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14 décembre 2005

"El propio Stroessner era el que decidía las ejecuciones" en Paraguay.

 

Por Andrés Colmán Gutiérrez
Ultima Hora. Asunción, 11 de diciembre de 2005

Alfredo Stroessner

"El general Brítez era un asesino nato. Pastor Coronel también, para qué vamos a decir otra cosa...". Por momentos su voz suena pausada, serena. Por momentos nerviosa. A veces le cuesta articular bien las palabras, debido a su deteriorada salud.

"La orden para las torturas y ejecuciones las daba directamente el propio Stroessner, en todos los casos. Nadie movía un solo dedo sin una orden suya...".

Su voz no es la voz de un ex opositor o de alguna ex víctima del stronismo, sino de quien fuera un alto funcionario de la dictadura, un estrecho colaborador del entonces todopoderoso ministro del Interior, Sabino Augusto Montanaro.

"Yo no sé dónde están enterrados los desaparecidos, pero habría que buscar en la zona del destacamento militar de Misiones. Sabíamos que eran ellos los que se encargaban de ejecutar a los comunistas. Tal vez estén sepultados en la misma unidad..."

Su voz tiene, por momentos, un eco de pesadillas. La tensión de un hombre atormentado por su pasado, que hoy quiere romper el silencio. No es un hombre cualquiera. Se trata, nada más y nada menos, que del ex director de Asuntos Políticos y Sociales del Ministerio del Interior, abogado Jorge Arévalos Ayala, que ejerció el cargo entre los años 1980 a 1985, en la última década de la dictadura stronista.

Ahora está aquí, dispuesto a hablar.

LA CONFESIÓN. Tiene matrícula de abogado de la Corte Suprema de Justicia Nº 2.689. Actualmente es funcionario del Instituto de Previsión Social. Dice que tiene graves problemas de salud, hipertensión, depresión, crisis de pánico, y que sus propios médicos le recomendaron sacarse de adentro los fantasmas del pasado.

"Decidí hablar solamente con Última Hora, porque para mí es un diario serio, objetivo e independiente. Pero advierto que no voy a entrar en polémica, no voy a responder a ninguna réplica, digan lo que digan los que se sientan afectados por mis declaraciones", avisa.

De su historia personal, Arévalos Ayala cuenta que fue secretario general de la Municipalidad de Itá, de donde lo contrataron como instructor del Instituto de Desarrollo Municipal (IDM). En 1980, el doctor Darío Filártiga le ofreció el cargo de Director de Asuntos Políticos y Sociales del Ministerio del Interior.

"Al entrar al Ministerio te hacían un lavado de cerebro. Te pintaban a los comunistas como la gran amenaza. Contaban que se había puesto una bomba cerca de la Plaza Uruguaya para matar al presidente Stroessner, y que iban a volar varias manzanas, iban a morir muchos inocentes. Se justificaba la represión de esa manera. Era otra época ; realmente creíamos que los comunistas eran una amenaza, los enemigos de la patria", recuerda.

EL APARATO REPRESIVO. Arévalos Ayala aclara que su Departamento nunca estuvo metido dentro del aparato represivo. "Desde el Ministerio solo manejábamos los asuntos políticos, pero nos llegaban informaciones de lo que hacían la Policía y los militares. Al principio yo no estaba tan enterado de todo lo que sucedía, pero iba escuchando cosas", destaca.

Con respecto al aparato represivo, asegura que de las detenciones de presos políticos, torturas y ejecuciones se encargaba directamente la Policía, bajo la dirección del entonces jefe policial, general Alcibiades Brítez Borges, y del temible jefe de Investigaciones, Pastor Coronel, y su equipo de torturadores.

El ex funcionario de la dictadura niega absolutamente la versión (hasta ahora difundida por los stronistas) de que el general Alfredo Stroessner no estaba enterado de los crímenes y las violaciones de derechos humanos que cometían sus subalternos.

"Stroessner sabía todo, nada se hacía sin que él diera la orden. Todo se manejaba entre Stroessner, Montanaro, Pastor Coronel y el general Brítez. Había una pugna entre Montanaro y Pastor Coronel, porque el Jefe de Investigaciones quería ser Ministro del Interior. Y aunque parezca increíble, Montanaro era el que muchas veces intentaba suavizar, que no se llegue a extremos. Brítez era un asesino nato, al igual que Coronel. Cuando mandaba torturar a alguien, el Jefe de Policía decía : « Habla o no habla. Y si no habla... ¡Bang ! »".

