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19 décembre 2007

« Operaciones basura »
De Solano López en 1865 a los Kirchner del 2007.

par Gustavo Herren

 

La llamada Historia oficial o liberal, que es la que aprende la mayoría de los niños que asisten a las escuelas y la que predomina en muchos institutos, universidades, y en los medios masivos de comunicación de Argentina, no es única verdad, ni tampoco neutra como pretende, sino que esta vinculada a formas del poder local y mundial. Su principal impulsor fue Bartolomé Mitre, que después de la derrota de los pueblos del « interior » en la batalla de Pavón (1861) ejerció por décadas el liderazgo de las clases dominantes en el país.

Esta historiografía se enseña como una descripción de una determinada sucesión cronológica de eventos del poder formal, mostrando efectos y ocultando causas.

Algunos de los puntos que la caracterizan son :

1. Oculta sistemáticamente los intereses económicos y el accionar de los imperialismos, y presenta a muchos actores locales que los beneficiaron, como patriotas.

2. Atenúa, distorsiona, demoniza o vacía la acción de aquellos hombres que defendieron los intereses nacionales económicos, culturales y del pueblo, y omite el accionar de éste como conjunto.

3. Omite o restringe la comprensión de los procesos económicos subyacentes, es decir la relevancia de la interacción Historia-Economía en el plano interior y exterior.

Tal vez, el elogio del mariscal paraguayo Francisco Solano López, que hiciera la presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner al reunirse con el primer mandatario del Paraguay Duarte Frutos, referido a lo que ocurrió en América del Sur hace mas de un siglo con su país y que involucró la acción encubierta del Imperio de la época, pueda dejar algunas lecciones más.

Para la consabida Historia argentina liberal o mitrista, la guerra con el Paraguay no fue un conflicto de sectores con distintos intereses, y los López fueron feroces dictadores que intentaron expandirse y someter a sus vecinos inmediatos en un sangriento conflicto cerrado entre esos países, casi sin intervención de las potencias europeas. Como ocurre hoy, años antes de la guerra la prensa al servicio de las oligarquías y del imperio de turno fue preparando poco a poco el campo psicológico y demonizando al mariscal López como « el Atila de América... a quién hay que matar como un reptil ».

Pero otras líneas historiográficas manifiestan algo muy diferente. Consideran que hacia 1860, los gobernantes Carlos Antonio López y luego su hijo Francisco Solano desarrollaron en Paraguay, el primer proceso de industrialización de toda América latina. Hubo fundiciones de hierro, ferrocarriles, una importante flota mercante, línea telegráfica, fábricas textiles, industrias manufactureras y de la construcción, fábricas de pólvora y de armas. En esos años, Paraguay era el país mas desarrollado de América del Sur.

La propiedad de la tierra era estatal (campos de la Patria), casi no había campos privados en un sistema de organización comunitario con reminiscencias socialistas. Prácticamente no había analfabetismo, y crecía la base cultural propia.

El gobierno paraguayo implementó medidas proteccionistas, para preservar su desarrollo industrial autónomo y tomar el control de sus principales producciones que exportaba, como la de yerba mate, tabaco y madera. Emitía su propio papel moneda y mantenía el control sobre su sistema monetario. Tenía fuerte superávit en su balanza comercial y no tenía deuda externa.

Paraguay alcanzó su independencia económica, al salir del Capitalismo Liberal que con su Libre Mercado (o Libre Cambio) y apertura de las economías, estaba siendo impuesto en toda la región por Inglaterra y otras potencias europeas, según la División Internacional del Trabajo por ellas dictada en el marco de la Revolución Industrial, (promovido popularmente bajo las consignas « Modernización, Progreso y Civilización »).

Contrariamente en Argentina, el gobierno adoptó el modelo Liberal al consolidarse el Estado nacional en la década de 1860, con la « pacificación » del interior del país hecha por Mitre (a sangre y fuego) y que endeudó a la nación más, que con la guerra con el Paraguay. Se buscaba lograr un gobierno central único, aceptado y acatado por todas las provincias, aunque habilitaba al país para el endeudamiento externo, aseguraba sus pagos (Doctrina Castlereagh : « No importa quién gobierne, lo que hay que obtener es el manejo del comercio. ») y garantizaba el proyecto económico de los sectores dominantes. Así se privatizó la propiedad de la tierra y su economía fue transformada en una economía primaria exportadora, con endeudamiento externo, y con apertura de la importación a productos manufacturados con valor agregado, insertando al país en la División Internacional del Trabajo configurada por las potencias.

