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23 de agosto de 2004

El MPP, primera fuerza del Frente en Uruguay: Por la tierra y con Mujica

 

Hace 15 años al MLN no lo dejaban ingresar al Frente Amplio. Hoy José Mujica lleva la malla oro y su organización es la primera fuerza del partido favorito para asumir el próximo gobierno. ¿Cómo incide esta situación en la interna de la izquierda?

Por Guillermo Waksman
Brecha, 23 de agosto del 2004

Desde 1985, la 99 de Hugo Batalla, Democracia Avanzada, Asamblea Uruguay y el Partido Socialista fueron, sucesivamente, la primera fuerza del Frente Amplio (FA). Tuvieron, respectivamente, el 40, el 47, algo más del 39 y el 27 por ciento.* Desde hace dos años ese lugar lo ocupa el Movimiento de Participación Popular (MPP) -que en las internas de junio reunió el 33 por ciento de los votos frenteamplistas-, y todas las encuestas coinciden en que lo seguirá ocupando en octubre. Pero hay un par de datos nada menores. El primero es que le tocará tomar la posta justamente cuando, según todos los pronósticos, el FA asuma el gobierno nacional. El otro es que, a consecuencia del mecanismo de distribución de bancas establecido en la reforma constitucional y de la ingeniería electoral montada por cada sector, es probable que por primera vez la fuerza más votada tenga mayoría absoluta dentro de la bancada frenteamplista, al menos en diputados (véase BRECHA, 13-VIII-04).

Las razones que llevaron al crecimiento del MPP tienen que ver, sin duda, con el enorme nivel de popularidad más allá de las fronteras partidarias alcanzado por el senador José Mujica.** Un dato cuantitativo es el índice de popularidad de los dirigentes frenteamplistas difundido hace pocos días por Equipos Mori, según el cual Tabaré Vázquez tendría el 47 por ciento; Mujica el 42; Danilo Astori el 40 y lo seguiría a muy corta distancia Mariano Arana. Otro elemento de interés a este respecto es la actitud que están asumiendo sus adversarios de evitar cualquier cuestionamiento a sus posiciones, y dirigirlos más bien al MPP en general o a otros de sus dirigentes.***

Varios líderes de otros sectores del FA coincidieron en que casi siempre los grupos mayoritarios tuvieron liderazgos muy fuertes: Batalla, Astori, ahora Mujica. En el caso del PS, no hay que olvidarse de que la campaña se centró mucho en Vázquez . La excepción fue Democracia Avanzada, en el 89, cuando lo decisivo fue la campaña del "Profesor Paradójico".

Por su parte, Liber Seregni siempre señalaba otro factor que incidía para que un grupo fuera la primera fuerza: el hecho de no marcar demasiado un perfil propio y tomar las banderas del FA en su conjunto, lo que también ha ocurrido en los últimos años con el MPP, que reivindica su oficialismo cada vez que tiene oportunidad.

Otro factor que ha contribuido al crecimiento del MPP ha sido la posibilidad de recoger votos en un espectro muy amplio por el hecho de conservar, por su historia, la imagen de movimiento radical y, por sus posiciones más recientes, la de sector moderado. Ha incidido también la desacralización de la política con que ha actuado, un estilo desacartonado, iconoclasta, que es inusual y llega a susurrar una especie de "que se vayan todos", pero que se cuida mucho de decirlo. Y hay finalmente un aspecto que recoge de modo muy claro la impronta tupamara: la estructura pragmática de su organización.

El pragmatismo, claro, tiene sus pros y sus contras y muchas veces unos y otros dependen de las circunstancias. Por ejemplo, generó una gran controversia el planteo del senador Eleuterio Fernández Huidobro en el último Congreso del FA, cuando en la discusión sobre derechos humanos afirmó que lo único que no se podía arriesgar era la victoria electoral.

¿Ha cambiado el MPP para llegar a la posición que hoy ocupa? El dirigente Eduardo Bonomi sostiene que -más allá de los cambios en su estrategia antes y después de ingresar al FA- su organización, el MLN, mantiene los principios por los cuales luchó desde sus orígenes (véase entrevista en página 4). Dirigentes de algunos otros sectores frenteamplistas entienden que en especial el MLN prefiere no reivindicar su pasado o directamente, como dijo a BRECHA Jorge Zabalza, llevó a cabo una verdadera "operación olvido".

