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27 mai 2004

Brasil busca en acuerdo con la UE fortalecerse frente al ALCA

par Nora Di Pacce

 

Brasil creyó ver en un acuerdo comercial Mercosur-Unión Europea, la oportunidad de demostrarle a Estados Unidos que el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) no es el único príncipe consorte. Pero a medida que las conversaciones para dar forma a la unión entre el bloque europeo y el sudamericano avanzan, las diferencias para concretar el "casamiento" se asemejan cada vez más a las que Brasil, liderando al resto de los países del Mercosur, considera insuperables en las discusiones con los negociadores norteamericanos.

El presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, hace 15 días lo dijo sin vueltas : "Vamos a consolidar la relación con la UE para facilitar la discusión de Brasil en el ALCA y no quedar subordinados a la presión de los intereses económicos de Estados Unidos". Sin embargo, el acuerdo con la UE comenzó a trabarse en los mismos puntos que el ALCA : subsidios agrícolas e inversiones y compras gubernamentales. El presidente de la Comisión de representantes permanentes del Mercosur, el argentino Eduardo Duhalde, se reunió reunido ayer en Bruselas con el jefe de la Comisión Europea, Romano Prodi y los dos se manifestaron convencidos de poder llegar a la Cumbre de Guadalajara (México), prevista para finales de mayo, con el acuerdo "prácticamente concluido" y así tenerlo a punto antes del 31 de octubre, último día del mandato de Prodi al frente de la Comisión Europea.

Con la experiencia acumulada durante las discusiones sobre el ALCA, podría leerse entre líneas que el "cauto optimismo", expresado por Duhalde un día antes de su reunión con Prodi, deja la puerta abierta para una nueva postergación de las negociaciones que ya llevan cuatro años.

El esquema brasileño de fortalecer su relación con la UE para mejorar su posición frente al ALCA no parece tan sencillo, porque al igual que con Estados Unidos las concesiones que uno y otro lado deben hacer parecen inamovibles.

El Mercosur ofreció eliminar tarifas para el comercio del 84% de los bienes intercambiados con la UE y garantías de participación de los europeos en el mercado financiero. Pero la UE pretende además la apertura de las compras gubernamentales y, en el caso de servicios e inversiones, en donde los europeos ya tienen participación, exige la consolidación de la situación jurídica actual.

Para aquellas organizaciones que se oponen a la conformación del ALCA, por considerar que destruiría la soberanía de los países que ingresen al área de libre comercio, el acuerdo con la UE no parece ser mejor. La Alianza Social Continental, que articula la lucha contra la creación del ALCA en todo el continente americano, también alerta sobre el posible acuerdo Mercosur-UE. "A pesar del Capítulo de Cooperación en el acuerdo, para corrección de asimetrías económicas y tecnológicas entre ambos bloques, la experiencia muestra, como en el caso de UE-Chile, que esto no ha ocurrido", afirma la organización social, que alerta además sobre el peligro de permitir la intervención ajena en sectores estratégicos para el desarrollo de las naciones sudamericanas a cambio de incrementar las ventas agrícolas.

A pesar de que el Gobierno brasileño lo ha negado reiteradas veces, la Alianza Social Continental (ASC) teme que en el afán de concretar el acuerdo con la UE acaben desarticulados los bloques de países en desarrollo (como el G 20) que se unieron impulsados por Brasil para actuar en forma conjunta en foros económicos como la Organización Mundial del Comercio (OMC). "En el nuevo mapa de las negociaciones globales y de la relevancia del papel del G 20 en defensa de los intereses de los países en desarrollo, el acuerdo con la UE puede resultar en una maniobra para quebrar el bloque y minar las posibilidades de negociaciones comerciales internacionales más justas", advierte la ASC.

Si Brasil se mantiene tan inflexible con los europeos como con Estados Unidos y sus aspiraciones hegemónicas para la región, no hay dudas de que las negociaciones quedarán estancadas, y en la reunión de Guadalajara estará presente el fantasma de Puebla, donde en febrero de este año fracasaron estrepitosamente las rondas de discusiones para la conformación del ALCA, entre los 34 países de América (menos Cuba) y Estados Unidos.

Las asimetrías económicas y tecnológicas son evidentes entre un bloque y otro y las ventajas que consiga el Mercosur podrían transformarse rápidamente en desventajas si se consolidan prerrogativas a empresas europeas multinacionales que comprometerían seriamente los interese nacionales de los países sudamericanos. En el fondo, se trata de la abismal desigualdad entre los países pobres y los ricos, estén en el ALCA o en la UE.

Radio Nederland. Sao Paulo, 14 de mayo 2004

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