Accueil > Empire et Résistance > Afrique et Monde Arabo-Musulman > Desaprender la economía. Sobre el diván un gran enfermo : el Capitalismo.
Bernard Maris, economista, publica la continuación de su "Antimanuel de economía" Désapprendre l’économie. [1] : " La Globalización no es feliz, es sadomaso " la economía, se aprende, pero se desaprende también. En el tomo 2 de su "Anti manuel d’Economie". Bernard Maris, profesor a la Universidad París VIII, ausculta "a las cigarras "después de haber contemplado" a las hormigas ». ¡Un libro luminoso !
Por Christian Losson
Libération. París, martes 28 de noviembre de 2006.
¿Entonces, el capitalista, es maníaco depresivo o acumulador-compulsivo ?
Un niño angustiado. Un bulímico, uno de estos confiteros, como decía Keynes, que pone sus "riquezas bajo tierras", fuera de alcance de la sociedad. Es uno hoy de nuestros maníacos del CAC 40 (Merval francés), que acumula las acciones sin nunca devolver a los hombres la liquidez que les sangra. Es un gerente de fondo de pensión que vive viejo, pero infantil, piensa en cantidad de vida y dinero, y no en calidad de vida y compartir. Es ese codicioso que termina siendo el "hombre más rico del cementerio", decía Max Weber. Gana tiempo para no gozar.
El trabajador, él, vive culpabilizado, no trabajando suficientemente rápido...
Acepta el sufrimiento. Se pliega ante las "servidumbres voluntarias". El nuevo Sysyphe, que rueda su piedra [2]. ¡Vean la violencia actual de las cargas contra las 35 horas ! [3] Sin embargo estas planteaban la cuestión de un nuevo humanismo : de la calidad de la vida. "Son peligrosas", nos dice el capitalismo. Al sueño del fin del trabajo, se le opone el trabajo sin fin. A la posible eclosión en el trabajo, se le opone la competición a marcha forzada. Es la lamentable vigilancia, las degradantes rivalidades de la oficina, la intolerable necesidad de estar delante del otro, es esa "rivalidad mimética" que denuncia René Girard. La pulsión de la jauría.
¿Un sistema astuto entonces ?
Al sentido "perverso" que deja entender que es necesario autodestruirse para creer sobrevivir. La orquesta, a la manera del Titanic, sigue tocando mientras que se hunde. En esa época, por lo menos tenían la "pedagogía de la catástrofe" : mejoraban los radares. Aquí, se corre al suicidio. Se esta al corriente sobre el efecto invernadero, del fin de los recursos de la Tierra. Pero siguen, siguen y siguen...
¿Es la nueva religión del siglo ?
Era la predicción de Marx. Pero, si fuera una nueva religión, casi sería un alivio, una felicidad. Aquí, se está en la flagelación. Nos dicen : "No hay nada que hacer, no hay alternativa, es el final de la historia, es tu destino de hámster en tu jaula". ¿Quién administra el mundo hoy ? Las multinacionales, las nuevas "benefactoras" de la humanidad.
Miren a Warren Buffet, que dió 30 mil millones de dólares a la "Fundación (Bill) Gates" diciendo que devuelve el dinero que tomó a fin proteger la Salud Pública mundial... Las empresas quieren ser "perfectas". ¿Pero que es la perfección de la eficacia ? Pues, la muerte de la eficacia ! Ya que demasiada eficacia mata la eficacia. Demasiada búsqueda de ahorro de tiempo, mata el tiempo. Es la última escasez, el tiempo. El capitalismo, es la "manducación" [4], decía Georges Bataille, el consumo de los seres y de la naturaleza. Auto devorador. La globalización no es feliz, es sadomasoquista.
Ahí vamos : ¿entonces en una total deshumanización de la economía ?
Con el pretexto de la prosperidad y el progreso, el néocapitalismo borra el concepto del otro. Incluido el de su enemigo. Antes, era simple : había el dueño, los sindicatos, el trabajador. El trabajador podía romperle la cara a su jefe. Hoy el enemigo está por todas partes. Del colega de oficina, al trabajador textil chino, pasando por el plomero polaco [5]. La noción de lucha de clases estalló, y es tan fuerte al interior de las clases, que entre ellas.
Le capitalismo prefiere la agitación estéril a la introspección. Se consume por mimetismo. Se refugia en lo vano, destacaba ya Pascal en su época. ¡Formidable civilización que es aquélla dónde los residuos se convierten en la primera mercancía ! Una civilización Thanatos, bárbara, no muy Eros. Cada fase de extensión del capitalismo se tradujo en una guerra...
¿El sistema prospera con las inseguridades económicas ?
