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1er mars 2007

La génesis de una política agraria :
De la OCDE a la producción de biodieseles de Soja en Argentina.

par Jorge Eduardo Rulli

 

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Artículo presentado en el "Seminario de expertos : "Biodiversidad y derecho a la alimentacion" Organizado por Prosalus, Veterinarios Sin Fronteras, Cáritas e Ingeniería Sin Fronteras.

Durante los últimos días de Enero del 2007, un grupo de personas en representación de agencias no gubernamentales Europeas, de América del Sur y del este de Asia, todos preocupados por algunas medidas que se anticipaban sobre la crisis energética, mantuvimos contactos telefónicos entre nosotros, con el fin de encontrar las maneras más adecuadas para lograr persuadir a los mandatarios Europeos, que proseguir con las metas establecidas en relación con el corte de combustibles para el 2010, implicaba graves riesgos para el medio ambiente a nivel global.

En una de esas conferencias telefónicas mantenidas, nos preguntábamos las razones por las cuales este proceso resultaba tan acelerado... Y por qué causa los que deciden las políticas energéticas, no se detienen siquiera a evaluar las evidencias que existen respecto a la insostenibilidad de la producción de biomasa en escala, y en especial pensábamos en las crecientes cantidades de materias primas originadas en la agricultura, que están comenzando a llegar desde lugares remotos, ahora para saciar las demandas energéticas de la sociedad europea.

La respuesta justa nos la dio una activista Alemana, quien nos dijo :

"Es que el proceso no es democrático, lo están llevando adelante oscuros funcionarios de la Unión Europea, obedientes a un mandato externo y sin mayores miramientos... Para entender este diseño, hay que mirar a la OCDE"…

y así fue cómo, haciendo referencia a un caso significativo, direccionamos nuestra atención al nuevo programa sobre bioeconomía, antecedente inmediato de las políticas que nos preocupaban.

El "International Futures Programme" de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), inició en el mes de octubre pasado, un proyecto que lleva como objetivo diseñar instrumentos legales, que puedan ser adaptados a los marcos legislativos nacionales de los países "desarrollados" y también, de los llamados "en vias de desarrollo". En el informe en cuestión, titulado en ingles "The Bioeconomy to 2030 designing a policy agenda" [1], la OCDE redefine a la Bioeconomía, como una nueva disciplina que agrupa e interrelaciona a las bioindustrias, la agro energía, y las producciones de medicamentos y comodities (materias primas cotizadas en la Bolsa) agrícolas originadas en la biotecnología y en la Nanotecnología. La OCDE tiene como objetivo instalar estos temas en las agendas políticas nacionales para que se formulen leyes que propicien y legalicen estos desarrollos.

Uno de los planes del citado programa de Bioeconomía, es el de instalar el concepto marco de la llamada : "Biorevolución", concepto que, tendría sus referencias históricas en la llamada "Revolución verde" de los años 50, así como luego en la Revolución Biotecnológica de los años 90. Y que más tarde, se continúa en lo que se denominó el Poder del Conocimiento, poder basado en la apropiación y privatización de la información y de la investigación mediante los sistemas de patentamientos y registros.

En el pasado, un número importante de compañías interesadas en marcos legislativos que les permitieran introducir en los mercados globales sus productos, integraron el consejo asesor del "OCDE International Futures Programme", programa encargado del diseño de políticas referentes a la aplicación de la biotecnologia y de las nanotecnologias [2] a las producciones globales y a las necesidades de los mercados internacionales. Las corporaciones dedicadas a la producción y al comercio de semillas transgénicas utilizaron esos lugares de privilegio para ofrecer a los gobiernos sus visiones sobre el futuro de la agricultura, en los marcos de las nuevas innovaciones y alianzas corporativas surgidas del nuevo paradigma de la bioeconomia. [3]

El proyecto de la OCDE sobre bioeconomía, pretende evaluar el cambio de paradigmas productivos y crear las condiciones para generar en los diversos países, las políticas públicas que favorezcan esos nuevos desarrollos.

