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29 de octubre de 2003

Brasil, Argentina, ¿Ahora Colombia?

 

Varias agencias informativas opinan sobre el triunfo electoral de Luis Eduardo "Lucho" Garzón y lo coloca en la senda del camino presidencial.

Por CNN - AP - REUTERS
Argenpress.info, 28 de octubre 2003

La victoria del ex líder sindical Luis Eduardo Garzón como nuevo alcalde de Bogotá es un inédito triunfo para la izquierda colombiana, lo que abre el espectro de la política del país, y se convierte en un llamado de alerta para el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, y una advertencia para los extremistas de las FARC, coincidieron analistas.

Con un discurso conciliador, el ex dirigente sindical prometió que gobernará para todos. "Nadie debe tener temor de esta alcaldía", dijo ante un auditorio de seguidores eufóricos vestidos de amarillo y que bailaban sin descanso al son de una orquesta de salsa cuyo cantante es ahora un concejal.

Afirmó que no venía a hacer una guerra de "ricos contra pobres".

"Defenderemos los derechos humanos de todos y todas", afirmó el carismático líder de 55 años, del partido Polo Democrático Independiente (PDI). La victoria de Garzón es una advertencia para las FARC, dijeron analistas.

"Las FARC tendrán que recibir este triunfo como una voz de alerta, porque el proyecto político que favorece las causas sociales tiene un espacio en la democracia", dijo el historiador Arturo Alape, biógrafo de Manuel Marulanda, "Tirofijo", jefe de esta guerrilla.

También es un mensaje contra el llamado "unanimismo" que se venía dando en el país con el gobierno del presidente Uribe, a quien se lo identifica con la derecha.

Esta es la primera vez en más de una década que la izquierda llega al poder a una plaza tan importante. En 1990, la guerrilla del M-19 que se había desmovilizado, alcanzó el 27 por ciento de los votos para la asamblea nacional constituyente de 1991.

La alcaldía de Bogotá es el segundo cargo de elección popular más importante del país por el caudal de votos que recibe, el control de la capital y su empleo como plataforma presidencial.

Garzón recibe una ciudad de siete millones de habitantes que se ha transformado en la última década de una caótica capital a una más ordenada, con un eficiente sistema de transporte público, parques, bibliotecas y una ampliación de los servicios de educación y salud.

Sin embargo, han llegado a Bogotá al menos medio millón de desplazados por la guerra, uno de cada dos habitantes es pobre y la diferencia entre el ingreso de los ricos y pobres se ha ampliado hasta tal punto que es de 56 veces.

Garzón, a quien se le conoce como "Lucho", dijo que su primer día como alcalde, el 2 de enero, será un día sin hambre en esta capital.

Garzón, quien fue candidato presidencial en el 2002, tiene profundas diferencias con Uribe sobre la política del primer mandatario para solucionar el conflicto interno, ya que el ex presidente de la Central Unica de Trabajadores cree en un enfoque más negociador que militar.

Tras reunirse el domingo por la noche con Uribe, el nuevo alcalde dijo que "la participación ciudadana frente al terror... pero eso no quiere decir que no combatamos desde lo militar, desde la policía, todo tipo de delito".

Uribe, quien tiene una popularidad de más del 70 por ciento, ha sufrido una fuerte derrota este fin de semana con el referendo que promovía, y con el triunfo de varios opositores en importantes alcaldías y gobernaciones del país.

Pero Garzón dijo que su victoria no es la derrota de nadie. Aseguró que a través de él se muestra que el camino del cambio pacífico está abierto y que lo importante para la izquierda es hacer un buen gobierno, transparente y eficiente.

"Llegamos; el problema ahora es gobernar", concluyó.

Brasil, Argentina, ¿ahora Colombia?

La victoria de Garzón también parece inscribirse en un contexto generacional y hemisférico de transformación. "Es la confluencia de factores, de cómo la izquierda democrática en América latina está empezando a recomponerse y a ser una alternativa real de poder", dijo Adriana Delgado, decana de la facultad de ciencias políticas de la Universidad Javeriana, de la capital colombiana.

"Son muy evidentes los ejemplos de Brasil, de Argentina, de Chile, de Bolivia, es decir, una izquierda moderada que entiende que puede ser una alternativa de poder y de un replanteamiento de modelo económico y social", agregó.

Bogotá es la tercera capital latinoamericana más poblada, después de Ciudad de México y Lima. Los expertos también estiman que Garzón se podría convertir en un dolor de cabeza para Uribe, a quien critica sus políticas de mano dura en materia de seguridad y se inclina más a una solución negociada con los grupos rebeldes.

"Lucho" prometió en su campaña combatir la pobreza y el desempleo, además de mejorar la salud y la educación. Sin embargo, el principal temor de sus detractores es que ante la llegada del líder de izquierda, se frene la rápida evolución que ha sufrido la ciudad, que ahora es una de las más ordenadas de América latina con rutas para ciclistas y amplias zonas verdes.

A pesar de la importancia de la victoria de este candidato que gusta de la salsa y el son cubano, los analistas opinan que aunque podrá convertirse en un trampolín para volver a buscar en el futuro la presidencia, aún falta un proceso de consolidación de la izquierda como opción política nacional.

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