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15 mai 2004

Ni hacia Europa ni hacia los Estados Unidos, el camino será latinoamericano o no será nada.

par Federico Corbière

 

¿El nuevo fenómeno latinoamericano ?

La llegada de Kirchner al gobierno abrió un nuevo capítulo en la historia institucional argentina. Clausuró el ciclo de corrupción neoliberal inaugurado por el menemismo. Rechazó las embestidas de los acreedores externos y ensayó algunas recetas populistas para lograr mayor consenso social a falta de legitimidad política. Caracterizado por un hábil pragmatismo y la recurrente búsqueda de convergencias ideológicas, Kirchner parece haber sentado los pilares administrativos para desarrollar lo que él llama el paradigma ’neokeynesiano’.

Neo, seguramente en correlato con el ’elegido’ para salvar el mundo en el film Matrix, y keynesiano por su plan de mayor intervencionismo estatal tanto en el mercado como en la aplicación de programas de seguridad social, asistencia sanitaria, vivienda y la promesa de mayor pluralidad en los procesos de toma de decisión por parte de la ciudadanía, entre las que se proyecta la eliminación de las listas sábana.

Como Perón en la década del cuarenta, fue convocado por el poder de turno para dar continuidad al desgastado bloque dominante. De hecho, antes de asumir la presidencia, sus adversarios lo caracterizaron como una marioneta dirigida por los espectros del duhaldismo predecesor.

Sin embargo, igual que Perón nunca representó ese rey desnudo permeable y distraído. Desde el comienzo, el nuevo Príncipe en su versión reloaded reclamó las atribuciones como conductor del Ejecutivo y, rápidamente, logró establecer una especie de alianza policlasista que le diera sustentabilidad propia, al seducir a los exportadores locales por las ventajas comparativas de una moneda devaluada, prometer reactivación en la industria manufacturera, y lograr ese difícil equilibrio entre los sectores medios y las clases populares.

Por ahora, a casi un año de iniciado su mandato, el éxito de este acuerdo puede verificarse en los triunfos electorales de distintas localidades, y especialmente en el fracaso de las campañas de prensa orquestadas por la nueva derecha encarnada en el monopólico Daniel Hadad, o el progresismo reaccionario de Ari Paluch y Fernando Bravo, que tienen que chupar mandarinas entre las tandas de sus programas radiales para calmar su sed, luego de denostar sistemáticamente a las fuerzas de seguridad por no reprimir los cortes de ruta de los movimientos de trabajadores de desocupados mas radicalizados.

Política transversal

Hasta mayo del 2003 su figura era más conocida por su parecido físico con un destacado actor de burlesque local, que por conducir la provincia con menor tasa de desocupación y pobreza del país. Pero su alter ego ideológico no era el risible Tristán sino la aguerrida senadora Cristina Fernández, con quien cuenta casi treinta años de matrimonio y, también, es la encargada de desenfundar sus uñas frente a las embestidas de sus adversarios políticos ; como el día que aseguró descubrir un operativo de vigilancia esgrimido desde las penumbras de la SIDE (Servicio de Inteligencia del Estado) en tiempos de campaña.

Casualmente, esto ocurrió luego de que el santacruceño pidiera elecciones anticipadas por considerar que ’un gobierno no debe estar sustentado sólo en la legalidad lograda por un acuerdo entre dirigentes’, sino que ’necesita legitimidad de origen, que es la voluntad popular’ ; además de la negativa de sumarse a los no pocos gobernadores provinciales que firmaron junto con el gobierno interino duhaldista un compromiso, como siempre abusivo, con el Fondo Monetario Internacional.

Kirchner (de 53 años) qué apenas obtuvo el triunfo electoral con algo más del veinte por ciento de los votos, no duda en entrevistarse con representantes de distintas facciones. De hecho su administración está integrada por hombres de sectores adversos, desde ex comunistas como Eduardo Sigal, socialdemócratas y liberales de cuello duro, entre los que se destaca el secretario de Comercio y Relaciones Económicas internacionales, Martín Redrado, y hasta sorprende toda racionalidad la adscripción en su gabinete de un niño genio opusdeísta.

