recherche

Accueil > Les Cousins > Venezuela > Esperando la intervención en Venezuela

28 février 2004

Esperando la intervención en Venezuela

 

En Venezuela se vive la necesidad de detener la intervención de la OEA y de Estados Unidos. Así no más, así de trágico, así de simple. Ven en Haití un espejo, un campo de pruebas. Y el cerco que se le quiere tender a Hugo Chávez parece ir perfeccionándose.

Por Aram Aharonián
Brecha de Uruguay, desde Caracas.- 27 de Febrero de 2004

Mientras la gente sigue tirándose papelitos y agua en las calles y los mandatarios del Grupo de los Quince (Néstor Kirchner, Álvaro Uribe y Luiz Inácio Lula da Silva, incluidos) se reúnen en el Hilton Caracas para relanzar la cooperación Sur-Sur, un dictamen del Consejo Nacional Electoral -poniendo en duda la legitimidad de "apenas" un millón y medio de firmas para revocar el mandato presidencial- puso en vilo nuevamente la gobernabilidad del país. Y, nuevamente, los dirigentes de la oposición hablan de desobediencia, desacato al CNE y quizá seguir soñando con el desfile de los marines por las calles de La Guaira.

La decisión tomada por el CNE, la noche del martes de Carnaval, propone los días del 7 al 11 de marzo como fecha para que los ciudadanos acudan a 675 centros de recolección distribuidos a nivel regional, municipal y parroquial para manifestar si estamparon o no su rúbrica. La decisión es someter a una minuciosa verificación cientos de miles de firmas opositoras que presentan el mismo tipo de letra.

El CNE se pronunció por estudiar las 148.190 planillas con igual caligrafía y sin la firma de los dos observadores (un total de 1.481.900 firmas). Para los rectores que se cuadraron con la oposición, Ezequiel Zamora y Sobella Mejías, esa categoría no existe, por cuanto en ningún momento estuvo contemplada en las normas para regular los referendos revocatorios ni en los instructivos otorgados a los recolectores durante los "firmazos". Otro argumento es que se trata de una medida contra la buena voluntad de la gente que acudió a firmar.

Constitucionalmente, la oposición necesita 2.400.000 firmas válidas (el 20 por ciento del padrón electoral) y manifiesta haber entregado 3.400.000 firmas. Pero hay más de un millón y medio de firmas cuestionadas por no ser válidas : firmas duplicadas y hasta cuadruplicadas, de menores de edad, de extranjeros, con cédulas de personas muertas y huellas digitales fraguadas.

Mientras Chávez y las fuerzas bolivarianas han repetido una y mil veces que aceptarán el fallo del CNE, aunque les sea adverso, los principales voceros de la oposición siguen anunciando que si el fallo es contrario a sus intereses se generará un estallido de violencia.

"La oposición venezolana es tan impresentable, que no lograron recoger siquiera las firmas necesarias. Si no fuera tan prepotente, podríamos haber buscado una salida consensuada", reconocía un rioplatense de la misión de la OEA.

El problema no es solamente el de las firmas, sino la incapacidad de presentarse a un referendo revocatorio donde van a ser barridos por Chávez. En varios años de conspiración, el archipiélago de la oposición no se ha podido poner de acuerdo ni en una plataforma común y mucho menos aun en un candidato. La pregunta sigue siendo : después de Chávez, ¿qué ? Luego del fracasado golpe de Estado y sabotaje petrolero, sabe que no tiene fuerza interna para derrotar a Chávez y por eso parece haber activado una agenda oculta de desestabilización e intervención extranjera.

Para la OEA, hay duda razonable.

Los observadores de la OEA y el estadounidense Centro Carter consideraron "razonables y legítimas" las dudas del Consejo Electoral. "Existe preocupación acerca de la validez de las firmas estampadas en las denominadas planillas planas, donde la escritura de los datos básicos de las personas guardan similitud", dijo Fernando Jaramillo, el colombiano jefe de la misión de observadores de la OEA.

El escrito de la OEA añadió que "es preciso determinar si una persona ha firmado por otra", violando las normas donde se establece que es "personalísimo" el acto de firmar para solicitar un revocatorio. Se supo que los observadores internacionales sometieron a la consideración del consejo varias propuestas para analizar una "muestra aleatoria" -del 0,015 por ciento del total- de las firmas y resolver así las dudas.

El presidente Hugo Chávez envió al ministro Diosdado Cabello a Estados Unidos a entrevistarse con el ex presidente Jimmy Carter sobre el proceso refrendario, convencido como está de que existen factores importantes internacionales que están apoyando a la oposición para desconocer la decisión del CNE si ésta les es desfavorable.

