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Clarín, el emporio periodístico más importante de la Argentina tiene como slogan "Un toque de atención para la solución argentina de los problemas argentinos". La Nación fue fundada por Bartolomé Mitre bajo el concepto de ser "Una tribuna de doctrina".
Por Hugo Presman
1° de abril del 2004
Un toque y una tribuna
El ex diario de los Mitre, tiene el mérito de la frontalidad. Sus posiciones políticas son siempre claras y antinacionales, exteriorización concreta de la vieja oligarquía ayer, y de los intereses financieros hoy. A través de sus páginas se escucha la voz potenciada de las privatizadas, de los acreedores, y de los organismos internacionales. Y sus columnistas políticos estrellas pasan muchas veces al castellano las sugerencias en inglés de la embajada.
Clarín es mucho más sinuoso, oscilante y acomodaticio.
Nacido bajo la inspiración de Roberto Noble, un simpatizante del fascismo que ya maduro fue seducido por el desarrollismo y sus ideas industrialistas. A su muerte y en función de los problemas sucesorios entre su mujer y la hija de un matrimonio anterior, fue cooptado por el frigerismo hasta que Ernestina Herrera, su viuda, pudo desprenderse de su abrazo económico para consolidar una prospera asociación de negocios con el gerente y socio Héctor Magnetto. La diversificación de actividades, su influencia notoria en la vida política argentina, explica sus posiciones fluctuantes apoyando a Menem y luego oponiéndose a él, apostando por Bordón - Alvarez y luego por la Alianza.
El bochornoso oficialismo durante éste gobierno, en donde llegó en algunos momentos a escribir un verdadero y auténtico "diario de Irigoyen" en favor de Fernando de la Rúa. Ambos diarios fueron cómplices y socios de la dictadura criminal en Papel Prensa, un negociado que permanece en un cono de sombras en función de la trascendencia y capacidad de obstrucción investigativa de ambos medios. Los dos diarios se encuentran muy endeudados y fueron sucesivamente beneficiados con medidas económicas y leyes por los gobiernos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. La ley de bienes culturales que impidió la compra de ambos medios por acreedores externos es conocida familiarmente como "ley Clarín".
Las prácticas monopolística del "diario argentino" han sido padecidas por todos los competidores reales o potenciales. La denuncia sobre el contrabando de armas, un trabajo investigativo de excelente nivel, poco frecuente en el diario de Noble en la época ascendente del menemismo, involucró a su otrora empleado jerarquizado Oscar Camillón, Ministro de Defensa de Carlos Menem y colaborador de la dictadura criminal.
Cabecera de playa
En "La Nación" del domingo 14 de marzo el columnista estrella Joaquín Morales Solá titula su comentario político "Las razones del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional" el cual remata de la siguiente manera: "Pero en el mundo revolotea como un fantasma sin nombre otra condición: que los gobernantes argentinos se olviden del combate callejero contra el Fondo y contra los acreedores. No es esa una forma de negociar que pueda aceptarse fácilmente del otro lado de la frontera. Hay que oír el consejo, porque es probable que no haya una segunda oportunidad en un mundo empapado por el pánico y el crimen".
Dos días más tarde, el 16 de marzo en el diario Clarín, la periodista Ana Barón le realiza un reportaje concesivo a la mandamás del Fondo, "la sensual y simpática" Anne Krueger. Ante la pregunta "Muchos observadores piensan aquí que parte de la retórica de Kirchner está dirigida al frente doméstico", Krueger responde: "Entiendo. Pero eso tampoco ayuda". La periodista comenta: "Aluden que el discurso anti - Fondo es popular y contribuye a la consolidación del poder de Kirchner" a lo que la jefa del FMI responde: "Es desafortunado. No es una buena lectura de los intereses económicos argentinos. Sería bueno que enfríen la retórica. Esto mejoraría mucho la relación de los dos lados". Como el cartel que figura en muchas películas, toda relación entre el pensamiento del Fondo y Joaquín Morales Solá es mera coincidencia.
Mariano Grondona, el mismo día, sostiene en función del superávit fiscal: "El problema es que para llevar ésta cifra ( superávit del 3%) más arriba sin ajustarles el cinturón a los argentinos ya no bastaría con administrar. Además habría que reformar las estructuras obsoletas y dispendiosas de nuestra burocracia". El divagador en griego sigue con su casette eterno. Nada de afectar con impuestos progresivos a sus anunciantes. El problema es un Estado anémico y descuartizado. Anne Kruger sostiene: "El problema fiscal debería haber sido corregido en 1997. Y si en ese momento hubiera habido una corrección, podría describir un escenario en el que el gobierno hubiera podido evitar todo lo que ocurrió......Dado que la Argentina había hecho tantas cosas bien, la gente pensó que llegado el momento iban a hacer el ajuste......con Carlos Menem tenía una historia de disciplina fiscal como ningún otro país latinoamericano tenía. La Argentina tenía demasiada credibilidad y esa fue parte del problema."
