Accueil > Réflexions et travaux > Lo arbitrario como violencia en Argentina y el mundo.
Nuestra constitución garantiza la libre circulación de las personas a lo largo y ancho de nuestro país. Sin embargo, un reciente fallo de la Justicia porteña permite a la policía demorar a las personas que no porten su documento de identidad en la vía pública. La medida, propia de regímenes totalitarios nos retrotrae a las épocas más oscuras de nuestra historia, cuando la libertad estaba sujeta a la caprichosa interpretación de algún uniformado propenso a abusar de su autoridad. « Me va a tener que acompañar » era la frase siniestra que aún resuena en muchos oídos.
En su texto « Cómo la obsesión por la seguridad hace mutar la democracia » ([Le Monde diplomatique, marzo 2014), el filósofo Giorgio Agamben observa :
De esta manera el filósofo describe un paradigma de poder que se sirve del discurso de la seguridad con el objetivo puesto « no ya en la prevención de problemas y desastres, sino en la capacidad de canalizarlos en una dirección útil ».
Y luego destaca :
Es inaceptable que nuestro país padezca semejante degradación. La libertad para transitar, vestirse, hablar, expresarse o manifestarse como cada uno prefiera no fue el logro de uno o varios gobiernos sino la conquista de una sociedad por décadas sometida a regímenes autoritarios.
Nada justifica semejante retroceso en las libertades individuales de las personas. Si de trabajar para conformar una sociedad menos violenta y más segura se trata, poco avanzamos con medidas de esta naturaleza. Dar rienda suelta a la arbitrariedad de la policía sólo genera más violencia. De hecho, el psicoanalista Eric Laurent opina : « Se ha construido una sociedad de vigilancia generalizada ; entonces, se genera más violencia, para superar esas defensas ». Es imprescindible que los estamentos políticos e institucionales responsables de garantizar la democracia, manifiesten su rechazo a este fallo que atenta contra la libertad.
Sergio Zabalza * para Página 12
Página 12. Buenos Aires, 11 de enero de 2016.