En lo que se refiere a biocombustibles, la organización hermana de la OCDE, la Agencia Internacional de Energia (AIE) publicó en el año 2004 un manual titulado en ingles "Biofuels for transport - An international perspective". [4] El libro es apologético respecto de los avances de la biotecnología y fue escrito en colaboración con el sector privado y académico. El libro hace recomendaciones específicas para la creación de políticas públicas que incentiven el uso de biocombustibles. En ese mismo año la OCDE publicó un conjunto de estudios, también realizados por académicos y por consultores, en el qué, además de hacer una llamada a la estandarización legislativa de los códigos de prácticas internacionales para el comercio de biomasa, plantea que no deben existir subsidios para esa producciones [5], lo cual es sabido exacerbará de manera exponencial, la importación de biomasa y de biocombustibles por parte de los países pobres a los ricos del planeta.

Uno de los ejemplos que nos preocupan en esas políticas globales, consecuencias directas de usinas generadoras de ideas para los nuevos marcos legislativos que, desde las Corporaciones comienzan a tutelar el destino de las naciones, es el del proceso de gestación de la ley de promoción de los biocombustibles en la República Argentina. Esta ley fue generada desde el ámbito de las empresas privadas con la colaboración de algunos pocos funcionarios de Estado [6]. Hoy, muchos de aquellos consultores privados de los primeros foros dedicados a diseñar la política nacional sobre biocombustibles son altos funcionarios y deciden las políticas públicas. Uno de aquellos ex consultores, es hoy, nada menos que portavoz de la Secretaria de Energía de la Nación en el tema de biocombustibles, justamente a cargo de la aplicación de la ya promulgada ley de promoción a los biocombustibles (El Ingeniero Osvaldo Bakovich, en su capacidad de consultor privado en el 2003 organiza los primeros talleres dedicados a diseñar, la futura ley de biocombustibles. En el año 2005 fue miembro fundador y uno de los titulares de de la Asociación Argentina de Biocombustibles, la cual trabajó estrechamente con Asociaciones de productores de Soja y Maíz, Bolsa de cereales (Aappresid, Asagir, Maizar, las Bolsas, ACSoja, la Sociedad Rural, FAA, Coninagro, CRA). En 2006 Osvaldo Bakovich, ya como representante de la secretaria de Energía de la Nación Argentina, presentó en el Congreso de Mercosoja 2006, un documento titulado El nuevo paradigma energético : el Biodiesel. (Ver nota : 4)). [7] [8].

Entre los representantes del sector empresarial que colaboraron activamente en el nacimiento de la ley sobre Biocombustibles, hubo representantes del complejo sojero, ellos tuvieron a su cargo exponer la relación de los biocombustibles con el desarrollo sustentable. Sin embargo, en ningún momento, se tuvo en cuenta que la conversión de las tierras utilizadas hasta ahora para la producción de forrajeras o para producir alimentos, y de ahora en más, para complejos agroindutriales, podrían poner en riesgo indudable, el derecho soberano de nuestro pueblo a una alimentación saludable.

Estamos refiriéndonos a enormes complejos agroindustriales que desarrollarán la producción de maíz y de sojas transgénicas a una escala jamás imaginada y en los marcos de un modelo hegemónico de agro exportación, para alimentar ganados de corral, pollos de criadero y producciones masivas de dieseles y etanoles para mezclar con las gasolinas en la UE y en los EE.UU. [9] Asimismo, estamos describiendo un nuevo y temible poder que nace de la alianza corporativa y de sus innovaciones tecnológicas, y que tal como puede verse en sus propias páginas electrónicas, no oculta que son ellas mismas las que generan las políticas públicas y las que planifican el territorio y las producciones, y que además de ello subordinan sin pudor alguno a los organismos estatales de certificación y de investigación a sus propios designios.