Chávez conversó el lunes con Carter y con César Gaviria, secretario general de la OEA, y extrajo la conclusión de que ambos están desinformados. Chávez les dijo que si la oposición tuvo capacidad de reunir las firmas que aseguran reunieron en cuatro días, no deben tener problemas en cinco días de reparos para demostrar que esas firmas son legítimas. En la conversación, Carter expresó la creencia de que esas 1.400.000 firmas fueron recogidas en los centros de recolección, con observadores del oficialismo presentes, y Chávez le explicó que esas firmas fueron obtenidas en forma itinerante, sin ningún tipo de testigo.

¿Intervención ?

A medida que nos acercamos a fin de mes, cuando el Consejo Nacional Electoral haría su pronunciamiento oficial en torno a la recolección de firmas para el referéndum contra diputados de la Asamblea Nacional y contra Chávez, tanto el Departamento de Estado de Estados Unidos como las fuerzas de la oposición en Venezuela y sus aliados de la derecha europea han emprendido una serie de ataques tratando de desprestigiar al Consejo Electoral y amenazando que si la decisión no los favorece se generará violencia. Argumentan que independientemente del número de firmas válidas, la única manera de garantizar la paz es otorgándoles a ellos la oportunidad de un referéndum.

La Constitución venezolana establece claramente que sólo con un 20 por ciento de firmas válidas se puede convocar un referendo revocatorio. No son consideradas válidas las firmas falsas o clonadas, ni los duplicados, ni las de los menores o los muertos, y cuando una persona firma por otra no se trata de un "tecnicismo", como el Departamento de Estado y algunos miembros de la oposición lo llaman, sino de un acto ilegal. Es "ese detalle" que les faltó poner en claro a la gente de la OEA y del Centro Carter : no hay duda alguna de que se trata de un gran fraude, en el que más de un millón de firmas no son válidas.

A medida que el fracaso de la recolección de firmas se hace evidente, la oposición venezolana y Richard Boucher, Roger Noriega y otros voceros del Departamento de Estado junto con US World and News Report, y otros medios de comunicación comerciales han estado presentando una versión distorsionada de los eventos en Venezuela. Todo esto con el objetivo de crear las condiciones para una intervención política y militar de la OEA en ese país.

En los últimos cinco años, una cadena interminable de políticas injerencistas y diversas agresiones han caracterizado las dos últimas administraciones, tanto la de Bill Clinton como la de George W Bush, cada una con evidentes "intereses de Estado". Desde las pretensiones del ex presidente Clinton de que se autorizaran los vuelos de aviones en labores de inteligencia por el espacio aéreo venezolano, hasta la abierta participación del presidente Bush y su combo cubano-estadounidense en el financiamiento, organización y ejecución del cruento golpe de Estado del 11 de abril de 2002 que llevó, incluso, a que altos oficiales militares estadounidenses presentes en la sede del Fuerte Tiuna, punto neurálgico del ejército venezolano, debieran coordinar tareas de los militares aborígenes.

El entrometimiento abierto se ha elevado a niveles verdaderamente insólitos e inadmisibles desde que Charles Shapiro es embajador de Washington y a la vez pareciera una de las cabezas de la oposición, opinando descaradamente sobre los asuntos exclusivos de los venezolanos e impulsando la creación de una "oficina para la transición" en su embajada, supuestamente para después de la caída de Chávez.

¿Estamos, acaso, en una encrucijada, en un peligro de intervención militar abierta ?, se pregunta el analista Humberto Gómez García. Denunciar el descubrimiento del financiamiento de grupos, grupúsculos, partidos y sectores de la extrema derecha neofascista -aceptado sin escrúpulos por el Departamento de Estado- fue la gota que rebasó el vaso, porque eso está unido a la estrategia de querer derrocar al gobierno a través de un golpe o fraude de firmas para solicitar el referéndum revocatorio del presidente. Descubierto como está el fraude de millones de firmas, Bush tiene la pretensión de que el árbitro sea la OEA o el Centro Carter, es decir, un supragobierno donde deciden por los venezolanos.

Hay que recordar que Estados Unidos no condenó a los golpistas y acepta en su territorio a imputados de terrorismo en Venezuela. Existen pruebas de financiamiento de Washington a las principales organizaciones de la oposición, con subsidios millonarios a la campaña del referendo revocatorio contra el presidente Chávez a través de la asociación Súmate y otras supuestas ONG.

Retour en haut de la page

El Correo

|

Patte blanche

|

Plan du site