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17 mai 2004

"En Saladillo muchas tierras que eran de ganadería hoy están dedicadas a la soja, un fenómeno nacional", dijo Boy

 

La Mañana, 16 de mayo del 2004

"¡El chino o japonés jamás comen milanesas de soja !", sentenció el ingeniero Boy, integrante de Grupo de Reflexión Rural. Y dijo : "La exportación argentina, tanto de aceite de soja como de soja en grano o pelet, es destinada a China. Pero el grano que exportamos a ese país no es para consumo humano, sino para alimentar ganado". Ahora bien, "¿dónde está la ganadería ?", se preguntó. "Está en corrales de hacinamiento, que no son otra cosa que campos de concentración de animales donde el vacuno es sometido a una forma cruel de engorde. Esa es la carne que hoy consumimos", criticó. COPETE

La charla ofrecida por profesionales del Grupo de Reflexión Rural el último viernes en el Galpón Cultural de Saladillo - tal como lo difundió este medio en su edición del sábado - generó una notoria repercusión en la opinión pública.

Los comentarios vertidos por el ingeniero agrónomo Adolfo Boy, quien se desempeñó durante varios años en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y el joven biólogo Marcelo Viñas, sirvieron para originar un constructivo debate en torno al auge de la soja en nuestro país.

A partir de los testimonios del documental "Hambre de soja", creado y editado por Viñas, un numeroso grupo de vecinos y profesionales de Saladillo tuvo acceso a "la otra cara de la moneda" que hoy ofrece la significativa producción sojera.

En la conferencia - programada por el grupo defensor del medio ambiente ECOS (Crecimiento Ecológico con Organización Solidaria) creado a principios de este año en Saladillo -, Boy y Viñas calificaron de "grave" la situación originada actualmente por la soja.

Modelo agroexportador

"¡El chino o japonés jamás comen milanesas de soja !", sentenció el ingeniero Boy al referirse a la vorágine exportadora de esa leguminosa. Y argumentó : "La exportación argentina, tanto de aceite de soja como de soja en grano o pelet, está destinada a China. Pero el grano y pelet que exportamos a ese país no es para consumo humano, sino para alimentar ganado".

Según el profesional, "en este momento Argentina está produciendo más que nada una proteína barata para alimentar ganado". "En realidad, al ganado deberíamos producirlo nosotros. Fácilmente hemos optado por el modelo de producir materia prima, en vez de producir el mayor valor agregado, que es vender carne de calidad. Indiscutiblemente producíamos carne con fama mundial hasta que la ganadería —y esto es otra consecuencia del modelo de la soja— fue desplazada de las tierras."

Anabólicos

En Saladillo mismo - manifestó Boy - "muchas tierras que eran de ganadería hoy están dedicadas a la producción de soja". "Esto no es sólo un fenómeno local, sino nacional", acotó el ingeniero.

Ahora bien, "¿dónde está la ganadería ?", se preguntó Boy. "Está en corrales de hacinamiento (feed lot). Son campos de concentración de animales, donde el vacuno es sometido a una forma cruel de engorde. Esa es la carne que hoy consumimos", dijo.

Indicó que "esto no sólo ha empobrecido a mucha gente —la cual hoy fue expulsada del campo—, sino que también nos ha empobrecido a nosotros en cuanto a la calidad de los alimentos que ingeríamos".

En su momento - insistió Boy - "tuvimos fama de ser los mejores productores de carne del mundo". Ahora resulta que "recientemente arribó una comisión de la Unión Europea a nuestro país diciéndonos : ’Miren que la cuota Hilton, que es la carne que exportamos, deber ser de animales criados a campo y con pasto’".

Pues bien, "hace escasos días la Secretaría de Agricultura y Ganadería, luego de que nosotros lo hayamos denunciado hace al menos seis años, prohibió el uso de anabólicos". "El público tiene que saber que la mayor parte de la carne que estamos comiendo tiene antibióticos."