Resulta evidente que, en esas condiciones impuestas desde la necesidad de los mercados globales la autonomía de los Estados es sencillamente irrisoria, que las democracias resultan absolutamente devaluadas y se convierten en parodias, en las que el ciudadano opta entre candidatos que no se proponen modificar los modelos impuestos por las nuevas dependencias globales, y además que, tanto la seguridad, cuanto la soberanía alimentaria de los pueblos desaparecen en los marcos de una realidad catastrófica y en medio de la insumo dependencia, el desarraigo rural y el despoblamiento del campo, el hambre, la indigencia y los colapsos ambientales.

Las leyes de promoción de biocombustibles, tales como las promulgadas en la Argentina, se están introduciendo simultáneamente en muchos países del mundo, como herramientas legales para dar seguridad jurídica al nuevo gran negocio de los biocombustibles. [10]

En Argentina la Ley hace obligatoria en 4 años el uso de una mezcla de combustibles fósiles con un 5% de etanol para la nafta y de biodiesel para el gasoil. Esta medida significa que tendrán que producirse alrededor de 600.000 tns por año de biodiesel y 160.000 tns de etanol.

La armonización internacional de leyes que promueven los biocombustibles, garantizan nichos comerciales no tan solo en los mercados locales, sino como es el caso de los agronegocios argentinos, una significante apertura de comercio con el exterior. La razón principal de la producción de biocombustibles en la Argentina sin embargo, tendría como principal objetivo la exportación a los países ricos. De tal manera, y ante la actual propuesta de la Comision Europea sobre la adopcion de objetivos obligatorios de utilización de biocombustibles en el sector del transporte [11], el asesor de la Secretaria de Energia Osvaldo Bakovich, dice :

"Europa va a necesitar (en el 2010) 11 millones toneladas de biocombustibles, lo que significa que nuestro país estará produciendo tan sólo 10% de lo que demandaría ese continente".

Se estima que hacia 2008, la Argentina estará en condiciones de producir 1,2 millón de toneladas en biodiesel y etanol para exportar. Mientras tanto, la Unión Europea comenzará a reemplazar un porcentaje de las naftas y dieseles, que irá posiblemente de un 5,75% en el 2010 a un 10%, o aún más, 12,5% para el 2020- con biocombustibles elaborados sobre la base de aceites de soja, palma, colza, jatrofa y etanoles provenientes del azúcar y del maíz entre las principales materias primas provenientes de la agricultura. [12]

Los expertos en agronegocios estiman que Europa, a pesar de ser actualmente la región del planeta con mayor producción de biodieseles, no podrá tener la producción suficiente para cubrir las necesidades a que la obligará, la proporción obligatoria del 5.75 % en el 2010. Se requerirán 9 millones más de toneladas de biodiesel de las que se producen actualmente y ello abrirá las puertas a la importación. Argentina es el primer productor mundial de aceite de soja y esto pone a las plantas procesadoras de aceite en la primera línea para cubrir la demanda interna y externa.

No sorprende entonces que los productores de energía fósil y los agronegocios estén respaldando fuertemente estas nuevas políticas. La avalancha de información que esta llegando en estos momentos sobre la reacomodación energética es tremenda e imposible de describir en pocos renglones. Por lo pronto, sabemos que Repsol, junto a la empresa Bunge, están construyendo plantas de biodiesel en España, plantas en las que se utilizará como materia prima la Soja y el aceite de palma importado [13] Un número de compañías como Total, British Petroleum, Petrobras, Cargill, Monsanto, Syngenta, se encuentran asimismo en proceso de elaborar productos y concretar una oferta corporativa sólida para las obligaciones de mezcla de combustibles en la UE, para el año 2010.

En la Argentina, la aceiteras Vicentín, General Deheza, la petrolera Repsol YPF, la empresa Oil Fox [14], entre las principales en el negocio del biodiesel, están invirtiendo sumas millonarias en la construcción de plantas procesadoras cercanas a los puertos.