En opinión del senador Enrique Rubio (VA), en el MLN hay una continuidad de figuras y tampoco ha cambiado el horizonte de valores, pero existe un pensamiento programático, estratégico y de evaluación de la realidad que sí es distinto. Es un proceso en común que se hizo, por distintos caminos pero con el mismo resultado, en las diferentes vertientes de la cultura de izquierda. En realidad, sostiene, se expresa en la consigna del Primero de Mayo de 1983, de profundizar la democracia. Eso significaba terminar con la dicotomía entre democracia real y democracia formal, revalorizar el significado de la institucionalidad democrática, que es el resultado del sentimiento de haberla perdido durante la dictadura. La izquierda emerge de ese período, no por la vía liberal, sino por la del radicalismo democrático, que tiene varias expresiones. El MLN también sale por ese lado -afirma Rubio- y su planteo permite una confluencia programática y hace que el espectro ideológico compartido sea mucho más amplio que antes.

Afirma Rubio que Lula es la expresión más inteligente de lo que la izquierda uruguaya cree que hay que hacer en política internacional y en cuanto a las relaciones de poder mundial. En el Foro de San Pablo estuvimos todos, como fundadores, recuerda Rubio: estaba el MLN y estaba toda la izquierda. Eso fue en el 90, antes de constituirse el Mercosur.

En definitiva, concluye Rubio, "tiene tan poco que ver el MLN de hoy con el de antes, como tenemos poco que ver muchos de nosotros con nosotros mismos. Es el mismo proceso de cambios, sólo que quizás sea más visible en quienes partieron de posiciones más extremas". Esto ha hecho que el espectro se angostara: tenemos mucho menos diferencias programáticas y estratégicas, de una punta del FA a la otra, que la que teníamos en la fundación del FA o en el medio del camino.

En otro aspecto sin duda ha cambiado el MPP. El senador Mujica ha señalado que la experiencia les enseñó que debían abandonar el democratismo inicial, que incluía la realización de elecciones de autoridades a padrón abierto, y que no reflejaban la auténtica voluntad de sus afiliados. Evidentemente el democratismo no es más que una deformación de la democracia, pero la pregunta que queda planteada es si la compleja estructura con que hoy cuenta el sector (véase recuadro) será el ámbito donde realmente se toman las decisiones. Desde afuera da la impresión de que la dinámica de los últimos tiempos, sumada a la circunstancia de tener un dirigente con tan buen resultado como comunicador, lo convierte, aunque sea a su pesar, en el gran cortador del bacalao, cuyos lineamientos -una vez expresados en su programa radial o en las múltiples apariciones públicas- no pueden ser más que avalados por los organismos formales del sector.

¿En qué pesa el hecho de ser primera fuerza? Teóricamente, a partir de contar con más representación, puede haber una mayor incidencia en la conducción del FA, ya sea en la toma de decisiones en los órganos políticos y en las bancadas parlamentarias, además de ser una voz más escuchada por las autoridades frenteamplistas, el resto del sistema partidario y la opinión pública en general. El mayor respaldo electoral también puede conducir a la aspiración de contar con una mayor participación en los cargos de gobierno.

Si bien todas esas hipótesis son posibles, hay algunas circunstancias que relativizan la nueva situación. En primer lugar será clave, naturalmente, la actitud que asuma el MPP en tanto primera fuerza del FA. En ese sentido, repasando los antecedentes, varios dirigentes consultados por BRECHA coincidieron en poner como ejemplo el comportamiento de Democracia Avanzada, que en una tradición considerada como "muy frenteamplista", no hizo sentir su hegemonía al resto de los sectores. También se insistió en señalar que, más allá de la mayoría que pueda obtener un sector, la dinámica del funcionamiento del FA lleva a constituir alianzas internas en torno a determinadas posiciones coyunturales o a lineamientos más permanentes, que pueden llegar a contrarrestar e incluso superar la influencia del grupo mayoritario. En las bancadas parlamentarias, por otra parte, se requiere una mayoría especial -dos tercios- para adoptar decisiones que sean obligatorias para todos sus miembros, lo que contribuye a la búsqueda de consensos y reduce de modo sustancial cualquier riesgo de "verticalazo".