En junio de 2002 Kirchner había reclamado la caducidad de todos los mandatos y exigió nuevamente elecciones generales junto a su actual opositora y dirigente del ARI, Elisa Carrió y al reelecto jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ahora kirchnerista, Aníbal Ibarra. Un año y medio más tarde, con gran cintura política llevó a la mediática legisladora del ARI, Graciela Ocaña, a la conducción de obra social de los jubilados y pensionados, PAMI.

Sin embargo, el sonriente Carlos Federico Ruckauf actualmente investigado (además del sindicalista titular de SMATA, José Rodríguez) por su aparente connivencia en la desaparición y muerte de casi toda la comisión interna de la fábrica de Mercedez Benz cuando ocupaba el cargo de ministro de Trabajo en tiempos de López Rega y las Triple A, resultó electo junto a otros legisladores eternos, salidos de su mismo riñón partidario.

Santa Cruz del petróleo

Con 144.000 kilómetros cuadrados, Santa Cruz es la segunda provincia argentina en extensión. Cuenta con sólo 190 mil habitantes y es una de las más fecunda en riquezas para explotaciones naturales. Hay refinerías petrolíferas, flora y fauna de toda especie, yacimientos minerales y entre sus fronteras está el atractivo glaciar Perito Moreno.

Posee además una reserva de 527 millones de dólares depositados con sabia previsión antes del corralito en un banco de Luxemburgo. Es la jurisdicción con mayor inversión en educación (un 25 por ciento del presupuesto), el menor índice de analfabetismo y la menor tasa de mortalidad infantil. Su único compromiso financiero es una deuda con el Banco Mundial de 200 millones de dólares a pagar en 16 años.

Néstor Kirchner asumió la gobernación en 1991, fue reelecto en 1995 con el 65 por ciento de los votos y nuevamente reelecto en 1999 cuando obtuvo el 56 por ciento. Se autocompara con François Mitterrand, Jacques Chirac, Felipe González y José María Aznar a la hora de justificar su prolongada gestión.

Curiosamente, prefiere no opinar respecto de la crisis de institucionalidad en otros feudos fundados bajo gobernaciones vitalicias y duplicidades marcadas por vicios autocráticos, como la doble intendencia en la ciudad de San Luis, el doble crimen de la dársena en Santiago del Estero o las diversas maniobras supletorias en la conducción de los gobiernos provinciales. En San Luis luego de la cesión en vida del bastón de mando de Adolfo Rodríguez Saá a su hermano Alberto ; y en Santiago gracias al enroque de poder entre Carlos Juárez y su esposa Mercedes Aragones (alias ’Nina’), que llegó a nombrar ministro a su media naranja para evitarle la posible prisión, en virtud de la inminente resolución de las investigaciones policiales, antes de la intervención forzada de esa provincia, no por la serie negra de crímenes sino a causa del desplante de sus pares durante el último Congreso del Partido Justicialista.

No obstante, la provincia del santacruceño no presenta dudas sobre enriquecimiento debido al presunto abuso del régimen de promoción industrial y merced a virtuales empresas fantasmas como beneficiarias, como el caso de la provincia de los Rodríguez Saá.

¿En busca del tiempo perdido ?

’Quiero terminar con esto de que la política es solamente una cuestión mediática, porque eso la deshumanizó y le quitó la interrelación que tan fundamental (...) No creo en la política ’punteril’ de los aparatos’, asegura Kirchner para distanciarse de los clanes, Sapag, Saadi, Menem y Saá. Probablemente ese sea el motivo por el que el patagónico nunca fue protagonista de una road movie en la que apareció desnudo y maniatado en un hotel de ruta, engañado por una amante conversa.