Simultáneamente, la agroindustria, ante las posibilidades de comercializar con mayor intensidad con el exterior, y necesitada de nuevas redes de infraestructura, está haciendo lobby de manera agresiva ante el Estado, para que se mejoren los calados de la hidrovía Parana-Paraguay y se fortalezcan las redes viales provinciales.

El actual diagrama agroenergético global creará inevitablemente serios conflictos por el uso de la tierra, debido a la competencia suscitada entre aquellas tierras destinadas a producir agro energía, con las que ahora se destinan a producir comida. Y considerando que, los modelos de producción intensiva, están desde hace ya bastante tiempo comprometiendo la vida del planeta y de sus habitantes, podemos imaginar los riesgos a que se nos predispone poniendo ahora la agricultura al servicio de producir combustibles.

Los criterios de sostenibilidad y de certificación de los biocombustibles que se están considerando actualmente en la UE, son equívocos y tramposos, pues ignoran los derechos humanos relacionados con el acceso a una alimentación sana por parte de las poblaciones.

La Comisión Europea en varias oportunidades ha mencionado la necesidad de certificar las materias primas utilizadas para producir biocombustibles. Con tal motivo, se han iniciado al menos cuatro proyectos dedicados a la elaboración de criterios para la certificación de los biocombustibles y la biomasa. El más importante de ellos, por sus posibles implicaciones en la actual legislación Europea, es el realizado por la Comisión Cramer, en Holanda. [15]. Se estima que los resultados del proyecto holandés serán la base de la futura política Europea de certificación de biocombustibles y biomasa.

En el informe Cramer la palabra alimento, aparece en numerosas oportunidades pero siempre en relación a la competencia por la tierra (bioenergía vs. producción de materias primas agropecuarias). Bajo el criterio titulada "bienestar", los derechos humanos aparecen como un indicador más junto a las condiciones laborales, los derechos de propiedad, las condiciones de vida dignas de las poblaciones locales, etc. Como recomendación, algunas ONGs consultadas por la comisión, se refieren a la necesidad de proteger la producción de alimentos para el consumo local. Aunque ponderable esta última recomendación, resulta inaplicable en un país como la Argentina, con más de 17 millones de hectáreas de cultivos de soja transgénica y con una Sociedad atrapada y dominada por las Corporaciones y los Agronegocios.

Recomendaciones de este tipo son tomadas por representantes del sector sojero y actualmente promotores del Biodiesel de Soja, y expresadas de la siguiente manera :

"Pensar en esta competencia entre alimentos y energía es meter la basura abajo de la alfombra. Podríamos decir, por ejemplo, que si en lugar de darle el maíz y la harina de soja a los pollos, que lo convierten 10 a 1 en proteína animal (expresado en kilos de materia seca entregados versus kilos de materia seca obtenidos), se lo diéramos a los humanos, comerían diez donde hoy come uno. Está demostrado que podríamos alimentarnos con maíz, soja y alguna verdurita, pero todavía hay pocos chefs que sepan hacer platos ricos, así que van ganando los animales" [16].

Si revisamos lo sucedido en la Argentina en las últimas cuatro décadas, encontraremos en la historia del campo un momento de quiebre, una etapa de desarraigo y despoblamiento e instancias en las que cambió la cultura tradicional agraria, se extravió el concepto de Sustentabilidad y se impuso el discurso de la dependencia a los insumos y a la gran tecnología. Esa es la dura realidad que se vive en los países sometidos a las nuevas dependencias que imponen las Corporaciones. Para salir de ello, sería preciso retomar aquella historia brutalmente interrumpida por la Revolución Verde, a la que ahora se ha sumado la llamada Revolución Biotecnológica. Con esta última, la realidad excedió las peores previsiones. La emigración desde el campo conformó nuevos e inmensos cinturones de pobreza en cada una de las grandes ciudades y el clientelismo político y el asistencialismo cumplieron con su rol de contener a los nuevos pobres, de amansarlos y someterlos a las nuevas reglas sociales.