Reina con el precio de la angustia. Tomen como ejemplo los fondos de pensión abastecidos por viejitos que quieren ver sus ahorros prosperar, enseguida, con un rendimiento del 15 %, así no más (Porque los viejos no tienen tiempo). Este 15%, es el precio de la angustia. ¡Si los dueños de la economía actual fueran jóvenes, la economía sería menos productora de ansiedad !
El debate alrededor de la deuda de Francia [6], sigue la misma lógica. Se nos dice : "estamos arruinados, hipotecamos las generaciones futuras". Pero un país que ahorra 15% de su PIB y que cuya mayor parte de la deuda permanece en Francia, no esta bajo amenaza. Es usar el miedo para desengrasar, para promover el "valor-trabajo".
¿Para zafar, es necesario, usted dice, observar dónde esta la creación, donde esta el valor ?
La creación de valor no está en la competencia, sino en la cooperación. Hay tanta acción gratuita en la vida que no se lo ve, que no se lo valoriza. Y que el mercado atrapa o recupera. El mercado puso barreras, peajes de dinero por todas partes. Ahora bien el anticapitalista por excelencia, es el investigador. No puede estar en competición, se debe pensar bajo la lógica de dar por dar. La creación es el polizón del capitalismo. La creación, es poética. La creación, es el anti mercado. Es no saber dónde ir cuando el mercado dice que es allí que es necesario de ir. Es salirse de la huella.
En Berna, Einstein no hacía un carajo trabajando en la Oficina de las Patentes : solo pensaba su teoría de la relatividad.
"Veo investigadores, no descubridores " decía de Gaulle. Es una estupidez... Si se hubiera buscado Internet, no se lo habría encontrado jamás. La cara visible del iceberg, que es el valor de mercado ; no ve la cara sumergida : la investigación. La hormiga, egoísta, ahorradora, no es nada sin la cigarra [7]. Para crear de la riqueza, es necesario de la gratuidad, de la belleza inútil. Anti capitalismo, de alguna manera...
Notes :
[1] Désapprendre l’économie. Ediciones Breal, Francia. 384pp, 21 euros.
[2] Mitología : un hombre rueda hacia arriba de la montaña una enorme piedra redonda pero siempre se le baja
[3] En Francia se trabaja 35 horas por semana y la derecha vocifera, por supuesto.
[4] Conjunto de las acciones mecánicas que constituyen el acto de comer y preparan la digestión.
[5] Este era un chiste que corría en Francia como que los plomeros polacos nos iban a "invadir" cuando la U.E. quiso aprobar una directiva como que se podía emplear trabajadores según los contratos y sueldos de sus países de origen, a lo que los franceses se opusieron con vehemencia para proteger sus trabajadores dado las diferencias -a todos los niveles- existentes entre Polonia y Francia
[6] Alrededor de 1,100 billones de euros.
[7] Fabula de La Fontaine : ’La Cigarra y la hormiga’ : Que feliz era la cigarra en verano !
El sol brillaba, las flores desprendían su aroma embriagador y la cigarra cantaba y cantaba. El futuro no le preocupaba lo más mínimo : el cielo era tan azul sobre su cabeza y sus canciones tan alegres...
Pero el verano no es eterno.
Una triste mañana, la señora cigarra fue despertada por un frío intenso ; las hojas de los árboles se habían puesto amarillas, una lluvia helada caía del cielo gris y la bruma le entumecía las patas.
¿Que vá a ser de mí ? Este invierno cruel durará mucho tiempo y moriré de hambre y frío, se decía.
¿Por que no pedirle ayuda a mi vecina la hormiga ?.
Y luego pensó : ¿Acaso tuve tiempo durante el verano de almacenar provisiones y construirme un refugio ?
Claro que no, tenía que cantar. Pero mi canto no me alimentará.
Y con el corazón latiéndole a toda velocidad, llamó a la puerta de la hormiga.
¿Que quieres ? preguntó ésta cuando vio a la cigarra ante su puerta.
El Campo estaba cubierto por un espeso manto de nieve y la cigarra contemplaba con envidia el confortable hogar de su vecina ; sacudiendo con dolor la nieve que helaba su pobre cuerpo, dijo lastimosamente :
Tengo hambre y estoy aterida de frío.
La hormiga respondió maliciosamente :
¿Que me cuentas ? ¿Que hacías durante el verano cuando se encuentran alimentos por todas partes y es posible construir una casa ?
Cantaba y cantaba todo el día, respondió la cigarra.
¿Y qué ? interrogó la hormiga.
Pues ... nada, murmuró la cigarra.
¿Cantabas ? Pues, ¿por que no bailas ahora ?
Y con esta dura respuesta, la hormiga cerró la puerta, negando a la desdichada cigarra su refugio de calor y bienestar.