Accueil > Les Cousins > Colombie > Colombia : dinero para la paz o dinero para la guerra
La noticia de esta semana en Colombia se produjo en los países nórdicos, en Dinamarca con un suceso anterior en Suecia.
Por Miguel Suárez
27 de octubre 2004
En Dinamarca la organización danesa Rebelión, anuncio que por la realización de diferentes actividades había recolectado dineros que le habían enviado a las Farc-Ep de Colombia y al PFLP (Palestina), como una contribución a la lucha por liberación social, económica, político y cultural de sus pueblos.
Según la información el monto de dinero enviado a cada organización es de 8.500 dólares.
Con ésta entrega la Asociación ’Rebelión’ quiere desafiar a la actual legislación danesa de anti-terrorismo, que en esencia es el parágrafo No. 114, cual fue cambiado en junio 2002. La ley fue aprobada a pesar del desacuerdo y graves advertencias de la Asociación de Abogados, El Consejo de Abogados y el Centro Danés de Derechos Humanos.
De inmediato el embajador de la oligarquía colombiana en los países nórdicos, Carlos Holmes Trujillo, reaccionó diciendo que ’Estoy solicitando una reunión con las autoridades danesas para desplazarme a ese país en el primer momento, la próxima semana con el fin de entregar un documento de rechazo, de protesta y de solicitud de explicación directamente a las autoridades danesas’.
Carlos Holmes Trujillo, que gracias a la corrupción que fomenta Alvaro Uribe Vélez, llego al cargo de embajador colombiano, según el senador Héctor Eli Rojas, luego de un negociado entre su hermano el senador José Renan Trujillo y Uribe Vélez donde Renan se comprometía a apoyar a Uribe en su ansias de reelección y a cambio Uribe nombre a Carlos Holmes en Suecia como embajador ante los países nórdicos, coloco un grito en el cielo y mostrando el carácter policial de la embajada colombiana en Estocolmo, dijo en una entrevista radial que ellos venían haciéndole seguimiento a la organización danesa ’Rebelión’ desde el 27 de agosto pasado, para cuando estaba prevista una fiesta en Copenhague (Dinamarca).
La prensa colombiana al servicio de la guerra contra el pueblo también coloco el grito en el cielo y anda gritando o desinformando al pueblo con el cuento de que hay un enemigo extranjero y que hay que unir fuerzas detrás de Uribe, olvidando que Uribe, es quien realmente representa al enemigo extranjero al pretender entregar la soberanía nacional a los Estados Unidos detrás de la garantía de en el futuro no ser encarcelado por sus vínculos con el paramilitarismo y según algunos periodistas por sus vínculos con el narcotráfico y de algunas prebendas para el y algunos de los de su clase.
Aquí debo recalcar que según la organización danesa la ayuda no debe ser tomada como una ayuda que busque fomentar la guerra, sino totalmente al contrario, es una acción que busca propiciar una salida negociada al poner en tela juicio el calificativo de terrorista dado por Dinamarca y por la Unión Europea a organizaciones con innegable carácter político, como las Farc-Ep, calificativo que según ellos imposibilita la mediación europeo en el conflicto colombiano, especialmente el de Suecia que en el pasado jugo un papel muy importante al respecto.
Hablando de cifras y para poder calificar bien esta actividad de los daneses debemos decir que dicho donativo es mas que simbólico si tenemos en cuenta las astronómicas cifras que se manejan en el conflicto interno colombiano.
Según conocedores del tema, el estado colombiano, uniendo el presupuesto de las fuerzas militares, sus paramilitares y las entre comilla ’ayudas’ imperiales invierte diariamente unos 12 millones de dólares en su agresión al pueblo colombiano. Contra esto, 8.500 dólares no son absolutamente nada, y entonces el argumentar que las Farc son financiadas desde Dinamarca o desde los países nórdicos, es un despropósito que solo busca reencauchar a Uribe en estos momentos de destape del embrujo autoritario.