En el ultimo diciembre (2006) nos enteramos por la Encuesta Nacional de Nutrición y salud que 34% de los niños Argentinos menores de dos años sufren diversas formas de desnutrición y en especial anemia. La talla baja y la obesidad en niños de menos de 5 años son por vez primera en su historia, factores prevalentes en el país, y según el estudio, la baja talla es mayor en niños de hogares en condición humilde, tanto que el sobrepeso y la obesidad se incrementan en la medida en que la situación de los hogares empeora. La encuesta establece que el 18% de mujeres en edad fértil y 30% de las embarazadas sufren anemia. [17]

¿Cuál es la causa de estas cifras pavorosas en un país como la Argentina, a la que durante muchísimo tiempo se la consideró como el "granero del mundo" y donde, desde el siglo XVII bajo el reinado de España, la pobreza jamás fuera asociada al hambre porque la comida fue siempre lo más barato y lo más abundante ? La causa es sencilla : la desaparición en la dirigencia política del concepto de mercado interno en beneficio de los modelos de mercados de exportación.

El modelo de la Soja RR

La globalización le impuso a la Argentina en los años 90 un modelo de país productor de transgénicos y exportador de forrajes. Las consecuencias de ello fueron inmensos territorios vaciados de sus poblaciones rurales, cientos de pueblos en estado de extinción y cuatrocientos mil pequeños productores arruinados. Se instalaron nuevos paquetes tecnológicos con gran dependencia a insumos, semillas OGMs, herbicidas de Monsanto y maquinarias de siembra directa. El mercado impuso las reglas del productivismo, y la necesidad de disminuir costos para competir. Los Fondos de Inversión apropiados de los ahorros de los argentinos para sus jubilaciones, aportaron los recursos financieros para la implementación de los nuevos monocultivos de soja RR en una escala gigantesca. La vieja oligarquía pastoril desapareció en medio de la mayor transferencia histórica de tierras, para dar lugar en su mismo nicho histórico a una nueva clase empresarial. La concentración de campos y la expulsión de poblaciones sintetizaron el modelo neocolonial impuesto por el proceso globalizador.

Los emigrados del campo conformaron nuevos conurbanos de pobreza. Planes asistenciales subsidiados por el Estado y solventados por el Banco Mundial, y un aparato de control político en los territorios, controlaron la creciente pobreza y transformaron en banales a muchas de las luchas sociales ensayadas hasta entonces. Visiones sin arraigo cultural y reverenciales de tecnologías y de modelos simiescos del progreso en los países centrales, colaboraron asimismo de manera eficaz en mantener invisible al modelo y el rol que nos fuera asignado de país exportador de materias primas y de una agricultura sin agricultores, subsidiada por Monsanto para la producción masiva de transgénicos. [18]

El GRR cree que debe replantearse el rol del Estado desde las perspectivas de los nuevos desafíos globales. Y porque no creemos en esa globalización que se nos ofrece, propiciamos la Soberanía y la seguridad alimentaria como nuevos principios constitucionales que deberían incorporarse a la Carta Magna. Es absolutamente necesario dejar atrás el actual modelo de exportación de materias primas y construir estrategias para volver a ser un país productor de alimentos sanos, para agregar valor a lo que producimos, aumentar su calidad ecológica y asimismo lograr el mejoramiento genético de las producciones.

Reclamamos para ello en primer lugar una moratoria de nuevos OGMs, es decir que no se habiliten para su uso comercial nuevas semillas transgénicas, de tal manera que no se hipoteque más el futuro ni se comprometan los mercados posibles de nuestras próximas cosechas. Y reclamamos la vigencia plena en el país del principio de precaución que la Argentina ha ratificado en numerosos acuerdos internacionales. Asimismo reclamamos que se respete el derecho constitucional de los consumidores a saber lo que compran y consumen.