Su alternativa a la crisis consiste, según dijo en campaña, en la reconstrucción de las instituciones estatales, como la reestructuración del sistema educativo o un cambio en políticas de seguridad. Reforma impositiva con reducción de impuestos recesivos (IVA) y redistribución más equitativa de la recaudación, con un mayor impuesto a las ganancias. Un año atrás proponía la creación de un Fondo Fiduciario que de subsidios directos a los productores, la construcción de aldeas comunitarias con producción para el autoabastecimiento y planteaba la necesidad que el Estado recupere en control de los recursos petrolíferos. Algo similar a los planteos de ’administración eficiente’ de Elisa Carrió y más aún a los de Fernando De la Rúa antes de resultar electo en 1999.

Como el ex mandatario huido, no es mediático pero se mueve bien en los medios. Tiene una alta imagen positiva, pero nadie sabe a ciencia cierta cuál será su siguiente paso. Si actualizará los principios defendidos por las luchas sociales de la década del setenta o si preferirá los postulados de ’paz y administración’ aplicados por el conservadurismo de fines del siglo XIX.

Hasta ahora, ninguno de estos datos muestran cuáles son las influencias de su pasado militante como miembro activo de una rama política de la juventud peronista, sobrina del grupo insurgente Montoneros, conocida como La Tendencia Revolucionaria. Sin embargo, después de proclamar la necesidad de un ’capitalismo en serio’ en la apertura de las cesiones ordinarias realizadas a principios de marzo, puede observarse que su pasión pueril fue ganada por la razón del cálculo y el beneficio de una especie de liberalismo comedido, que no por casualidad lo llevó a cosechar junto a su esposa una fortuna de más de 2,2 millones de pesos.

Lo curioso del caso y, probablemente sea la punta de un ovillo más enredado de lo aparente es la incorporación a su gabinete al ex jefe de comandos de campaña, al arribista opusdeísta Gustavo Béliz que ya pasó según los vientos acomodaticios por las manos de Carlos Saúl Menem, Carlos Federico Ruckauf, Domingo Felipe Cavallo e Irma Roy, entre otros.

Control K

Con afán estadista, Kirchner pasa largas horas estudiando economía, porque cree que para gobernar hay que ser un buen economista. No como el hijo del doctor Cateura, de Landrú, que aprendió latín para atender una carnicería.

Los primeros meses de gestión superaron las predicciones de muchos analistas. Hasta el homicidio de Axel Blumberg y el advenimiento de la crisis energética, Kirchner se encontraba muy bien posicionado, con la particularidad de haber desafiado al presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, en materia de política exterior respecto del voto negativo contra Cuba y, principalmente, por desobedecer las recomendaciones de los representantes del Fondo Monetario Internacional en su discurso de cierre durante la Cumbre de las Américas realizada en México los primeros días de enero.

Renovó parcialmente la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Pero no arremetió sobre otro opusdeísta también ligado a un pasado de adicciones menemistas como miembro estable de la llamada ’mayoría automática’. Comenzó la construcción de viviendas económicas y acordó con algunos sectores piqueteros. Empezó la revisión contratos de las empresas privatizadas como el caso del Correo Argentino que será vuelto a licitar o la reestatización de Thales Spectrum, que administraba el espectro radioeléctrico.

Volvió a habilitar para el transporte algunas vías férreas en desuso para fomentar el crecimiento industrial. Y comenzó a combatir la corrupción policial y a descabezar la cúpula militar, que aún hoy conserva ciertos rasgos autoritarios propios de los años de la última represión. Tiempo atrás dio a conocer fotografías revelando prácticas de entrenamiento en torturas con picanas y otras vejaciones durante los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem, y su jefe de armas volvió a pedir disculpas en nombre de las fuerzas por los asesinatos del pasado.

La pregunta obligada es si un buen administrador, conciliador y equilibrista podrá sacar a la Argentina de este lodazal que lleva varios años de cuaresma. Si tendrá una suerte similar a la de Perón, que sufrió un intento de golpe en 1951 antes de su caída definitiva en 1955, cuando la tácita alianza policlasista se derrumbó al intentar cambiar el rumbo de la economía agroexportadora al de una industrialización pesada.

