibidas según los estadounidenses, el ex presidente iraní Akbar Hachemi Rafsandjani, que sigue siendo un personaje importante del régimen, advirtió a Estados Unidos contra cualquier operación militar en Irán, que "no es el lugar ideal para aventuras".

"Espero que podamos resolverlo diplomáticamente, pero jamás descartaré ninguna posibilidad", dijo el presidente el lunes en una entrevista con la cadena NBC, en referencia a la posibilidad de que Estados Unidos inicie alguna acción militar contra Irán, por sus presuntos programas secretos de enriquecimiento de uranio con fines nucleares. Por otro lado, en su comparecencia de ayer ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Condoleezza Rice, la próxima secretaria de Estado, que mencionó a Irán en su lista de seis países que calificó de "bastiones de tiranía", dijo, refiriéndose a Estados Unidos y a sus aliados : "Debemos permanecer unidos e insistir para que Corea del Norte e Irán abandonen sus ambiciones de armas nucleares y elijan en cambio el camino de la paz".

Por su parte, el Pentágono ha desmentido con una rotundidad fuera de lo normal la información de que hay misiones estadounidenses de reconocimiento de posibles objetivos militares en Irán. Según el portavoz de Defensa, Lawrence DiRita, "las aparentes ambiciones nucleares del régimen iraní y su demostrado apoyo a organizaciones terroristas supone un desafío global que merece un tratamiento mucho más serio que el que Seymour Hersh proporciona en su artículo de The New Yorker titulado "Las guerras que vienen". En opinión del portavoz, el artículo "estaba tan cargado de errores básicos que quedaba destruida la credibilidad de toda la pieza". En su áspera reacción, el portavoz añadió que las fuentes utilizadas habían dado al periodista "rumores y afirmaciones sobre reuniones que nunca ocurrieron, planes que no existen y declaraciones que nunca han sido hechas". Pero, a la pregunta de si el Pentágono ha llevado a cabo misiones de reconocimiento sobre Irán, el Pentágono respondió que nunca se discuten públicamente las misiones ni las actividades de fuerzas especiales.

Por otra parte, The New York Times informaba ayer que el gobierno de Estados Unidos ha aplicado sanciones contra ocho importantes empresas chinas porque considera que "han ayudado a Irán a mejorar sus misiles balísticos". Según el Departamento de Estado, las empresas han hecho llegar a Irán "equipos y tecnología que figuran en las listas multilaterales de control de exportaciones". Washington ha adoptado las sanciones a partir de un informe de la CIA al Congreso, señala el diario, en el que se denuncia que las empresas "han ayudado a Irán a aproximarse a su objetivo de ser autosuficiente en la producción de misiles balísticos".

A toda esta tensión, se suma que los inspectores de la AIEA pidieron volver a Parchin, donde estuvieron el jueves de la semana pasada después de ocho meses de espera, para verificar que Irán no efectuó allí en secreto actividades nucleares con fines militares, como afirma Estados Unidos.

"La AIEA podría regresar a Parchin", pero aún no tiene autorización para esa segunda visita, declaró un diplomático cercano a la agencia de la ONU. Sin embargo, según él, esta solicitud se enmarca en el procedimiento rutinario y "hay muchas cosas que la AIEA quiere aclarar". Losinspectores, que tomaron diversas muestras el jueves, buscaban eventuales rastros de radiactividad que permitan decir si ha habido material nuclear en ese lugar. El hecho de que Irán se negara durante meses a permitir el acceso de la AIEA a esa instalación, alegando que debía preservar el secreto de sus actividades militares convencionales, contribuyó a despertar sospechas. "Cuando hayan efectuado sus análisis, confirmarán nuestras posiciones. Conocemos los resultados porque no tenemos actividades ilegales", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Hamid Reza Assefi. El vocero reiteró que su país volverá a enriquecer uranio algún día para garantizar el abastecimiento de combustible de sus futuras centrales nucleares civiles. Por su parte, el ex presidente iraní, respondió a Estados Unidos, ante sus declaraciones de que no descarta acciones militares contra su país, que "la amenaza de nuestros enemigos extranjeros no nos da miedo, saben bien que Irán, país histórico del Islam, con su civilización antigua, no es el lugar ideal para aventuras".

* De El País de Madrid. Especial para Página/12

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