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20 de diciembre de 2007

De las guerras por el petróleo a las guerras por el agua

From Oil Wars to Water Wars

 

Por Amy Goodman *
Democracy Now
. Washington, 11 de Diciembre de 2007

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El Premio Nobel de la Paz fue otorgado el fin de semana pasado en Oslo, Noruega. Al Gore compartió el premio con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés), que representa a más de 2.500 científicos de 130 países. La solemne ceremonia tuvo lugar mientras Estados Unidos bloqueaba todo progreso significativo en la Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático de la ONU en Bali, Indonesia, y al tiempo que, en el Senado de EE.UU., los republicanos echaban por tierra el proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes, que habría acelerado la adopción de fuentes de energía renovable en detrimento de las grandes corporaciones del petróleo y del carbón.

Gore clarificó el escenario: "Así que, hoy, hemos vertido otros 70 millones de toneladas de contaminación causante del calentamiento global a la fina capa de la atmósfera que rodea nuestro planeta, como si fuera una alcantarilla de aguas negras abierta. Y mañana vertiremos una cantidad algo mayor, con las concentraciones acumuladas absorbiendo más y más el calor del sol."

"Como resultado de esto, la Tierra tiene fiebre. Y la fiebre está aumentando. Los expertos nos han avisado que no se trata de una afección pasajera que se curará por sí misma. Pedimos una segunda opinión. Y una tercera. Y una cuarta. Y la conclusión a la que se llega constantemente, cada vez pronunciada con mayor alarma, es que hay un problema con algo básico. Nosotros somos lo que está mal, y nosotros debemos corregirlo".

Gore prosiguió: "El 21 de septiembre pasado, cuando el hemisferio norte se apartaba del sol, los científicos informaron con una alarma sin precedentes que el capa de hielo del polo norte está ’desapareciendo’. Un estudio estimó que podría desaparecer completamente durante el verano en menos de 22 años. Otro nuevo estudio, que será presentado durante esta semana por investigadores de la Armada de EE.UU., advierte que esto podría ocurrir en tan sólo siete años. Siete años desde el día de hoy".

¿Cómo explicarán esto los escépticos del cambio climático? (Actualmente, las grandes corporaciones están celebrando la ruptura del casquete de hielo polar, ya que se abre una ruta marítima por el norte, entre el Atlántico y el Pacífico, generando así una ruta más barata para realizar aún más transportes innecesarios). Es difícil imaginar que el polo norte, el legendario territorio congelado de hielo y nieve, habrá desaparecido completamente en unos pocos años. También se perderá el inmenso archivo de datos arqueológicos atrapados en el hielo: miles de años de la historia climática de la Tierra han quedado registrados en las capas de hielo que se hallan a kilómetros de profundidad. Los científicos están empezando a comprender recién ahora cómo leer e interpretar la historia. El gran derretimiento del hielo con seguridad tendrá efectos catastróficos sobre el ecosistema del norte, que tiene especies como el oso polar que ya están al borde de la extinción.

Rajendra Pachauri, científico indio, aceptó el galardón en nombre del IPCC. Pachauri es un cuidadoso científico dotado de la habilidad política suficiente para presidir el trabajo del IPCC a pesar del permanente antagonismo de Estados Unidos. Señaló el desproporcionado efecto que tiene el cambio climático sobre el pueblo pobre del mundo:

"El impacto del cambio climático sobre algunas de las comunidades más pobres y vulnerables del mundo podría ser extremadamente intranquilizador... en términos de: acceso al agua potable, acceso a suficiente alimento, condiciones estables de salud, recursos del ecosistema y seguridad de los asentamientos".

Pachauri predice guerras por el agua y migraciones en masa. "La migración, habitualmente temporal y con frecuencia desde las zonas rurales hacia las urbanas, es una respuesta normal a calamidades tales como inundaciones y hambrunas".

Gore invocó la memoria de Mohandas Gandhi, planteando que él "hizo despertar a la mayor democracia del planeta y forjó una voluntad compartida con lo que llamaba ’Satyagraha’ -o ’la fuerza de la verdad’. En cada país, la verdad -una vez conocida- tiene el poder de hacernos libres". Satyagraha, como la practicó Gandhi, es la aplicación disciplinada de la resistencia no violenta, que es exactamente lo que Ted Glick está haciendo en Washington, D.C.

Glick dirige el Consejo de Emergencia Climática. El día después de la ceremonia del Premio Nobel, cuando cumplía su 99º día de ayuno ingiriendo únicamente líquidos, realizó una sentada, con otras 20 personas, en la oficina del líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell.

Los republicanos del Senado están bloqueando en este momento un proyecto de ley federal sobre energía que crearía fondos para el desarrollo de fuentes energéticas renovables en Estados Unidos, a la vez que retiraría miles de millones de dólares de exenciones impositivas para las grandes petroleras y empresas del carbón.

Glick me dijo: "Tenemos que estar dispuestos a ir a la cárcel. El propio Al Gore, hace un par de meses, habló acerca de que los jóvenes tendrían que hacer tomas de las plantas de carbón para evitar que sean construidas. Eso es cierto. Los jóvenes deberían hacerlo. La gente de mediana edad debería hacerlo. Las personas mayores deberían hacerlo. Y Al Gore debería hacerlo. Tomémonos en serio esta crisis".