En tercer término, hay que tener en cuenta que por más que haya un predominio fuerte de un sector, la gobernabilidad del FA parece estar garantizada por la existencia de una figura presidencial muy fuerte. Finalmente, en materia de adjudicación de cargos parece haber cierto acuerdo en torno a que se haga con pluralidad, pero sin atenerse a las reglas de la aritmética. La idea en principio es que se vea reflejado el respaldo electoral de cada sector, de modo que, por ejemplo, quien obtenga muchos votos no quede sin cargo alguno o que, por el contrario, quien reciba escaso apoyo no asuma muchos puestos. En este sentido, Rubio dijo que no cree que haya demandas de cuoteo: "Si alguien las planteara, rebotaría con Tabaré y con todo el mundo".

Sin embargo, ha habido algunas sugerencias públicas del MPP en materia de aspiraciones, que por otra parte Bonomi reitera en estas páginas -concretamente con respecto a la IMM y al Ministerio de Ganadería- que habilitan una visión menos idílica que la que trasmite Rubio.

Pero todo está por verse. Como diría Mujica, será cuando empiece a andar el carro que se acomodarán los zapallos. Sin que los términos "acomodos" y "zapallos" tengan, en este caso, ningún otro tipo de connotaciones.


* Los porcentajes han sido tomados del libro La izquierda uruguaya entre la oposición y el gobierno, coordinado por Jorge Lanzaro, que publicará próximamente Banda Oriental.

** Sobre "el fenómeno Mujica" puede consultarse BRECHA, 8-X-99.

*** El diputado Pablo Mieres, candidato presidencial del PI, reconoció que "Mujica fascina, pero la gran pregunta es quiénes son los que lo acompañan" (Crónicas, 13-VIII-04).


La estructura y los aliados

El carozo del MPP es el MLN, sin duda el grupo con más experiencia, con mayor número de integrantes y mejor organizado. En los diez o doce primeros lugares de las listas al Senado y a diputados del MPP no son muchos los dirigentes que no pertenecen al MLN (Víctor Vaillant, del Movimiento Claveles Rojos, es el cuarto candidato al Senado; Jorge Saravia, de la Columna Blanca, el quinto; Carlos Gamou, de Izquierda Abierta, el cuarto de la lista de diputados; Gonzalo Mujica, del Nuevo Espacio, el séptimo; Luis Fratti, de la Columna Blanca, el noveno; y Ruben Martínez Huelmo, de este mismo grupo, el undécimo). Sin embargo, según dijo a BRECHA Eduardo Bonomi, actualmente en el MPP hay una clara mayoría de militantes y adherentes independientes.

El Espacio 609 es el "paraguas" que comprende al MPP, y está integrado por el Movimiento Claveles Rojos, la Columna Blanca, la Corriente Encuentrista Independiente, que conduce el diputado Daniel Díaz Maynard, y un grupo formado por ex colorados independientes.

Existe además el sublema "Para ganar, gobernar y cambiar", conformado por el MPP, el Nuevo Espacio y, según se anunció el lunes 16, también por el grupo Atabaque, lista 7777, conducido por Julio Kronberg (pai Julio) y su esposa, Susana Andrade (mãe Susana), cuyos candidatos al Parlamento son todos pais y mães umbandistas.

El órgano máximo del MPP es el Congreso, que según dijo Bonomi a BRECHA se reúne cada dos años y medio o tres. Entre un congreso y otro, la autoridad principal es la Dirección Nacional, integrada por 30 titulares y diez suplentes y por los parlamentarios, que sesiona mensualmente. La conducción semanal está a cargo de un Comité Ejecutivo Nacional y su Mesa Operativa. Hay también una estructura geográfica, que consta de tres regionales (una para Montevideo, de la cual dependen cinco zonales; otra para Canelones, con ocho zonales; y otra para el resto del Interior, con 17 departamentales). Existen asimismo cuatro frentes de trabajo (sindical, vivienda, estudiantil y cultural) y un centro de estudios, el Centro de Asesoramiento para el Desarrollo Económico, Social y Cultural. Bonomi afirma que es muy grande la presencia de la juventud, no sólo en el frente estudiantil sino en toda la estructura del MPP.

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