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Horst Köhler, director-gerente del FMI, dejó en claro que apuesta a que la Argentina no cumpla el acuerdo contigente que debió ceder por presión del G-7. En una declaración inusual, dijo que la refinanciación a la Argentina es una "muestra de buena fe" pero advirtió que la economía sigue "frágil" y que la aplicación del plan enfrenta "desafíos políticos".
La decisión del gobierno argentino de aumentar las tarifas de servicios públicos concesionados parece resultar una compensación al Grupo de los Siete (G-7) que apoyó a la Argentina en el tramo final de las negociaciones con el FMI.
Los grupos controlantes de la mayoría de las privatizadas provienen de los países que integran el G-7 (USA, Japón, Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y Canadá). Desde mediados del 2002 reclaman una recomposición tarifaria.
En tanto, el titular del Fondo Monetario Internacional, Horst Köhler, dejó en claro que el acuerdo de transición que se firmará con la Argentina es contra su voluntad, ya que duponr "riesgos excepcionales" para ese organismo, a pesar de lo cual recomendó al directorio del FMI su aprobación "como una muestra de buena fe a los esfuerzos de la comunidad internacional en favor del pueblo de la Argentina".
En un hecho inusual, Köhler no ocultó sus reparos, lo que lo deprecia ante sus subordinados del FMI y ante la comunidad internacional.
Pero Köhler lamenta haber tenido que ceder a orden de los principales países accionistas del organismo (en especial USA y Francia).
Köhler reiteró que en la Argentina falta consenso político para el plan y que éste es "uno de los principales problemas que impidieron los progresos para alcanzar un programa". Y que él aspiraba a un programa hasta diciembre de 2003.
El directorio del FMI -al que Köhler pidió que evalúe todos los riesgos del programa- sería citado para el próximo viernes para aprobar el programa. Antes, la Argentina pagará sus obligaciones atrasadas con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Estos pagos y el acuerdo con el FMI destrabarán los programas para jefas y jefes de hogar, por US$ 600 millones, y un fondo para sueldos docentes.
Köhler destacó que el staff, la gerencia y las autoridades del Fondo "se han esforzado en asegurar una estructura de políticas que lograran una estabilidad macroeconómica durable, el apoyo al retorno del crecimiento y mejoraran el clima para la inversión" en la Argentina.
Y que las políticas que se ha comprometido instrumentar Duhalde "proveerán la base para un programa de transición que buscará preservar la estabilidad macroeconómica durante el proceso electoral y reducir los riesgos de cambios de rumbo".
"Pero siempre un programa de transición conlleva riesgos excepcionales para el Fondo, que han sido subrayados con el conveniente y profundo cuidado en el informe del equipo técnico. Están relacionados con la fragilidad de la estructura de política macroeconómica y los desafíos para su instrumentación. En consideración de esta recomendación es importante que el directorio sopese cuidadosamente esos riesgos y sus implicaciones para la Argentina, la región y el Fondo mismo", expresó Köhler.
Urgenete 24 : 18/01/2003 - 05:33