¿En dónde están los desaparecidos ?

"¿Por qué hasta hoy no se encuentran los restos de los desaparecidos ? Porque no se los busca en los lugares indicados", dice Jorge Arévalos Ayala, ante una pregunta que parece inquietarlo más que las otras.

"Yo no poseo informaciones precisas sobre este tema, pero nosotros teníamos datos de que quienes se encargaban de las ejecuciones de los comunistas eran los militares del destacamento de Misiones. A lo mejor hay que buscar en esa zona", sostiene.

¿Podrían estar enterrados en el predio de la misma unidad militar ?, fue otra de las preguntas. "Podría ser", respondió, enigmático.

También explicó que la única razón por la que se decidía la ejecución de los detenidos, era porque "eran considerados comunistas".

Sus frases :

PASTOR CORONEL
"Coronel quería ser Ministro del Interior y tenía una dura pugna con Montanaro."

GRAL. ALCIBIADES BRÍTEZ
"Era un asesino nato. Mandaba torturar y decía : « Si no habla... ¡Bang ! »."

SABINO A. MONTANARO
"Sonará increíble, pero Montanaro era quien trataba de que no se llegue a extremos."


"Stroessner daba su bendición para la mafia del narcotráfico"

Por Andrés Colmán Gutiérrez
http://www.ultimahora.com.py/templa.... Asunción, 13 de diciembre de 2005

"Yo puedo dar fe de que sí se torturaba durante el régimen de Stroessner, porque al final yo también fui bárbaramente torturado con picana eléctrica en la Técnica", revela Jorge Arévalos Ayala, quien fue director de Asuntos Políticos y Sociales del Ministerio del Interior, desde 1980 a 1985.

En la etapa final de su larga confesión brindada a Última Hora, el ex funcionario de la dictadura (el primero que acepta hablar públicamente sobre crímenes y violaciones de derechos humanos durante el stronismo) abordó una de las etapas más traumáticas de su relación con el régimen al cual sirvió, y que terminó convirtiéndolo también en víctima.

"En mi caso, la tortura no fue por una cuestión política, sino porque me involucraron con un problema de tráfico de cocaína", aclara.

"En esa época había una gran red de narcotráfico, en la cual estaban metidos militares, policías y otra gente del Gobierno. También había excelentes militares, personas de muy buena formación, pero había un tráfico mafioso, del cual estaban perfectamente enterados en las más altas esferas del Gobierno. De hecho, el propio Stroessner daba su bendición para la mafia del narcotráfico", recuerda.

COCAÍNA. Arévalos Ayala recuerda que, en 1985, un amigo militar (cuyo nombre no quiere revelar) lo visitó en su despacho del Ministerio del Interior y le pidió que designe a un funcionario para ayudar a capturar a un narcotraficante que llegaba desde Bolivia trayendo un cargamento de cocaína.

"Me dijo que guardara el secreto de la operación, que gracias a eso él iba a ascender a general y que a mí me iban a premiar. Pero unos días después apareció en mi despacho y me trajo un cheque adelantado por 5 millones de guaraníes, que yo rechacé ; me asusté. Mi pecado fue no informar, porque me dí cuenta de que detrás de eso estaba la mafia y me iban a matar si llegaba a hablar", relata.

A raíz del incidente, fue apresado y sometido a sesiones de tortura en la temible Sección Técnica de la Policía. "Me torturaron salvajemente con picana eléctrica. Nunca supe quiénes fueron mis torturadores, porque siempre estaban con la cara cubierta. Pero lo que no puedo olvidar son los gritos desgarradores de otros hombres pidiendo clemencia... ¡Yo no sé nada...! ¡Por favor, no me torturen más!. Es algo que hasta ahora tengo en la mente, como una pesadilla", confiesa Jorge Arévalos, visiblemente alterado por la evocación.

RECUERDOS. Por momentos le cuesta hilar los recuerdos ; los datos y fechas se le escapan. "Quedé muy mal física y sicológicamente ; a veces tengo lagunas, pero siento que es necesario hablar, contar las cosas que yo pude saber cuando trabajaba para el Gobierno de Stroessner", sostiene.

