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27 octobre 2005

El presidente bolivariano inauguró el Encuentro Latinoamericano en Caracas

 

Con un discurso de casi dos horas al final de la primera jornada, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela abrió el Primer Encuentro Latinoamericano de Empresas Recuperadas, que se realiza desde el jueves en la ciudad de Caracas con la participación de trabajadores de Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Haití.

Por Daniel Badenes
Caracas, 27 de octubre de 2005

Con un gran despliegue organizativo, el gobierno venezolano ha logrado reunir a casi 250 empresas autogestionadas sudamericanas. La mitad de ellas proviene de Argentina, que forma la delegación más numerosa, integrada por unas 300 personas, integrantes o allegadas a las cooperativas que surgieron de la acción colectiva de los trabajadores para recuperar sus fuentes de trabajo. La comitiva incluye a miembros del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), la Federación de Cooperativas de Trabajo (FECOOTRA), el Area de Empresas Autogestionadas de la CTA, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el Polo Obrero. Estos movimientos y organizaciones congregan a variadas experiencias que comparten una historia : nacieron de la necesidad de recuperar el trabajo y hoy, autogestionadas, son un ejemplo de que se puede producir sin patrón.

"Este encuentro ha sido motorizado por los trabajadores. Y el gobierno venezolano les ha dado su apoyo", enfatiza Edmée Betancourt, la ministra de Industrias Ligeras y Comercio de Venezuela, que participó de buena parte de la jornada, en alusión a la propuesta inicial, surgida de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) venezolana, la PIT-CNT uruguaya y el MNER argentino. No obstante, la presencia del Estado venezolano es notable. Así se evidenció en el cierre de la primera jornada, cuando los 700 participantes del encuentro se congregaron en el Teatro Teresa Carreño para escuchar las palabras del presidente bolivariano, Hugo Chávez Frías. "Esto no se veía antes en América Latina. Nunca se vieron antes eventos como éste, que reúne a trabajadoras y trabajadores de empresas recuperadas", dijo Chávez, presentado como el líder indiscutido de la revolución bolivariana : "Estos son signos y señales de la llegada de una nueva era. Estamos ante una oportunidad única de construir una patria grande donde quepamos todos".

Toda la jornada estuvo cargada de fervor bolivariano, pero con el discurso del presidente venezolano el Teatro Teresa Carreñó estalló de aplausos, ovaciones y cánticos. Como siempre, Chávez narró anécdotas y evocó historias de Simón Bolívar y otros próceres latinoamericanos. Pero lo más significativo de la noche fueron sus alusiones al ALCA, por la proximidad de la Cumbre de las Américas, y por supuesto sus propuestas en torno a la reunión de las empresas recuperadas.

Chávez anunció la realización de un segundo encuentro, el año próximo, que podría ampliar su alcance : "por qué no, con los trabajadores de Estados Unidos y Canadá", sugirió, trazando una diferenciación entre el pueblo norteamericano y su presidente terrorista, George Bush : "La popularidad de aquel caballero sigue palo abajo, cada día más. La economía y el déficit fiscal también… Es un gigante que va a terminar siendo de papel", diagnosticó antes de aludir al "muerto" proyecto del ALCA, que originalmente se previó poner en funcionamiento desde el 1º de enero de este año. La resistencia social pudo más : "Llegará el 4 de noviembre y diremos : el ALCA, ¡al carajo !". El líder bolivariano resaltó, en cambio, su propuesta para forjar una Alternativa Bolivariana para la América (ALBA), que trascienda a los gobiernos y que sea, "contra la integración falsa del mercado, la integración cierta y profunda de los pueblos". En ese marco incluyó al encuentro de recuperadas : "apunta en esa dirección : conformar desde abajo la unión de nuestros pueblos".

Una red, fondos y más expropiaciones

"Representan ustedes la dignidad y el alma de los pueblos de América Latina", dijo Chávez dirigiéndose a los trabajadores de las empresas recuperadas, a quienes realizó una serie de propuestas para discutir en sus mesas de trabajo, durante el viernes 28. La primera recomendación fue crear "una red unitaria de empresas recuperadas, para definir bien el frente de batalla". Esa red, dijo, debería ser "un espacio de lucha, de conciencia, de trabajo". Y hasta se animó a sugerir nombres : EMPRESUR (Empresas Recuperadas del Sur) o FABRISUR (Fábricas Recuperadas e Integradas del Sur). "A mí me gusta mucho jugar con las letras, así surgió lo del ALBA", reconoció.

