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16 juillet 2011

Italia gambetea con la bancarrota

par Elena Llorente

 

El ajuste aprobado ayer será insuficiente para resolver los problemas de la economía italiana, ya que es urgente diseñar un plan de estímulos dadas las cifras que hasta ahora ostenta, con un crecimiento estimado del uno por ciento para este año.

En busca de estabilidad económica y crecimiento, se aprobó ayer en la Cámara de Diputados el ajuste del gobierno de Silvio Berlusconi que impone recortes por unos 79.000 millones de euros para equilibrar las cuentas del Estado en 2014. De no haber sido aprobada, la imagen que presentó ayer durante la votación en el Senado el ministro de Economía, Giulio Tremonti, habría sembrado el pánico. Para justificar la necesidad de las medidas, Tremonti trajo a colación el Titanic, donde no se salvaron, dijo, ni los pasajeros de la primera clase.

El proyecto de ley, que ya traía media sanción del Senado, fue aprobado por 314 votos a favor y 280 en contra. La oposición, liderada por el Partido Democrático y por Italia de los Valores, decidió votar en contra, pero no hacer obstruccionismo después de que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, hiciera un llamado a la cohesión y a la responsabilidad para dar una fuerte señal a los mercados. Esta semana, en efecto, la Bolsa italiana tuvo dos importantes caídas, perdiendo cerca del 4 por ciento cada vez, lo que hizo temer a los gobiernos europeos que las indecisiones de Italia sobre las medidas a tomar pudieran acarrear nuevos problemas a las ya delicadas economías de Grecia, España, Irlanda y Portugal. Italia, por otra parte, está desde hace días en la mira de las agencias de calificación como Moody’s y Standard and Poor’s, que amenazan con disminuir el rating de su economía.

Tanto las autoridades financieras de los países europeos como del Fondo Monetario Internacional salieron al encuentro de los especuladores esta semana. La directora general del Fondo Monetario Internacional, la francesa Christine Lagarde, dijo en una rueda de prensa que los problemas que afronta Italia obedecen “fundamentalmente” a la presión de los mercados, aunque reconoció que el país necesita crecer más. Como Lagarde, los ministros de Economía de Alemania y de España tranquilizaron a los mercados diciendo que Italia puede salir de esta situación sin ayuda de nadie.

Por eso se esperaba que el plan de reformas fuera aprobado rápidamente. En realidad, la maniobra había sido aprobada por el Consejo de Ministros hace dos semanas, pero poco después fue puesta en discusión porque salió a relucir que “alguien” –nunca se pudo saber con certeza quién– había incluido, a último minuto, una norma que favorecía a la familia Berlusconi en el juicio sobre la editorial Mondadori. Esto desencadenó un escándalo que el mundo de los especuladores financieros seguramente registró rápidamente. Berlusconi tuvo que dar un paso atrás y eliminar esta norma del proyecto de ley, pero eso significó nuevas demoras para la aprobación. Como un dato más hay que agregar que el caso Mondadori terminó el sábado pasado, cuando la Corte de Apelaciones de Milán condenó a la Fininvest, de la familia Berlusconi, a pagar 560 millones de euros inmediatamente a la CIR de Carlo De Benedetti.

Según algunos expertos, el ajuste aprobado ayer será insuficiente para resolver los problemas de la economía italiana, porque si bien hace recortes a los gastos del Estado, no relanza el crecimiento por sí sola. Los analistas coinciden en que es urgente diseñar un plan de estímulos dadas las cifras que hasta ahora ostenta la economía italiana : un crecimiento esperado del uno por ciento en 2011, contra el 1,5 europeo, y una de las deudas públicas más importantes de Europa, que equivale al 120 por ciento de su PIB (Producto Interno Bruto).

Aunque votó en contra, la oposición puso su buena voluntad para que el plan de reformas fuera aprobado en tiempo record, reduciendo las enmiendas y las críticas, por miedo a que todo se desmoronara como un castillo de naipes. Sin embargo, lo calificó de insuficiente y denunció que afectará principalmente a aquellos con menor poder adquisitivo. La maniobra prevé en efecto, entre otras cosas, el aumento de algunos impuestos así como de la edad jubilatoria –en varios meses según los casos—, y del precio de ciertos servicios, como el llamado “ticket sanitario”, que se paga por las visitas médicas especializadas y por la atención en la guardia de los hospitales públicos. No fueron incorporados al plan de recortes algunas propuestas hechas por la oposición, como la reducción de los gastos militares en las misiones que Italia tiene en Afganistán y en la guerra de Libia, y la equiparación de los salarios de los parlamentarios italianos al de los europeos, que son menores.