La economista miente, con la misma irresponsabilidad con que afirma ante la pregunta que porque el Fondo siguió dándole créditos a la Argentina, que ella no estaba entonces en el organismo internacional. Ignora, o escamotea alevosamente a la verdad, ya que Menem no tuvo superávit fiscal, salvo en 1993 y con contabilidad creativa. Y si alguien tiene la supina idea se seguir las instrucciones del Fondo observen la voracidad elevado a nivel de gula del Fondo. Ante la pregunta de cuanto debe ser el superávit que no perjudique el crecimiento, elogia a Brasil que tuvo un decremento del PBI del 0,8% e incrementó la desocupación siguiendo las recetas impuestas y responde con impavidez pétrea: "Turquía tiene un superávit del 6.5% y crecimiento económico....lo más importante es tener las cuentas fiscales en orden" Ese mismo argumento esgrimen los columnistas económicos de La Nación extraídos de los antros de gestores de negocios del CEMA, FIEL y Cia. Todos hijos de la Escuela de expectativas racionales de Robert Lucas, el mismo que los acólitos de Miguel Angel Broda, Roque Fernández, Mariano Grondona, llevaron a Olivos para que se entreviste con Carlos Menem en 1996. La idea básica es que los agentes económicos siempre actúan con absoluta racionalidad. Toda intervención del Estado afecta esa racionalidad.
Grupos y medios que actúan como cabecera de playa de políticas antinacionales que terminaron llevando a la Argentina desde hace treinta años a una situación deplorable.
El Fondo pide la revaluación del peso, para que la recaudación impositiva transformada en dólares potencie su volumen en dólares, pareciendo ignorar que eso ocasionaría una baja en las exportaciones y un incremento en la importaciones acercándonos a los efectos depredadores de la convertibilidad. Será casualidad que a los pocos días, el 15 de marzo en La Nación, el economista argentino pero fondomonetarista por adopción, Guillermo Calvo sostiene: "Hay que revaluar el peso para negociar mejor la deuda......Se puede pagar con un superávit del 3% pero con un tipo de cambio más bajo... el crecimiento tiene patas cortas si no se llega a un acuerdo con los tenedores de bonos".
El candidato presidencial de La Nación, Ricardo López Murphy fue asesor del Fondo Monetario, y el futuro presidente de este organismo, el español Rodrigo Rato le habría propuesto ser su asesor. ¿En nombre de quién actúa el ex radical cuando pide pagar íntegramente la deuda? Y cuando Argentina y Brasil intentan coordinar esfuerzos, el hombre de FIEL esgrime la soberanía. Dice en La Nación del 6 de marzo: "... la idea de negociar deudas de una manera conjunta implica de parte de los parlamentos la cesión de soberanía."
Rendición incondicional
Mientras el licenciado en filosofía Santiago Kovadloff hace un aprendizaje profundo hacia la línea editorial de La Nación y un esfuerzo para ser aceptado por el establishment, cuyo primer paso fue su opción por Ricardo López Murphy, sus notas se sumergen en un primitivismo sugestivo. El 12 de marzo en una columna de opinión titulada "Terrorismo y democracia" afirma: "Queda claro: no hay convivencia posible entre democracia y terrorismo. Donde uno prospera, el otro languidece. De modo que se combatirán a muerte donde se disputen un mismo escenario, donde ambos busquen protagonismo. Para hacerlo, uno se valdrá de la ley, el otro, de la violencia criminal. Una aspirará a juzgar y condenar de conformidad con la Justicia. El otro, a exterminar sin más". Kovadloff parece ignorar el origen fraudulento de Bush, el haber instrumentado una criminal mentira para invadir a Irak, país que nunca se sospechó vinculado al atentado a las Torres Gemelas. Las violaciones a las elementales convenciones a que son sometidos los prisioneros de Guantánamo. Pero según Kovadloff, educado en la escuela maníquea de Grondona, de un lado está la condensación de virtudes y del otro lado la cristalización del mal. Tanto años en la Facultad de Filosofía y Letras, para terminar coincidiendo con el fundamentalismo ’bueno’ de Bush.
Pero en materia de rendición incondicional, el que resulta insuperable es el mediocre escritor y pensador trasnochado Marcos Aguinis. Después de sostener que López Murphy, a quién apoyó en su candidatura presidencial es una persona de centro izquierda sin contactos con el establishment, se reunió con otros congéneres de similar catadura intelectual como Mario Vargas Llosa, Carlos Alberto Montaner, Plinio Apuleyo Mendoza (dos de los tres autores del deplorable Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano), Enrique Krauze entre otros. Promovido el encuentro por José María Aznar a quién Aguinis rinde pleitesía diciendo: "Antes de retirarse con gloria", las conclusiones están a la altura de los concurrentes. Según el mejicano Krauze, al que adhiere entusiastámente Aguinis los cuatro paradigmas del atraso latinoamericano que parecían haberse conseguido superar en los últimos quince años son: el militarismo, la revolución marxista - leninista - stalinista - trotskista - maoísta, el populismo y las economías cerradas. Y para no dudar a quienes sirven estos prototípicos exponentes de los perfectos idiotas latinoamericanos Krauze afirma "que es urgente analizar el aislamiento que sufre la primera potencia mundial". Como en los aviones, es conveniente y prudente tener a mano una bolsita para repentinas insubordinaciones estomacales.
Mientras el ex presidente Eduardo Duhalde firma una nota en Clarín de fecha 18 de marzo en que cita una frase del Secretario de Estado Colín Power que dice brutalmente: "Nuestro objetivo con el ALCA es garantizar a las empresas norteamericanas el control de un territorio que va del Polo Artico hasta la Antártida, libre acceso, sin ningún obstáculo o dificultad, para nuestros productos, servicios, tecnología y capital en todo el hemisferio", un frecuentador de las páginas de La Nación, el historiador económico Roberto Cortés Conde dice el 20-03-2003: "El ALCA le conviene enormemente a la Argentina". El historiador parece suscribir las peregrina teoría que la violación mejora la sexualidad y autoestima de la víctima.
Está claro: si no queremos comprarnos un buzón, el toque de atención argentino es no escuchar un clarín que invite a suscribir las argumentaciones de una Tribuna de Doctrina.
* Hugo Presman es periodista.