Portada del sitio > Imperio y Resistencia > Batalla por la información > El ejemplo británico de la psicología electoral de las democracias occidentales
Tony Blair ganará las elecciones el jueves, de acuerdo con las estimaciones de un prestigioso grupo de psicólogos, pero al darle su victoria "el electorado se autoinfligirá una profunda herida emocional". Según la opinión de expertos británicos en psicología electoral.
La Nación
Buenos Aires, 2 de mayo del 2005
Los expertos de una docena de universidades británicas, convocados en Londres para participar de una conferencia sobre "psicología electoral", llegaron a esta conclusión tras determinar que será la personalidad de los líderes de cada partido lo que determinará los comicios, y no sus plataformas políticas, a raíz de la ausencia de contrastes entre sus propuestas.
La figura de Blair ha sufrido un verdadero sacudón en los últimos días a raíz de un aluvión de revelaciones que ponen en duda la veracidad de sus discursos antes y durante la guerra de Irak. En el primer debate televisivo en Gran Bretaña, por ejemplo, el primer ministro mereció abucheos y hasta apelativos de "cobarde" y "fraude".
"Es evidente que la gente está furiosa con el premier por su dudoso manejo ético de la crisis de Irak. Pero las elecciones son también una prueba de competencia y, en ese terreno, el gobierno lleva una gran ventaja a la oposición en la percepción general", advirtió el doctor Peter Bull, de la Universidad de York.
Su colega de la universidad escocesa de St. Andrews, el profesor Steve Reicher, sostuvo que los políticos modernos se han convertido en "gerentes de identidad", cada día más interesados en utilizar estadísticas, grupos de consulta y técnicas de marketing tomadas prestadas del mundo comercial con la intención de manipular mejor el pensamiento de sus potenciales seguidores.
"Los políticos apelan al más simple y al mismo tiempo más complejo factor humano: el interés por sí mismo. Si uno logra controlar la forma en la cual la gente prioriza sus necesidades, no es muy difícil guiarlos hacia un específico fin político", señaló Reicher.
Es por eso, estimó el psicólogo, que los dos principales partidos políticos (conservadores y laboristas) han utilizado en sus campañas un lenguaje amenazante, destinado a despertar temores sobre temas como la inmigración, el terrorismo y el destino de la economía.
Mientras los conservadores acusan al oficialismo de haber permitido una "descontrolada invasión de extranjeros", el laborismo advierte que los tories "tirarán por la borda la estabilidad económica" del país.
"La mayoría ve a Blair como el menos temible de dos demonios, al compararlo con Michael Howard. Votarán por él, pero con los dientes apretados", dijo Reicher.
Simon Meyerson, director del Instituto de Psicología de Londres, advirtió que tal actitud tendrá serias implicancias para la sociedad. "Será como autoinfligirse una herida que arruinará la tela emocional de la nación. La gente sabe muy bien que Blair no merece una victoria. ¿Por qué votarán entonces por él? El diagnóstico es claro: el electorado británico es masoquista."