"Cuando me echaron del Ministerio, me robaron todo el dinero que tenía. No tengo fortuna. No soy de los que se enriquecieron con el stronismo. Lo único que tengo es una linda casa, que pude construir después con mi trabajo de abogado", aclara, por las dudas.

Las anécdotas vienen y van, un poco inconexas.

"¿Ustedes saben por qué el doctor Luis María Argaña cayó en desgracia ante los ojos del general Stroessner, después de haber sido uno de sus colaboradores preferidos ? Fue porque en un diario boliviano se publicó que Argaña era el favorito para ser el sucesor del Presidente. Eso no le gustó para nada al General, porque pensó que era una maniobra de Argaña. Allí empezó a ponerle la cruz".

Hoy está alejado de la actividad política. "Creo que Nicanor tiene un buen perfil, pero lamentablemente no se rodea de los mejores colaboradores, y algunos menonitas dejan mucho que desear", opina.

Desde que empezaron a publicarse sus confesiones, ha recibido amenazas de ex funcionarios stronistas, pero también el aliento de muchas personas, entre las cuales destaca a un grupo de pastores protestantes.
Quizás todavía quedan muchas cosas por decir, pero por ahora Jorge prefiere otra vez guardar silencio. Ha dado un gran paso, y no le ha sido fácil. Sabe que aún tendrá que seguir conviviendo con sus pesadillas.

El final. Jorge Arévalos Ayala, ex director de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior del stronismo.

Lo que dejó la dictadura

Casos judiciales por violación a los DDHH concluidos

Caso Mario Schaerer Prono
Condenados
 Pastor Coronel, 25 años
 Lucilo Benítez, 25 años
 Juan Martínez, 25 años
 Camilo Almada, 25 años
 General Francisco Brítez Borges, 5 años

Caso Alberto Alegre Portillo
Condenados
 Pastor Coronel, 8 años
 Lucilo Benítez, 8 años

Caso Ligas Agrarias Campesinas
Condenados
 Pastor Coronel, 25 años
 Lucilo Benítez, 25 años
 Agustín Belloto, 12 años y 6 meses

Caso Amílcar Oviedo
Condenados
Lucilo Benítez, 12 años
Camilo Almada, 12 años

Caso Julián Cubas
Condenados
 Lucilo Benítez, 12 años
 Camilo Almada, 12 años

Caso Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba
Condenados
 Pastor Coronel, 25 años
 Juan Martínez, 12 años y 6 meses
 Alberto Cantero, 12 años y 6 meses
 Lucilo Benítez,12 años y 6 meses
 Camilo Almada, 12 años y 6 meses
 Agustín Belloto, 12 años y 6 meses

Casos tramitados ante la Corte Suprema de Justicia

Caso Miguel Ángel Soler
Condenados
 Pastor Coronel, 16 años y 6 meses
 Lucilo Benítez, 16 años y 6 meses
 Juan Martínez 16 años y 6 meses
 Camilo Almada 16 años y 6 meses

Caso Carlos Mancuello
Condenados
 Pastor Coronel, 17 años
 Lucilo Benítez, 13 años y 9 meses
 Camilo Almada, 13 años y 9 meses
 Alberto Cantero, 15 años
 Agustín Belloto, 15 años

Casos tramitados en primera instancia

 Caso Agustín Goiburú : Sin sentencia
 Caso Celestina Pérez de Almada : Sin sentencia

Casos denunciados en la Corte Interamericana contra el Estado paraguayo :

 Caso Carlos Mancuello
 Caso Miguel Ángel Soler
 Caso Agustín Goiburú
 Caso Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba

Las cifras del autoritarismo

34 años y 9 meses duró la dictadura stronista

240 desaparecidos y ejecutados extrajudiciales

8.000 torturados

8.369 detenidos en Investigaciones y "La Técnica"

19.000 detenidos en todo el país, incluidos campesinos que reclamaban tierras.

2.076 millones de dolares es la deuda externa heredada del stronismo.

25 víctimas del stronismo fallecieron por falta de asistencia posdictadura.

4.000 es la cifra extraoficial de exiliados políticos, de los cuales más de 2.000 eran de la ANR.

Fuente : Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencia (Cipae)

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