El gobierno llegó a las elecciones del 26 de octubre gracias a dos salvatajes : el manotazo de las retenciones cero que habilitaron una liquidación extraordinaria de 7.000 millones de dólares en solo tres días por parte de 10 agro-exportadoras (que ni siquiera tenían los granos en su poder), y el apoyo del gobierno de Estados Unidos, primero mostrando la billetera (en forma de tuit de Bessent) y luego directamente usándola, proveyendo de dólares frescos a través intervenciones en el mercado cambiario.
Eso le permitió al equipo económico evitar un descalabro cambiario en la previa de la elección. No es la primera vez que se acerca al abismo : este año ya van dos. La primera fue en el mes de marzo, cuando la inestabilidad cambiaria hizo subir el dólar mayorista un 3% y el dólar blue un 6%, llegando la brecha a 23%, y Caputo se apresuró a sellar el nuevo acuerdo con el FMI no sólo de refinanciación sino con endeudamiento extra por 20.000 millones de dólares. De ese monto total, 12.400 millones fueron rápidamente depositados el 14 de abril y otros 2.070 millones en julio, a pesar de que en la primera revisión de metas (de junio) ya se había incumplido el objetivo más evidente y por el cual Gita Gopinath sigue reclamando desde afuera del organismo : acumular reservas. Cavallo y Arriazu, que bancan a Milei, también reclamaron la misma política : comprar dólares. A Milei, el FMI lo ayudó igual.
La segunda vez que el gobierno casi tiembla por el dólar fue en la última semana de septiembre, donde las expectativas estaban absolutamente desancladas y todo indicaba que el tipo de cambio se dispararía hacia una ruptura del techo de la banda. En efecto, ya había ocurrido ese hito y el BCRA había vendido dólares, cosa que no volvió a ocurrir desde que Estados Unidos aparece salvando las papas.
A este escenario de extrema volatilidad, el resultado positivo de la elección del 26/10 –que tiene varias lecturas, pero en el plano económico fue indudable la preferencia por la estabilidad cambiaria e inflacionaria al costo que sea, reforzada por la extorsión de Trump sobre la retirada del apoyo de Estados Unidos– le dio un tiempo extra.
En este nuevo round, a partir del 27 de octubre se volvieron a anclar expectativas con mejoras en las acciones del Merval argentino y en las cotizaciones de los títulos públicos. El mercado puso en precio su escenario ideal, que interpretamos en nuestro último newsletter de CEPA como « plan del gobierno » : un círculo de crecimiento, baja de impuestos y aumentos de la productividad producto de las desregulaciones y la apertura importadora. Con el mundo productivo y el empleo privado retrayéndose, va de suyo. Por cierto, el piso en la compresión de la tasa y la última licitación del Tesoro son una muestra de que la reactivación del crédito no será tan automática como el gobierno quisiera, y podría tomarse un tiempo.
La contundencia del resultado reforzó el optimismo, la fuerte baja del riesgo país y la novedad fue que el gobierno anunció un cambio de rumbo : en la presentación hecha pública el pasado miércoles 29/10 por parte del BCRA, Werning, su vice, mostró un plan donde esta vez aparece claramente el objetivo de la acumulación de reservas como forma de remonetización de la economía. Esto llevó al mercado a creer –y poner en precio con baja de riesgo país– que habría refinanciamiento de los próximos pagos de deuda.
Sin embargo, ¿qué está pasando con el dólar ? El dólar estuvo desconectado de la euforia en bonos y acciones. La primera semana post elecciones siguió relativamente alto, ubicándose a 6% del techo de la banda, y en la última semana, con cierre el viernes 7/11, se ubicó el mayorista A3500 último operado en 1415 pesos y el promedio de A3500 en 1441 pesos, entre 6% y 3,6% del techo de la banda. Si bien la caída del 2% en el dólar mayorista del viernes deja una mejor película, hay poco margen para absorber shocks externos, estando tan cerca el dólar del techo superior de la banda.
Esto es lo que trae dudas acerca de la continuidad del esquema de bandas cambiarias, y por esa razón esta semana Milei se ocupó de confirmarlo hasta 2027.
Lo cierto es que el mismo plan de remonetización del gobierno, en un periodo de baja oferta de dólares que enfrenta la economía argentina hasta la cosecha gruesa y la fuerte demanda de dólares por turismo este verano, incita a la presión cambiaria. El viernes 7, en efecto, el director de mercados emergentes del fondo PIMCO declaró : « Les aconsejo encarecidamente que dejen flotar libremente su moneda. Se los aconsejo encarecidamente mientras los tiempos son buenos », haciendo referencia a la euforia de los mercados financieros. Además agregó : « Inversores extranjeros como nosotros no invertiremos en activos locales con estos niveles de divisa. Punto. Punto final ». En lo que sería un condicionante directo a la política económica disfrazado de recomendación. Tal como dijimos en el newsletter financiero de CEPA del 31/10 : « El mercado parece estar expectante, cuidándose de no dar un paso en falso que le salga caro, como si dudase del esquema o estuviese esperando novedades ».