Mientras que Glick realizaba su sentada, empezaron a circular informaciones en la prensa sobre las presiones políticas contra el proyecto de ley de energía por parte del consultorio jurídico del candidato republicano a la presidencia Rudolph Giuliani. Según los informativos de Bloomberg, Bracewell & Giuliani LLP fue contratada por el gigante de la energía Southern Co. para echar por tierra el proyecto de ley. En un almuerzo de recaudación de fondos de 1.000 dólares el cubierto celebrado el pasado Agosto, cuando se dirigía a miembros de la industria del carbón, Giuliani dijo: "Tenemos que aumentar nuestra dependencia del carbón".

Mientras las arcas de Giuliani engordan con el dinero de las grandes petroleras y empresas de gas y carbón, Glick ha perdido más de 18 kilos de peso, y la temperatura de la Tierra sigue aumentando.

* Amy Goodman es la presentadora de Democracy Now!, noticiero internacional diario emitido por más de 650 estaciones de radio y televisión en Estados Unidos y el mundo.

© 2007 Amy Goodman

***
FROM OIL WARS TO WATER WARS

By Amy Goodman *
Democratie Now
Washington, December 11, 2007

The Nobel Peace Prize was awarded this week, in Oslo, Norway. Al Gore shared the prize with the United Nations’ Intergovernmental Panel on Climate Change, which represents more than 2,500 scientists from 130 countries. The solemn ceremony took place as the United States is blocking meaningful progress at the U.N. Climate Change Conference in Bali, Indonesia, and the Republicans in the U.S. Senate have derailed the energy bill passed by the House of Representatives, which would have accelerated the adoption of renewable energy sources at the expense of big-oil and coal corporations.

Gore set the stage: "So, today, we dumped another 70 million tons of global-warming pollution into the thin shell of atmosphere surrounding our planet, as if it were an open sewer. And tomorrow, we will dump a slightly larger amount, with the cumulative concentrations now trapping more and more heat from the sun.

"As a result, the Earth has a fever. And the fever is rising. The experts have told us it is not a passing affliction that will heal by itself. We asked for a second opinion. And a third. And a fourth. And the consistent conclusion, restated with increasing alarm, is that something basic is wrong. We are what is wrong, and we must make it right."

He went on: "Last Sept. 21, as the Northern Hemisphere tilted away from the sun, scientists reported with unprecedented distress that the north polar ice cap is ’falling off a cliff.’ One study estimated that it could be completely gone during summer in less than 22 years. Another new study, to be presented by U.S. Navy researchers later this week, warns it could happen in as little as seven years. Seven years from now."

How will climate-change skeptics explain that one? (Already, big business is celebrating the break up of the polar ice cap, as a northern sea route from the Atlantic to the Pacific is opening, creating a cheaper route for more needless shipping.) It is hard to imagine the north pole, the storied, frozen expanse of ice and snow, completely gone in just a few years. Lost as well will be the vast store of archeological data trapped in the ice: thousands of years of the Earth’s climate history are told in the layers of ice that descend for miles there. Scientists are just now learning how to read and interpret the history. The great meltdown will surely have catastrophic effects on the ecosystem in the north, with species like the polar bear already edging toward extinction.

Rajendra Pachauri, an Indian scientist, accepted for the IPCC. He is a careful scientist with the political finesse to chair the work of the IPCC despite the enduring antagonism of the United States. He pointed to the disproportionate effect of climate change on the world’s poor:

"[T]he impacts of climate change on some of the poorest and the most vulnerable communities in the world could prove extremely unsettling ... in terms of: access to clean water, access to sufficient food, stable health conditions, ecosystem resources, security of settlements."

Pachauri predicts water wars and mass migrations. "Migration, usually temporary and often from rural to urban areas, is a common response to calamities such as floods and famines."

Gore invoked the memory of Mohandas Gandhi, saying he "awakened the largest democracy on earth and forged a shared resolve with what he called ’Satyagraha’-or ’truth force.’ In every land, the truth-once known-has the power to set us free." Satyagraha, as Gandhi practiced it, is the disciplined application of nonviolent resistance, which is exactly what Ted Glick is doing back in Washington, D.C.

Glick heads up the Climate Emergency Council. On his 99th day of a liquids-only fast, the day after the Nobel ceremony, he joined with 20 people in the office of Senate Minority Leader Mitch McConnell for a sit-in. The Senate Republicans are now blocking a federal energy bill that would create funding for the development of renewable energy sources in the U.S., while stripping away billions of dollars worth of tax breaks for big oil and coal.

Glick told me: "We have to be willing to go to jail. Al Gore, himself, a couple of months ago talked about how young people need to be sitting in in front of the coal plants to prevent coal plants from being built. That’s true. Young people need to be doing that. Middle-age people need to be doing that. Older people need to be doing that. And Al Gore needs to be doing that. Let’s get serious about this crisis."

While Glick was sitting in, news reports began to circulate about Republican presidential candidate Rudolph Giuliani’s law firm’s lobbying activities against the energy bill. According to Bloomberg news, Bracewell & Giuliani LLP was hired by energy giant Southern Co. to defeat the bill. At a $1,000-a-plate fundraiser last August, addressing members of the coal industry, Giuliani said, "We have to increase our reliance on coal."

As Giuliani’s coffers get fat with money from big oil, gas and coal, Glick has lost more than 40 pounds, and the Earth’s temperature continues to rise.

* Amy Goodman is the host of "Democracy Now!," a daily international TV/radio news hour airing on 650 stations in North America.

© 2007 Amy Goodman

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