Claro está que las épocas de golpes militares han quedado en el pasado. En todo caso será quizás un bombardeo masivo ideado por los republicanos norteamericanos debido al supuesto cultivo de hojas de coca en la cima del Aconcagua o el oculto ensamble de bombas atómicas en las profundidades de las catacumbas que circundan la Casa Rosada, o en todo caso una alianza argentino-marciana en la creación de usinas eléctricas nucleares para combatir el control territorial del planeta por el Consenso de Washington y sus aliados británicos. Por supuesto, encabezada por el optimista secretario de Energía, Daniel Cameron.

Capitalismos humanistas

Cabe destacar algunas cuestiones de las experiencias del bienestar keynesiano :

 Principalmente, que sólo funcionaron mientras no interfirieron con la lógica de producción capitalista llegando en el mejor de los casos a socialdemocracias como la Sueca, que probablemente resultó ser la mejor experiencia de democratismo social debido a los beneficios comerciales generados durante su abstencionismo en la Segunda Guerra.

 Que los estados de bienestar funcionaron solo para salir de crisis en las economías de las principales potencias económicas, mientras que en América Latina se dieron formas particulares de regímenes populistas, desarrollismos dependientes, alternadas con gobiernos de derecha y golpes de estado que favorecieron los intereses del capital financiero.

 Que la ingeniería social aún no ha resuelto los problemas de financiamiento del crecimiento demográfico y aumento de las expectativas de vida, y que la sociedad argentina no parece haber asumido los principios de responsabilidad colectiva para lograr una redistribución de la riqueza progresiva. Y, por último que éste tipo de políticas nunca cambio la estructura de clases ni resolvió los problemas de desarrollo en las naciones latinoamericanas.

Por lo tanto, será un desafío evitar que se derive en planes sociales del tipo selectivo paternalista o, peor aún en el selectivismo liberal del estado mínimo como el caso chileno del socialdemócrata Ricardo Lagos. Y si el proyecto para la nueva Argentina es industrializar un país factoría, luego de la fuga de cerebros producida en los últimos años y la falta de mano de obra calificada a más de veinte años del cierre definitivo de cientos de fábricas, ese será otro desafió en el Kirchner deberá trabajar para sorprender hasta los analistas los mas entusiastas.

Habrá que ver los resultados de la estrategia patoteril kirchnerista frente a los representantes del capital extranjero. Este sólo fue el primer round de la corta campaña de gobierno y no quedan muchos más para que se defina la pelea. De un nocaut asegurado Kirchner ha logrado hasta ahora un empate técnico, con un pesimista final en caso de elegir por un capitalismo ’humanista’ hacia el cual se perfila.

La angustia del rumbo

Kirchner cuenta hoy en su haber con el virtual apoyo del justicialismo y un tirante pacto de no agresión con los sectores financieros, que reconocen en el economista Roberto Lavagna un interlocutor válido.

Sus continuos anuncios rimbombantes, progresistas en retórica social y liberales en lo económico, presentan angustiosas incertidumbres sobre el rumbo que seguirán sus políticas de seducción, que a diferencia del peronismo de Perón no optará por retomar la soberanía de los servicios públicos, concedidos mediante la ley de desguase del Estado en 1989.

En cambio ya concretó los subsidios a los pésimos ferrocarriles concesionados con la entrega de nuevas formaciones. Aceptó las presiones empresariales de las extractoras de hidrocarburos e insumos energéticos frente a la crisis de abastecimiento interno, con un plan de incrementos en el precio del gas que llegará hasta la paridad cambiaria del peso con el dólar. Y creará una nueva empresa nacional de energía (ENARSA) para concretar las obras de infraestructura y gastos de exploración, sobre los que hasta ahora las privatizadas se han desentendido por el bajo margen de ganancia.

Aunque de algo estamos seguros : el camino será latinoamericano o no será nada. Habrá que empezar entonces a mirar hacia otro lado.

ARGENPRESS.info, 13 de Mayo del 2004.

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