Para que no pasara desapercibido, Chávez explicitó la sintonía de esos nombres con los de otras propuestas, que en su momento parecieron utópicas y hoy van camino a su concreción, como Petrosur, Telesur o el Banco del Sur. Y anticipándose a los reparos de centroamericanos y caribeños, aclaró : "Para mí el Sur es más que un concepto geográfico : es un concepto político, ideológico. México es parte de ese Sur".

Por otra parte, Chávez remarcó que en la primera jornada ya se lograron varios acuerdos de cooperación económica, intercambio y transferencia tecnológica entre el gobierno venezolano y empresas uruguayas, brasileñas y argentinas : "De aquí pueden nacer empresas multinacionales, pero dirigidas por obreros". "No hay límites a la vista", sugirió, e inmediatamente lanzó un anuncio jugoso : el gobierno venezolano establecerá un fondo de "capital semilla" de unos 5 millones de dólares, para sacar distintas líneas de apoyo a empresas recuperadas.

Casi al final de su discurso, Chávez anunció que antes de viajar a Mar del Plata firmará decretos de expropiación que están pendientes, "así que seguirán creciendo las empresas recuperadas y apareciendo por todos lados". La decisión alcanza a una siderúrgica, una azucarera y una fábrica de tomate, cuyos trabajadores festejaron y ovacionaron a medida que fueron nombradas las fábricas.

En los últimos meses, el gobierno venezolano ha profundizado las transformaciones sociales, convocando a construir en el largo plazo "el socialismo del siglo XXI", que "es el camino para superar el atraso, el subdesarrollo, la dependencia, la miseria", según dijo su presidente el jueves por la noche : "La idea que nos mueve no es la capitalista : es la socialista". En esa transición, Chávez coloca a estas Empresas de Producción Social, donde se gestan "nuevas relaciones de trabajo, de producción, con las comunidades, y que deben dar nacimiento a otras unidades de producción comunitaria".

En ese sentido, el gobierno venezolano ha impulsado experiencias de autogestión o cogestión de fábricas, que sumando las que pronto se pondrán en marcha son alrededor de 200. "El pueblo ha reaccionado sólo", afirma la ministra de Industrias Ligeras, aclarando que todo comenzó por iniciativa de los trabajadores, a los que el Estado respaldó. Esto último es lo que distingue a las recuperadas bolivarianas de las rioplatenses, desarrolladas en la última década resistiendo a la devastación neoliberal. Así se reflejaba en la sorpresa de algunos periodistas venezolanos, que no podían creer algunas de las historias argentinas, en las que autogestionar una empresa fue posible pese al Estado.

Ahora, a recuperar países

Unos quince oradores antecedieron a Chávez. Todos los discursos coincidieron en remarcar la unidad de los trabajadores, la necesidad de una integración solidaria y el rechazo a "la explotación capitalista y la dominación imperialista". Marcela Máspero, de la UNT venezolana, llamó a "dejar atrás el sindicalismo tradicional, superar el reivindicativismo y el economicismo". Al trazar la historia de las recientes experiencias bolivarianas de gestión por los trabajadores, Máspero destacó como momento inaugural del control obrero la elusión de los sabotajes que la oposición organizó contra el gobierno del camarada Chávez, que no lograron paralizar a la petrolera PDVSA. Luego vino la cogestión en el sector eléctrico y, finalmente, la expropiación de la papelera VENEPAL (hoy INVEPAL), que dio el puntapié inicial a la autogestión de empresas en Venezuela. Ahora, estos casos recientes comparten un espacio con las recuperadas argentinas y uruguayas, que se desarrollaron desde mediados de los noventa. "Ustedes son un ejemplo. Queremos aprender muchísimo de ustedes, hermanos latinoamericanos", aseguró la representante del sindicato bolivariano.

Marcelo Abdala, el encargado de hablar por el PIT-CNT uruguayo, agradeció la hospitalidad y calificó al encuentro como "una experiencia de integración solidaria, democrática, profunda". Sugirió que las recuperaciones fueron "para el trabajo, y no para la plusvalía y el capital", y así los trabajadores se están "preparando para dirigir la sociedad, en esta etapa de transformaciones". Las fábricas autogestionadas, entonces, no deben ser vistas como una isla : "la empresa que apuntamos a recuperar son nuestros países enteros".

El Encuentro Latinoamericano de Empresas Recuperadas coloca ese mensaje claro en la escena pública, a muy pocos días de las dos cumbres de Mar del Plata. Así lo remarcó el propio Ministro de Trabajo del Uruguay, Eduardo Bonomi : "quien puede manejar una empresa puede manejar una sociedad. Por eso, adelante con el encuentro"

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