La soja y sus perjuicios

Boy dijo que "en un país como Argentina —que dio tantos Premios Nobel— no se comía mal". "Es decir, era un país que tenía una cantidad de proteínas y alimentación variada. Nosotros no sólo producíamos proteínas vacunas, sino que teníamos proteínas a partir de arbejas y otros productos. Éramos la ’república legumbrera’ de América Latina. Nuestra arbeja se exportaba fundamentalmente a Brasil. La lenteja, que era la base de lo institucional, se exportaba a Sira, Turquía, Asia... Todas esas producciones eran seguras."
"La soja, en cambio, tiene muchos inconvenientes. Ningún oriental (chino, japonés, etc) come soja como tal. La fermenta, la modifica y, sobre todo, sabe muy bien que no se puede consumir indiscriminadamente", consideró el entendido.

En este sentido, Boy señaló que "nadie desconoce el alto contenido de fitoestrógenos" de la soja, que "para los varoncitos tiene sus problemas y que, en algunos casos, puede generar dificultades en las personas adultas".

Impacto negativo en la agroindustria

El video "Hambre de soja" indica además que, con muy buena voluntad, a partir de la necesidad socioeconómica y de los altos niveles de pobreza que observa el país, "hoy se quiere dar de comer garrapiñada de soja". "¡No... Eso no es posible !", exclamó Boy.
"Lamentablemente, hemos llegado al punto tal de dejar de producir maní, y el Estado no tiende a proteger esa producción. Incluso, hemos dejado de producir leche. A partir de este proceso de la soja, desaparecieron alrededor de 20.000 tambos. ¿Vamos a decir que nuestra producción tambera era ineficiente ? No. En absoluto. Era la mejor de Latinoamérica. Si no hay protección, si el producto importado de Dinamarca es más barato que el que se produce en el país, no hay tambo que aguante. En este momento, por ejemplo, estamos importando leche de Uruguay", manifestó el ingeniero.

Crisis ocupacional

"Hemos desplazado los tambos, cuando el tambero generaba mucho trabajo", añadió el profesional de Grupo de Reflexión Rural.

Por lo tanto, "debemos insistir en el futuro en producciones donde haya mano de obra". "Esto es muy importante y todos los municipios deben tenerlo en cuenta. Se habla mucho de la industria. Bienvenida sea. Pero la industria moderna tiene muy poco empleo. Es automatizada o robotizada."

Pues bien : "¿Dónde podemos encontrar realmente una absorción de mano de obra ? Podemos hallarla en emprendimientos donde exista producción intensiva. De ahí que proyectos como el INTA Pro-Huerta y huertas comunitarias, sirven".

"Hay que pensar en agrandar chacras, donde exista producción de proteínas a través de variedad de productos. Por ejemplo, si tengo excedentes de harina o arbejas, puedo alimentar pollos, cerdos, etc. Todo eso tiene que formar un cinturón alrededor de las ciudades..."

¿Qué país queremos ?

Para evitar los inconvenientes citados, Boy aseguró que "se necesita una política de Estado". "Esto va más allá de cuatro años. Hay que pensar qué país queremos. Algunos dicen que ’la soja está aquí para quedarse’."
"En una escuela de Saladillo, pregunté a los alumnos : ¿Ustedes se quieren ir del país o se quieren quedar ? Si se quieren quedar, piensen que hay que desarrollar producción local y, a la vez, saber cuál es esa producción."
"Hay que pensar que en el futuro, lo energético y los combustibles fósiles van a escasear. De hecho, existe una guerra en curso en un país (Irak) que produce combustible fósil..."

"Todo lo energético, ¿cómo se soluciona ? Manejando el suelo, la ecología, el medioambiente, produciendo sano... ’¿Pero así no se puede dar de comer al mundo ?’, me dirían. ¡Que me perdonen, pero el modelo sojero no trajo la solución del hambre, sino que generó hambre en el país ! Entonces, yo creo que tenemos que poner en blanco sobre negro y decir que acá hay una propuesta destinada a lograr que se concentre la producción en pocas manos... Para que haya un fuerte desarrollo local, tiene que haber una decisión política", enfatizó Boy.

EPÍGRAFE

BOY= Grupo de Reflexión Rural. Ingeniero agrónomo Adolfo Boy.

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