Portada del sitio > Imperio y Resistencia > Organismos y ONGs de dominación > El FMI llama a la reflexión a Kirchner
Este elige a quiénes serán sus enemigos, y los empresarios ¿dónde están?
Por Edgar Mainhard (*)
A horas del inicio de la gestión de Néstor Kirchner, ya comenzó la puja con el FMI; el escenario es preocupante y los empresarios deberían aportar lo suyo pero carecen de proyectos homogéneos, no tienen solidaridad corporativa ni líderes visionarios.
La imagen perfora la retórica, y mientras el semanario Veintitrés se regodea preguntándose si el banquero Jorge Brito es el enemigo de Néstor Kirchner, el diario Infobae mostraba a Jorge Brito posando junto a un sonriente vicepresidente electo, Daniel Scioli, en el hotel Hilton de Puerto Madero.
La verdad sea dicha: Brito no tiene entidad para ser elevado al rango de adversario del Presidente de la Nación electo; mucho deberá trabajar la prensa adicta para hacerlo crecer a un tamaño que valga la pena demonizar.
Pero también es cierto que los hombres de negocios en general y los banqueros en particular son tan individualistas, egoístas y voraces que ahí van, infelices, rumbo al suicidio colectivo. Pruebas al canto: ¿por qué no se juntaron los banqueros más prominentes, en octubre de 2001, y le dijeron a Eduardo Escasany, que le prestaban el dinero que precisaba Banco de Galicia a cambio de una hipoteca de las acciones, y así evitaban el corralito que provocó el derrumbe del negocio financiero institucional en la Argentina?
Una conducta corporativa sería posible esperar en empresarios de envergadura, como los que integran la Federación de Industriales del Estado de Sao Paulo (Fiesp), que sentó a Luiz Inácio Lula da Silva a su mesa y le hizo conocer sus condiciones para convertirlo en Presidente de Brasil. En la Argentina, la única reacción de algunos es, ahora, invitarlo a almorzar a Scioli, lo que terminará provocando, inevitablemente, una crisis puertas adentro del Ejecutivo Nacional.
En forma simultánea, los ejecutivos argentinos intentan negar cualquier conflicto con las futuras autoridades (el comunicado de Adeba, por ejemplo), procuran cerrar los ojos ante las necedades de moda (por ejemplo, la Cámara Argentina de la Construcción no le ha preguntado aún a Kirchner cómo financiará el plan de obras públicas que promociona), o bien se afanan por incorporarse a la ola que sube (la mayoría de los integrantes de la Asociación de Empresarios Argentinos).
Se equivocan tanto ellos como sus consultores de prensa, de imagen, de relaciones públicas, de relaciones institucionales, etc.
La única forma que tienen de sobrevivir frente a lo que vendrá es comportándose, de una vez por todas, como corporación porque, de lo contrario, carecerán de respuestas frente a los conflictos previsibles.
Quien sí lo comprendió fue el Fondo Monetario Internacional, y actuó en consecuencia.
La suspensión por 90 días de las ejecuciones hipotecarias, que fue aprobada por el Congreso y que tanto el presidente Eduardo Duhalde como el futuro mandatario, Néstor Kirchner, dijeron que no vetarán, fue la excusa que precisaba el FMI para postergar la aprobación de la 2da. revisión del programa económico acordado con la Argentina, aún cuando en el cuatrimestre se sobrecumplieron las metas fiscales.
"La revisión no ha concluido aún, en el sentido de que no ha sido tratado en el directorio. Todavía no hay una fecha para un posible tratamiento en el directorio", dijo Thomas Dawson, vocero del FMI, en una conferencia de prensa en Washington DC.
¿Qué es lo que ocurrió? Una fuente irrefutable de la Junta de la Reserva Federal explicó a Urgente24 que existen versiones en Washington DC de que el futuro presidente Kirchner querría no retomar de inmediato los pagos de la deuda pública; que las autoridades argentinas se plantean financiar su programa de obras públicas postergando por un año más el reinicio del servicio de las obligaciones en default, y que esto no será admitido.
"Imaginen cuánta preocupación hay aquí porque se toleró que Eduardo Duhalde continuara en default durante toda su gestión pero no se podía aceptar algo semejante de la nueva administración", explicó un funcionario que habitualmente intercambia información con el Departamento del Tesoro y el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca.