Frente a las reiteradas intervenciones directas de las potencias europeas, para imponer sus intereses en América latina, los países de la región intentaron formar una Unión Panamericana, pero fracasó ante la oposición de países como Argentina, en que su presidente Mitre rechazó reiteradamente la adhesión.

Previo a la guerra, el gobierno de Mitre pidió un importante préstamo a Londres de 2,5 millones de libras, gestionado por su ex-ministro de Hacienda Norberto de la Riestra y director del banco británico London Buenos Ayres & River Plate Bank Limited, y por su ministro de Hacienda Lucas González apoderado de la firma financiera Murrieta y Cia de Londres, (y que en 1880 formalizó el acuerdo que entregó al extranjero tierras fiscales santafesinas como pago de deuda externa). Durante tres años de la guerra el gobierno siguió endeudándose con Londres para solventar los gastos bélicos.

Inglaterra (y otras potencias europeas) después de haber desarrollado sus industrias bajo el más feroz Proteccionismo durante dos siglos, necesitaban el Libre Mercado y la apertura al capital e inversiones extranjeras en toda América del Sur. La industria textil inglesa en particular la del algodón, fue perjudicada por la Guerra de Secesión (1861-65) que unificó Estados Unidos e implantó el Proteccionismo.

Al ser derrotado el Sur, que se manejaba con el Libre Comercio, dejó de exportar algodón a Inglaterra. De modo que a ésta, le interesaba reemplazar la superficie de cultivo perdida en América del Norte, y le preocupaba la emergencia de un país proteccionista e industrializado en América del Sur, con aspiraciones de tener una razonable autonomía en la toma de sus decisiones.

Concomitantemente para el plan económico de la oligarquía de Buenos Aires (puerto), no bastaba con « pacificar » el interior sino también a los pueblos federales de la Banda Oriental (Uruguay), y terminar con la amenaza de los López en Paraguay.

Así cuando terminó la Guerra de Secesión en Estados Unidos (1865), comenzó la Guerra del Paraguay. Tres países, cuyos gobiernos los habían insertado en el modelo europeo del Capitalismo Liberal, con Inglaterra detrás, entraron en guerra con Paraguay (Guerra de la Triple Alianza (1865-70)).

Los bancos de Londres, Baring Brothers y Rothschild, financiaron a Argentina, Brasil y Uruguay con empréstitos o préstamos que profundizaron su dependencia económica por décadas.

Al dejar la presidencia (1868) Mitre había duplicado la deuda externa, que recibió Sarmiento y que a su vez triplicó durante su mandato (1868-74), manteniendo las políticas liberales de apertura económica.

La suma de las Fuerzas militares de los tres países, más el apoyo encubierto de la « Superpotencia » de la época : Inglaterra, dio un resultado devastador para el Paraguay.

Una guerra de exterminio, una carnicería en que se masacró a las tres cuartas partes del pueblo paraguayo. La catástrofe demográfica fue tal, que el país quedó prácticamente sin población masculina. Los vencedores implantaron inmediatamente en el país derrotado el Libre Comercio, la libre navegación de sus ríos y las privatizaciones en todo ámbito, como las industrias estatales y la propiedad de la tierra, que conformaron los latifundios que comenzaron a exportar algodón a las hilanderías de Manchester.

Para la « reconstrucción » de Paraguay, llegó sin demora el primer empréstito extranjero de bancos británicos, del Stock Exchange (Bolsa de Londres) y del Brasil, sus actuales acreedores.

Mitre manifestó después del triunfo : "En la guerra del Paraguay no sólo triunfó la Argentina, sino también el Libre Cambio (Libre Comercio) ».

El primer proyecto en América del Sur para un desarrollo independiente, con un intento para una redistribución social equitativa de la riqueza, el « Paraguay industrial », fue aniquilado.

En realidad a los imperios no les importa tanto las ideologías, como sus intereses, que invariablemente confrontan y perjudican los intereses de otros países. En principio, independientemente de la ideología, un líder o un gobierno nacional y popular, por definición debería defender los intereses de su país y de su pueblo, prioritariamente y por encima de todos los demás, lo cual es inaceptable para cualquier Imperio o potencia. Por eso deben impedir que surja e incluso destruir todo aquello que en su área de influencia tenga características de nacional y popular, lo que hoy llaman despectivamente « populismos’.