Por otro lado, mientras el pueblo daneses con esta acción mostraba su solidaridad con el pueblo colombiano y sus organizaciones en Estocolmo la Asociación de Mujeres Colombianas Mercedes Usuga, se manifestaba con el apoyo de diferentes personalidades suecas como el presidente del partido de Izquierda, Lars Ohly, de la parlamentaria Rossana Dinamarca, del europarlamentario Jonas Sjöstedt y del parlamentario suplente al euro parlamento Jens Holm, entre otros, denunciando el apoyo del estado sueco a los grupos paramilitares con unos 160 mil dólares.
Mientras el pueblo danés apoyaba una salida política al conflicto y las exiliadas colombianas manifestaban su inconformidad, la oligarquía colombiana utilizando su capacidad de retórica, la de cambiarle de nombre a las cosas y de pintar casas en el aire logro, engañar al gobierno sueco para que estos apoyen el proceso de legalización de los paramilitares y de los narcotraficantes que hoy figuran como comandantes de estos.
Según la información conocida la ministra de relaciones sueca Laila Freivals, justifica el apoyo a los terroristas diciendo que ellos apoyan a la OEA.
Con esta medida, Suecia, se a convertido en el único estado que apoya el mal llamado proceso con los paramilitares, que como decía antes busca la legalización del paramilitarismo y que a la larga llevara a que la guerra en Colombia se torne más cruda.
Ni siquiera gobiernos lacayos se atrevieron a apoyar este remedo de negociación, pero Suecia los hizo, quiero cree, engañada por la oligarquía colombiana.
Con el acto el gobierno sueco esta abiertamente respaldando a un grupo verdaderamente terrorista y a un gobierno antidemocrático y violador de los derechos humanos, violando incluso las directivas de la Unión Europea en cuanto al tema.
Entonces cuando el pueblo danés decide apoyar al pueblo colombiano, a sus organizaciones populares en búsqueda de una salida política negociada al conflicto colombiano, se hace un escándalo mayúsculo escondiendo el gran despropósito sueco de apoyar a los de la motosierra, a los genocidas de las masacres, exterminio a población civil, a los criminales patológicos que descuartizan con sierras eléctricas, a los que roban y se apoderan de tierras y bienes de los campesinos, a los que acumulan de riquezas y que luego invierten parte en votos y elecciones para conseguir poder político.
La acción de la ministra de relaciones exteriores sueca, coloca al estado sueco apoyando a un grupo terroristas, caso que debería causar el escándalo y repudio mundial, porque es una estado apoyando a reconocidos narcotraficantes y paramilitares, mientras el caso danés es una organización popular quien toma la iniciativa y aquí se ha levantado una polvareda mientras se esconde e incluso se alaba el despropósito o el desliza sueco.
Este despropósito esta camuflado en el supuesto apoyo a la misión de OEA, impulsada por el expresidente de la oligarquía Colombiana, Cesar Gaviria, en sus ultimo días como secretario de esta organización conocida popularmente como departamento de Colonias de los Estados Unidos en una acción unilateral que no fue consultada con los miembros de esta organización.
Debemos recordar que los grupos paramilitares tuvieron un especial impulso durante el gobierno de Cesar Gaviria y que hoy este nefasto hombrecillo junto con Uribe buscan a toda costa la legación del paramilitarismo.
La contraposición de los dos actos, el de la organización Rebelión, buscando abrir espacios a una salida política y el otro, el sueco, muy presumiblemente bajo engaño, apoyando la legalización de los asesinos nos dejan algunas lecciones.
Una, el desespero de la oligarquía colombiana que los ha llevado a engañar al gobierno sueco y el otro el danés, la capacidad del pueblo para distinguir entre terroristas y luchadores populares y de entender que la guerra no es la solución y que debe buscarse una salida negociada al conflicto interno colombiano y que no se debe seguir por el camino de satisfacer las ansias de sangre de algunos personajes como Alvaro Uribe Vélez.
Debemos resaltar el llamamiento de la organización Rebelión a que otros grupos en otros países realicen acciones que busquen la imposición de la negociación política como única salida al conflicto interno colombianos.