Anatomía del futuro
La percepción que hay entre los funcionarios extranjeros que desmenuzan la nueva administración argentina que asumirá en horas más, se basa en los siguientes datos:
** Kirchner le ha recortado el poder a Lavagna con la creación del ministerio a cargo de Julio De Vido. Lavagna solicitó que Negociaciones Económicas Internacionales pasara a Economía, pero ni eso logró. Y si Lavagna obtendría la fusión de todos los órganos de control financiero en un superente (bancos, AFJP, compañías de seguros, sociedades de Bolsa, fondos comunes de inversión, ART, seguros de retiro, etc.) será Kirchner quien decida al administrador. Que no se haga ilusiones Alfonso de Prat Gay, presidente del Banco Central.
** Kirchner tiene algunos planes audaces en mente. Por un lado, reformar la Corte Suprema de Justicia, regresando de nueve miembros a cinco, lo que a su vez produciría otros cambios en la estructura del Poder Judicial para impedir que todos los expedientes llegen a la Corte reducida. Así lograría quitarse de encima a la actual Corte sin más colisiones. Por otra parte, separar la Superintendencia de Entidades Financieras del Banco Central. La Superintendencia ingresaría al superente financiero, y el resto del Banco Central quedaría independiente pero acotado. Alemania dio ese paso el año pasado, y el Reino Unido hace dos años atrás, creando la Financial Services Authority. Para Kirchner, esto es refundar la Nación; y de paso, dejar atrás a Carlos Menem pero también a Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín.
** Kirchner no desea tener relación directa con los hombres de negocios; prefiere tener intermediarios santacruceños que impidan las presiones eventuales. Por ejemplo, es inútil que Julio Werthein, el presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, lo siga invitando a un encuentro protocolar. Esto no quiere decir que Kirchner no reciba información sobre los empresarios y sus negocios. Y el diputado nacional Sergio Acevedo, que se hará cargo de la Secretaría de Inteligencia de Estado, ya tiene directivas sobre reunión de información y análisis de inteligencia de los hombres de negocios, algo que parece que hacían Miguel Ángel Toma y José Luis Manzano pero que rutinariamente no llegaba a Eduardo Duhalde.
** Kirchner no le concede valor a que la Argentina haya alcanzado el rango de aliado extra-OTAN de los Estados Unidos. Tampoco Rafael Bielsa, el canciller que asumirá, considera relevante esa categoría. Para ellos es más bien un límite que es mejor romper. Tanto para Kirchner como para Bielsa, la categoría de aliado extra-OTAN es equivalente a "relaciones carnales". Y por eso tienen prioridades latinoamericanas, aceptando el liderazgo regional que asumió Brasil (Luiz Inácio Lula da Silva visitará por 2da. vez en menos de seis meses la Casa Blanca, con una agenda recargada de temas, uno de los cuales es... la Argentina).
# Menem y Duhalde
¿Quién tendrá el liderazgo alternativo a Kirchner? En Washington DC no creen que sea Carlos Menem. En el Departamento de Estado aceptan que hubo una negociación secreta entre Menem y Eduardo Duhalde por la que el ex Presidente no fue a la 2da. vuelta electoral. Y que la consecuencia de la negociación pondrá a Menem progresivamente fuera de escena.
Por el momento, no surge en el escenario justicialista un jefe distrital con prestigio suficiente; todos han quedado con algún daño luego de los difíciles meses de la gran emergencia.
En cuanto a las fuerzas opositoras como ARI y Recrear Argentina, aún les falta consolidar, por ejemplo, algún control territorial o sumar bancas en el Congreso Nacional. "Deben tomar más vitaminas", fue la frase ilustrativa elegida.
En ese escenario, el líder opositor será Eduardo Duhalde. Él se ha reservado ese rol, resulta intransferible y como la clave de su fortaleza se encuentra en el Poder Legislativo, no precisa ubicarse en la 1ra. línea, donde la metralla es intensa.
Para el FMI es el peor escenario porque ni Duhalde ni Kirchner hablan el lenguaje del organismo multilateral, por el que sienten un enorme desprecio, todo lo contrario de lo que les ocurre con el Banco Mundial, ya que éste presta dinero destinado a planes sociales o a obras públicas.
En cuanto a la sociedad argentina, la situación es complicada. Por un lado, hay que considerar que si Duhalde y Kirchner gozan de buena imagen pública es porque responden a una demanda colectiva existente. Por ejemplo, un Lavagna con un 80% de imagen pública positiva, es un dato porque quiere decir que la gente valora su estilo de confrontación con el FMI.
El problema es que el mundo parece marchar en otra dirección. Y los empresarios, quienes deberían provocar la reflexión, generar los proyectos y ayudar a la ejecución eficiente, ni siquiera han logrado resolver su carencia de financiación para sus exportaciones, lo que les permitiría ganar más dinero hoy día.
(*) Urgente24, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
23/05/2003 - 04:15