La declaración es relevante ya que el carry trade es la herramienta elegida por el gobierno como puente hasta la liquidación del agro, por lo que si los grandes actores internacionales empiezan a demandar condiciones para iniciar ese carry, el gobierno ve su margen de acción limitado.
Como Diputada nacional denuncié la ilegalidad de usar al BCRA como pasamanos del Tesoro, en lo que en verdad pareciera una operación de crédito público. El swap nace activado y para ser usado en refinanciación de deuda e intervenciones cambiarias. En efecto, en las últimas horas aparentemente el Tesoro de Estados Unidos transfirió DEGs en el marco del swap con el BCRA y éstos fueron usados para cancelar un vencimiento con el FMI. A su vez, el bloque de Unión por la Patria ratificó que no va a convalidar cualquier endeudamiento que no pase por el Congreso. Y por esa razón, en el presupuesto 2026 figuran 2.600 millones de dólares de desembolso del Fondo Monetario del 2026 que no son válidos.
Esta postura fue asimismo transmitida formalmente a diputados y senadores del Partido Demócrata de Estados Unidos, en un documento titulado « Scott Bessent’s bailout of Javier Milei’s government : new debt that strangles and limits Argentina’s national development » (y abierto a quienes deseen revisarlo, en la web de CEPA).
Allí sostuve :
El pasado jueves 30 de octubre, y en oportunidad de la visita del ex Secretario de Finanzas y además actual Canciller, Pablo Quirno, intenté –sin éxito– extraer información sobre lo acordado con Estados Unidos ante el oscurantismo oficial (Mi intervención completa).
Aquí debajo escribo un detalle de las principales preguntas que realice en la comisión y de las respuestas obtenidas por parte de Quirno :
Todo este oscurantismo oficial, de cara al Congreso pero sobre todo al conjunto de la población, debiera ser suficiente razón para rechazar el programa financiero que el Gobierno envió al Congreso en oportunidad del Presupuesto 2026.
Más dudas frente al secretismo : ¿En qué se invierten los pesos de Bessent ? ¿El Tesoro de Estados Unidos otorgó dólares para pagarle al FMI ?
Marcado por el secretismo que recubre toda la intervención por parte del Tesoro de Estados Unidos en el mercado de cambios local, esta semana surgieron novedades. La idea que prima en el mercado es que el Tesoro de Estados Unidos colocó los pesos que obtuvo producto de las ventas de dólares en una letra emitida por el BCRA. En efecto, este miércoles el BCRA publicó una fuerte disminución en la columna de pasivos que se especulaba que estaban esos pesos, por lo que surgieron múltiples especulaciones. Sin embargo, lo único que se puede asegurar es que esos pesos se movieron : puede ser a otro instrumento en dólares dentro del BCRA, o que se haya activado una parte del swap o lo que parece más probable es que haya recomprado sus dólares aprovechando las colocaciones por cerca de 1.250 millones de dólares y compras por fuera del mercado de cambios. Esto sería consistente con los volúmenes inusualmente bajos 250/360 millones de dólares cuando lo habitual es más de 500 millones de dólares.
El día viernes 7 el gobierno argentino habría pagado un vencimiento del FMI con Derechos Especiales de Giro que fueron provistos por el gobierno de Estados Unidos.
La nota de la Agencia Bloomberg, medio que alertó sobre este punto, sostiene que :
Sin embargo, el mecanismo detrás de ambos puntos —¿dónde se remuneran los pesos de Bessent ? y ¿cómo el Tesoro argentino se fondeó en dólares para cancelar deuda ?—, es absolutamente desconocido y poco transparente.
La parte del iceberg sumergida en el agua muestra una estructura deficitaria en dólares que no sale a la superficie como problema en la medida en que los puentes de financiamiento sigan apareciendo. Cada nuevo reporte mensual del BCRA, en este caso el denominado Balance Cambiario, que no es más que el ingreso y salida de divisas por los distintos rubros de bienes/servicios (cuenta corriente) y por la cuenta capital y financiera, nos sigue dando la razón en el problema estructural del atraso cambiario que genera drenaje de dólares.
Veamos :
Entonces, esto nos lleva a realizar un análisis económico muy sencillo : si el blanqueo fueron 20.600 millones de dólares, si en dólar Blend gastaron 15.100 millones de dólares en contener la brecha, si los Bopreales fueron 10.000 millones de dólares, si el REPO con bancos privados fue de 3.000 millones de dólares, si el préstamo con el Fondo ya lleva 14.000 millones de dólares, si los BONTE aportaron 1.500 millones de dólares suscriptos en dólares, si la baja temporaria de retenciones de junio agregó unos 7.600 millones de dólares extra y si los préstamos a organismos internacionales fueron 6.200 millones de dólares y si luego además tuvieron que agregar una nueva baja de retenciones llevándolas a 0% que aportaron 7.000 millones de dólares de extra y con este total de 92.500 millones de dólares no fue suficiente para sostener un tipo de cambio a todas luces atrasado. ¿Por qué alcanzaría ahora con el préstamo de Estados Unidos ?
Julia Strada* para El cohete a la luna
El cohete a la luna. Buenos Aires, 9 de noviembre de 2025.