recherche

Accueil > Les Cousins > Uruguay > Uruguay y el neo malthusianismo de Batlle

10 février 2003

Uruguay y el neo malthusianismo de Batlle

 

Por Bitácora

¿Es impagable la deuda como lo sugiere el valor de los títulos públicos o la negativa del mercado a prestarle al sector público ?, pregunta el economista Jorge Gaumont en el suplemento " Economía & Mercado", sumándose en su respuesta al insólito criterio imperante a nivel del equipo económico, en que se sostiene que es posible si la contracción presupuestal estatal es de tal magnitud que la totalidad de los ingresos del gobierno central -incluidos los aportes financieros del resto del sector público, supere el gasto -además del pago de los intereses de la deuda - en no menos del 4 % del PBI.

No es importante la definición personal de Gaumont, aunque parece que a su cabeza ingresó también el bichito que pulula en los pasillos del Palacio de Hacienda que, al explicitarse en todos sus extremos ante la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), provocó indescriptible nerviosismo entre técnicos que no pueden entender en nivel de irracionalidad al que se ha llegado en este país.

Por supuesto - sostiene también Gaumont - que quienes se oponen a la idea de contraer la actividad pública de manera brutal, como se pretende hacer, piensan que lo indicado es imposible pues la situación empeoraría mucho más, acentuándose el receso. "Si nos mantenemos aferrados a esa idea - indica el economista - es porque no pensamos que podemos estar peor y porque no recordamos que es el mismo argumento que nos ha llevado a la situación actual, de mayor endeudamiento, de desconfianza y de receso hasta la depresión".

Cuando se llega a definiciones de este tipo y se cree que lícitamente un gobierno puede empobrecer al pueblo que representa, dentro de una nación democrática, a los extremos en que nos encontramos, con un 20 por ciento de desocupación abierta, con más de 800 mil personas con problemas de trabajo, ingresos insuficientes, en un marco de pauperización generalizada y con una destrucción de riqueza que alcanza a los 10 mil millones de dólares , es evidente que se tienen concepciones que nada tienen que ver con los intereses del país y menos aún del conjunto de la población.

¿Alguien cree realmente que la actividad económica puede caer más ? Y además ¿qué tal cosa es posible en un país que se rige por un sistema democrático representativo de gobierno ? ¿Y qué, con esa política insólita para el mundo, se podrán pagar los vencimientos de la deuda externa ? La estrategia económica de la derecha enquistada en el equipo económico ya no está destinada a satisfacer el afán de lucro de la oligarquía autóctona, a la que también está destruyendo rápidamente. Está orientada a satisfacer, en el mejor de los casos, a algunos grupos financieros multinacionales, cuya adhesión, es previsible que tampoco conquisten.

No existe ninguna actividad en el país que pueda advertirse como lucrativa, excluyendo del análisis a "islas" dentro del sistema financiero, especialmente las entidades extranjeras, que han lucrado gracias a las debilidades del propio gobierno que ha caído en todas las trampas especulativas que se le han colocado.

La especulación con el peso y el dólar, para mantener medianamente estable el tipo de cambio, es uno de estos escasos mecanismos con que el Banco Central durante meses pagó intereses astronómicos para evitar que los bancos pasaran sus activos a dólares. Una operación de "chantaje" económico. La acción de claro corte especulativo, se podría haber parado desde el pique modificando el mecanismo de encajes, para lo cual el Banco Central contaba con las atribuciones adecuadas. Sin embargo se prefirió lo peor, al igual que ahora, cuando se intentará otro desaguisado que tendrá gravísimas consecuencias para la economía en su conjunto.

A la pregunta de si alguien puede creer que reduciendo aun más el poder de compra de la población, achicando en varios cientos de miles de dólares el gasto estatal, se logrará cumplir con el endeudamiento externo. La respuesta es sí. El equipo económico y, por supuesto, el propio presidente Batlle, parecen creer en ello, aunque su visión sea más que cortoplacista y que poco les importe la suerte de la gente en una política de claro corte malthuisianista, que tenderá a multiplicar las vías de escape (o ajuste) en una sociedad que cada día se volverá más inhóspita.

¿Cuál será en nivel del equilibrio ? Quizás un país de dos millones de habitantes, con una desocupación media, o de un millón, con ocupación casi plena, que deberá achicar en niveles dramáticos la pirámide ataría, ya que no podrá mantenerse a una clase pasiva tan nutrida. Un país, quizás, que funcione especializándose en servicios, recreándose la intención de convertirlo en un paraíso fiscal abierto a todo el dinero "negro" del continente.

Para ello habrá que hacer lo que se propone el gobierno. Reducir los gastos del Estado al nivel de revertir la actual calamitosa situación que implica haber llegado a un déficit que ronda el 5 por ciento del PBI. Los menos fuertes, los viejos, dejarán de vivir en hospitales estatales en que los medicamentos no existirán, y los demás - los jóvenes - tendrán que escapar para tratar de reencontrarse con la cordura en otra parte del mundo.

¿Será posible tirar tanto de la soga sin que se rompa ? ¿No habrá llegado el momento en que unos y otros, los que todavía creemos en que este vergel de riqueza, que es el Uruguay, puede funcionar al servicio de su gente, intentemos concretar las acciones que dentro del marco institucional detengan tanta enajenación ? Esperar hasta octubre del 2004, ¿no será demasiado tiempo para soportar el nivel de soberbia que existe en este gobierno ?

(*) Nota publicada en el suplemento Bitácora de Uruguay

Retour en haut de la page

El Correo

|

Patte blanche

|

Plan du site