En el caso de la guerra asimétrica de Irak, las distintas componentes de la resistencia iraquí no tienen un solo líder fuerte, que unifique sus convicciones. Pero por ejemplo en el proceso de Venezuela, se da otra combinación muy temida por los Imperios : Líder popular fuerte + mayoría de un Pueblo organizado + FFAA nacionales (no liberales, ni neutras) disciplinadas.

Aún en otros países democráticos como Bolivia, en que no se cumple estrictamente el tríptico, pero cuyos gobiernos buscan una mayor autodeterminación, defendiendo sus intereses nacionales, priorizando los de la mayoría de sus pueblos carenciados afectando necesariamente aquellos de las élites oligárquicas locales, en simbiosis con el poder extranjero, al no ver salida éstos no vacilarán en fabricarle una guerra militar interna o externa.

Ante el monumental fracaso militar que ha tenido Estados Unidos en la guerra irregular de Irak, el gobierno de G.W. Bush necesita con urgencia « crédito » ante su público. Así el evento del 2D en Venezuela ha acelerado la ofensiva en las guerras políticas del Imperio en la región.

En Argentina, se pueden observar por ejemplo cómo los noticieros de la mayoría de los canales comerciales de TV, y los reaccionarios CNN, América 24 y C5N, han aumentado y sintonizado el « bombardeo por saturación" contra el público, con noticias tendenciosas, manipuladas y de dudosa veracidad sobre el presidente Chávez y Evo Morales. Así mismo ocurre en Latinoamérica con buena parte de los multimedios de comunicación miembros de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en España del grupo PRISA, o Globovisión en Venezuela que actúan como retaguardia en operaciones de las oligarquías locales y de Estados Unidos.

El gobierno de Estados Unidos, está llevando adelante una acometida contra la flamante presidenta argentina y el mandatario venezolano, en una sucesión de operaciones cuidadosamente sincronizadas. En una intromisión que pretende extrapolar el plano judicial al político, con el objetivo de marcar los « límites » a los nuevos liderazgos independientes y soberanos que están surgiendo en Latino América, y que éstos tengan que negociar su relación con el presidente venezolano pasando por Washington.

Las « operaciones basura » del gobierno de G.W. Bush (que financió las actividades de los grupos de Osama Bin Laden y Saddam Hussein, justificando luego uno de los mayores desastres humanitarios de los últimos tiempos con la falsedad de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak), que apuntan a mostrar la corrupción en los gobiernos de Argentina y Venezuela fueron denuncias por éstos. Estas tácticas, se montan sobre posibles casos de corrupción, que involucran al ciudadano estadounidense G.A. Antonini Wilson, con captura por Interpol, pero que sin embargo no puede ser extraditado desde Estados Unidos a Argentina, ni ubicado por el FBI (con larga experiencia en técnicas de difamación contra líderes populares, como por ejemplo el caso del doctor Martin Luther King Jr.), aunque rápidamente arrestó (dudosas « pruebas » mediante) a cuatro personas que podrían haberlo « presionado », y que acusó de supuestos agentes secretos extranjeros.

Las denuncias de corrupción de Estados Unidos de cualquier manera son, en sí mismas, un elemento de fuerte presión en política exterior, más aún cuando se reactivan y amplifican por las grandes corporaciones de comunicación a dos días de asumir la presidenta de Argentina, justamente cuando había dado algunas señales de autodeterminación respecto a las directivas establecidas por el Imperio, lo que refuerza una tendencia hacia cierta integración latinoamericana. Y cuando los presidentes de Venezuela, Brasil, Bolivia, Argentina, Ecuador, Paraguay y luego Uruguay acababan de lanzar la creación del Banco del Sur, que entre otra funciones ayudará a disminuir la dependencia de organismos prestamistas que han sido tan nefastos para la región, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el BID entre otros, o también teniendo en cuenta la Cumbre en que la presidenta asumirá el mandato pro tempore del Mercosur, en cuanto a dificultad para los TLC.

Sin embargo, hace unos días ante probables manifestaciones populares de repudio contra Estados Unidos, Washington tuvo que preventivamente enviar a funcionarios de segunda línea a la asunción de la mandataria argentina electa. La realidad está superando a las presiones y a las colosales operaciones de propaganda que el gobierno no exceptuado de corrupción de G.W. Bush realiza, intentando superar su baja credibilidad y mala imagen pública ganada en casi todo el mundo.

Argenpress. Buenos Aires, 18 de diciembre de 2007

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