“Es la última vez, señor presidente de la República, que la oposición acepta agilizar los tiempos de aprobación de una maniobra como ésta”, dijo en el Parlamento el ex fiscal de la campaña anticorrupción Mani Pulite, Antonio Di Pietro, líder de Italia de los Valores y aguerrido crítico de Berlusconi. Y la senadora del Partido Democrático Anna Finocchiaro declaró a la prensa : “Habíamos anunciado desde el primer momento que no habríamos impedido la aprobación rápida de la maniobra, por responsabilidad frente al país. Pero estamos convencidos de que el perdurar de este gobierno le hace mal a Italia”. La oposición insiste en pedir la renuncia de Berlusconi y elecciones anticipadas, ya que la conclusión de su mandato sería en 2013.

Silvio Berlusconi, mientras tanto, que prefirió no hacer comentarios durante todos estos días, en los que se decidieron cosas importantes para su familia (por el caso Mondadori) y para su gobierno, hoy apareció en la Cámara de Diputados en el momento del voto y al parecer prometió a sus colegas de partido no irse del gobierno hasta que no logre bajar los impuestos, cosa que viene prometiendo desde hace tiempo.

La semana que viene empezará complicada para Il Cavaliere. El lunes deberá afrontar una nueva audiencia del caso Ruby, en el que está acusado de prostitución de menores y de abuso de poder.

Página 12. Desde Roma, 17 de julio de 2011.

Las claves del paquetazo

 Congelamiento de pensiones y adelanto de la jubilación : se adelanta a 2013 el aumento de la edad de jubilación (hasta ahora, los hombres se jubilaban a los 65 años y las mujeres a los 60). Esta medida [que condena a la juventud a la desocupación, El Correo] se vincula con la « expectativa de vida » y un recorte en la asignación de las « pensiones de oro » (aquellas superiores a los 90 mil euros anuales).

 Menos deducciones fiscales : a partir de 2013, se eliminará una buena parte de las deducciones (actualmente son más de 400) como nacimientos o pago de la guardería. En 2013, los recortes en ese sector sumarán 4 mil millones de euros. A partir de 2014 será de 20 mil millones de euros.

 Medidas de control del gasto de los cargos públicos : se limitará el uso de los vuelos de Estado, salvo a los presidentes del gobierno, de la República y de las cámaras baja y alta. En los coches oficiales se establece un tope en la cilindrada de 1600 centímetros cúbicos, excepto los de los cargos mencionados.

 Tasa sobre los depósitos bancarios : los ahorristas deberán pagar una tasa de 34 euros para aquellos depósitos bancarios por debajo de los 50 mil euros y de 70 euros para montos de hasta 150 mil euros. Este impuesto puede llegar, incluso, a los 1100 euros, la cantidad que tendrán que pagar quienes tengan más de 500 mil euros.

 Recorte en las transferencias a las regiones y ayuntamientos : entre 2011 y 2014, el paquete de medidas recorta en 21.600 millones de euros las transferencias a las regiones y entes locales. Eso sí, las regiones y ayuntamientos virtuosos que usen mejor los fondos estructurales europeos quedan excluidos del recorte del gasto.

 Liberalizaciones y privatizaciones : todos los sectores económicos serán liberalizados en seis meses, en línea con lo decidido por la Comisión Europea. “Cuando el mercado lo permita”, según anunció el ministro de Economía, Giulio Tremonti, el Estado sacará al mercado cuotas de las grandes compañías como Enel, Eni o Finmeccanica.

Por objetivos de ahorro y mejora de los ingresos, el plan se resume en cuatro fases : 3000 millones de euros para 2011, 6000 millones de euros para 2012, 25.000 millones de euros para 2013 y 45.000 millones de euros para 2014. Para lograrlo, el gobierno ha aprobado actuaciones en diversos ámbitos que van desde la sanidad a los impuestos, pasando por las pensiones o los gastos corrientes de los altos cargos.

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