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Conmociona a México la matanza de 26 campesinos
La aplicación de la justicia, la solución de conflictos agrarios y la disminución de la pobreza y la marginación, que alimentan del delito y la violencia, destacan hoy como retos para México ante la conmovedora matanza de 26 campesinos.
Fotografías donde aparecen cuerpos desvestidos, ensangrentados y dispersos en el suelo sacuden a la opinión publica local, indignada por la masacre de jornaleros perpetrada el viernes último en la localidad de Xochiltepec, en el suroriental estado de Oaxaca.
La noticia del crimen trajo a la memoria las 20 personas muertas en 1986 en un choque entre habitantes de los municipios oaxaqueños de Santa María Zaniza y Santiago Amiltepec ; así como de una matanza perpetrada en 1995, seguida por otra tres años más tarde, que cobró la vida de vecinos de Santa María Zaniza y San Lorenzo Texmelucan.
Entre los antecedentes del asesinato de los trabajadores del aserradero "Cofradía", la prensa local mencionó hoy el ataque con armas de fuego registrado a inicios del presente año contra una escuela secundaria en Xochiltepec.
La nueva masacre, una de las mayores ocurridas en el país desde 1997, cuando fueron asesinados 45 indígenas en Acteal, Chiapas, dejo 89 huérfanos y 16 viudas y privó al pequeño poblado del 19 por ciento de su fuerza laboral.
Analistas locales, citados por la prensa plana y por la radio, consideran que las autoridades estatales y federales deben atender con urgencia los viejos conflictos agrarios que enfrentan a cuatro municipios oaxaqueños.
"Cabe preguntarse si será necesaria otra matanza para que las autoridades se apliquen a resolver los conflictos agrarios, la miseria y la marginación en la Sierra Sur de Oaxaca y eliminar así un caldo de cultivo para la violencia intercomunitaria, el narcotráfico y la insurgencia", indica el diario La Jornada.
Hasta el momento, la Procuraduría General de Justicia del sureño estado apresó a 16 presuntos responsables del crimen, a quienes se les ocuparon 23 armas largas, una corta, 225 cartuchos de ametralladoras R-15, 369 de AK-47, 51 de escopeta.
Entre el arsenal decomisado a los sospechosos destacan cinco fusiles de asalto AK-47, nueve rifles calibre 22, tres escopetas calibre 16, dos rifles de 7,62 milímetros, tres fusiles AR-15, un rifle 30,06 y una pistola de 22 milímetros.
Una de las líneas de investigación indica que el ataque constituyó un acto de venganza de miembros de la comunidad de "Las Huertas", en Teojomulco, hacia el poblado de Xochiltepec, porque este último ganó un litigio emprendido desde 1935 por terrenos colindantes.
Otras pistas conducen al narcotráfico y a la venta ilegal de madera.
De acuerdo con el procurador del estado, Sergio Santibáñez, por indicaciones del gobernador, José Murat, las pesquisas "llegarán hasta sus últimas consecuencias, se castigará con todo el peso de la ley a los responsables y no habrá chivos expiatorios".
México, 3 junio 2002 (Prensa Latina)