Porque reivindicamos el derecho a la soberanía alimentaria, impulsamos proyectos de bancos de semillas que permitan resguardar los recursos fitogenéticos. Proponemos que estos bancos se enlacen en Red a fin de orientarlos en líneas de mejoramiento genético, trabajando sobre las variedades y a fin de favorecer la seguridad alimentaria de la población. Consideramos necesario instalar un debate sobre el modelo de exportaciones que nos impone el neoliberalismo y el comercio globalizado y que tiende a desvalorizar y transformar en insumos nuestras producciones agropecuarias. Este modelo no sólo es insustentable y amenaza gravemente a los agroecosistemas y a la diversidad biológica, también expulsa población del campo a la ciudad, liquida a las economías regionales y rechaza toda aplicación de las ciencias agronómicas en exclusivo beneficio del uso de agrotóxicos y de biotecnologías.

El GRR quiere plantear, por último, dos cuestiones conceptuales que consideramos decisivas : la primera es que la soja no es un mero cultivo, la soja es un sistema, la soja es el sistema general que condiciona cualquier política. El sistema de la soja es por lo tanto, la cota ciega sobre la que transcurre la confrontación establecida entre progresismo y neoliberalismo, entre soberanía nacional y globalización, entre hallar el propio destino y la subordinación a un destino colonial. Y en segundo lugar, quisiéramos también, expresar que : Las políticas agrarias diseñadas para un país desde remotas oficinas no pueden evitar, más allá de sus buenas o malas intenciones, la tragedia de que esas políticas desvirtúen tanto las democracias de los países a los que van destinadas, cuanto las democracias de los países desde las cuales se las planifica y ejercita.

Por Jorge E. Rulli y Stella Semino,
Grupo de Reflexión Rural
(GRR), Argentina.
Madrid, 8 de febrero de 2007.

Notas :

Notes

[2Futures network and partners/list of corporate partners and governments involved in past ifp activities © OECD. All rights reserved.

[6Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales Instituto de Estudios e Investigaciones Ambientales, octubre de 2003 - Buenos Aires III Foro Nacional de Biocombustibles
Creación de la asociación argentina de biocombustible "con destacados miembros Fundadores, nació en buenos aires la asociación argentina de biocombustible "(aab). Argenport 2005

[9Plan MAIZAR etanol argentino 20/09/06. MAIZAR Asociación Maíz Argentina
 Agronegocios | planta de etanol y alimento para el ganado.
 Soros integra la producción de leche con los biocombustibles 25.09.2006 | Clarin.com | Rural.
 El debate por las inversiones en el agro ¿Quién se robó mi queso ? H Huergo 18.11.2006 | Clarin.com/Rural.
 con nueva ley, florecen los proyectos de biocombustibles /La Manhana. Neuquén 15.6.2006.
Eurnekian estudia la posibilidad de construir una refinería de biodiesel en santiago (Argentina) 10-1-2007. Nikolaou a et al : biomass available in europe centre for renewable energy. Sources/esd bulgaria ltd dec 2003

[10Algunos ejemplos de legislación vigente y proyectos de ley promoción Biocombustibles en América latina :
- Perú : www.conam.gob.pe/modulos/home/bioco... -39k-
 Colombia : www.fedebiocombustibles.com/ley6932...
 Paraguay : www.mic.gov.py/ ?option=com_content&.... 81k
 Uruguay : www.biodiesel-uruguay.com/noticias_... - 16k -
 Chile : www.eco2site.com/News/nov06/leychile.asp - 13k -

[16Biocombustibles todos ganan. Nuevo mercado para los productos agricolas-h huergo. En CLARÍN RURAL 27/6/2006.

[18Para más información revisar documentos en la página del grupo de reflexión rural. http://www.grr.org.ar

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