recherche

Accueil > Empire et Résistance > Blocs régionaux > Banco del Sur > El BID, el Banco Mundial y los desafíos para el Banco del Sur

9 novembre 2013

El BID, el Banco Mundial y los desafíos para el Banco del Sur

 

En las últimas semanas se han producido hechos que visibilizan la estrategia de la banca regional y nacional en América Latina. El reciente préstamo del Banco Mundial (BM) a la Argentina, el préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para financiar la Iniciativa para Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) y la última Cumbre Multilatina auspiciada por el BID, la Corporación Andina de Fomento (CAF) y otros organismos, nos invitan a reflexionar sobre el rol de estos organismos internacionales y la dinámica política de Nuestra América.

Financiamiento de las instituciones tradicionales

En la agenda política diseñada para el viaje del Ministro de Economía de Argentina Hernán Lorenzino a Washington a principios de octubre, se encontraban la negociación con el CIADI y los fondos buitres, reuniones plenarias de Bretton Woods y la reunión de ministros de economía del G20. Una de las definiciones de la gira en Washington fue el otorgamiento a la Argentina de un préstamo del Banco Mundial por 3 000 millones dólares. El acuerdo se incluyó en la negociación de la « Alianza Estratégica 2014/2016 » destinada a las áreas de salud, protección social, infraestructura y medio ambiente [1]. Por otro lado, el 30 de octubre se anunció un nuevo préstamo del BID por 300 millones de dólares destinados a obras de infraestructura. Dicho paquete complementa los Programas de Infraestructura Vial del Norte Grande I y II, aprobados en 2007 y 2012, respectivamente, y también busca contribuir a una mayor integración territorial y regional de esa zona de Argentina. [2] Estos préstamos se inscriben en los programas de financiamiento del IIRSA de los megaproyectos de infraestructura regional.

El tercer hecho de octubre mencionado es el reciente Foro Multilatina [3] organizado por la Corporación América Economía, revista del establishment latinoamericano [4], el cual congregó a CEOs de Empresas Transnacionales, representantes de la banca privada y pública y funcionarios de distintos países. La Cumbre tuvo como eje central el proceso de internacionalización de las empresas de la región y la política de financiamiento de los bancos multilaterales y nacionales. Como bien resalta el mismo informe del BID, el proceso de transnacionalización se produjo en el contexto de implementación del programa neoliberal : « Para muchas multilatinas, su exploración empezó en la década de los 90 con la liberalización económica cuando, para entonces, el término multinacional sólo hacía referencia a compañías europeas o norteamericanas y el concepto multilatina ni existía. Diez años después, cerca de la mitad de las empresas más grandes de América Latina era de la región. Ahora, el 75% de las 500 principales empresas en Latinoamérica son de la región, y el número de las compañías en la lista Fortune 500 ha pasado de 5 a 12 » (BID [5]).

Asimismo el BID identifica cuatro líneas de trabajo para estas empresas :

  • 1. Proyectos de infraestructura y logística ;
  • 2. El sector bancario (« los bancos, de hecho, fueron las primeras multilatinas y cada vez más son motores de innovación financiera » según el BID) ;
  • 3. Proyectos de expansión en el mercado de consumo ;
  • 4. Empresas de manufactura (« donde priorizamos aquellas compañías innovadoras que usen tecnologías verdes y generen empleos de alta calidad, como el apoyo a la brasileña Camargo Correa » dice el informe del BID).

Significados de la política de financiamiento

Estos tres recientes anuncios develan por un lado : el rol de los organismos financieros internacionales tradicionales en el diseño geoestratégico de América Latina, la política de financiamiento a proyectos de infraestructura y la articulación de los instituciones financieras con los procesos de transnacionalización de las empresas de la región.

Los organismos financieros tradicionales (regionales como internacionales) se vieron fortalecidos por decisiones políticas de los Estados de la región y principalmente por disposiciones del G20 en pos de re-legitimar y re-capitalizar dichas instituciones.

El financiamiento de los proyectos de infraestructura incluidos en el programa de la IIRSA es reflejo de la actual política geo-estratégica del imperio hacia América Latina. Como bien concluye Juan Fal en su estudio sobre el Banco Mundial y Argentina [6], en los últimos 20 años el BM, como órgano ejecutor de la política de EEUU para América Latina, sólo en Argentina ha financiado 24 proyectos por un monto de 4 411 millones dólares destinados a llevar a cabo el control territorial, social y biológico argentino y, de este modo, consolidar una plataforma agroexportadora.

La articulación entre instituciones financieras y la internacionalización de grandes empresas de la región expresan los procesos de concentración y centralización del capital, como explica Rodrigo Avendaño [7]. Este proceso de formación de grandes empresas transnacionales que operan en la región, denominadas Translatinas, se ven potenciado por el accionar de la banca multilateral de desarrollo (como el BID) y también por la banca nacional de desarrollo, como es el caso del banco más grande de la región : El Banco de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES). El BNDES marca en sus objetivos y tiene una línea de crédito especial destinada a fomentar la estrategia de internacionalización de las empresas del Brasil [8].

Los desafíos para la banca de desarrollo de nuevo tipo, el Banco del Sur

En mayo de 2013 se llevó a cabo la primera reunión del Consejo de Ministros del Banco del Sur. La misma significa un paso previo a la entrada en funcionamiento de una institución planteada como clave en la integración regional de América del Sur. En el marco del programa de la Nueva Arquitectura Financiera Regional, se postula la creación de una banca de desarrollo de nuevo tipo en oposición a los Bancos de Desarrollo tradicionales (como el Banco Mundial y el BID) y a la vieja arquitectura financiera internacional en general (FMI, Banco Mundial y la propuesta del g20). Como banco de desarrollo de nuevo tipo se postula crear una institución con objetivos diferentes, sin el otorgamiento de préstamos con condicionamientos de política nacionales, regido interiormente por el sistema de representación de un país = un voto, la ampliación de los sujetos de financiamiento (incluyendo cooperativas y pueblos originarios) y con la misión de fortalecer los lazos entre los pueblos de la región en el marco de un nuevo regionalismo estratégico.

Si bien estas características se encuentran marcadas en los documentos oficiales del Banco del Sur (el Acta Fundacional de 2007 y el Convenio Constitutivo de 2009), el hecho de que el organismo aún no esté en funcionamiento genera ciertos interrogantes : ¿Qué debe financiar la banca de desarrollo de nuevo tipo ? ¿Cuál será el peso del Banco del Sur en la integración regional ? Si tenemos en cuenta que la estrategia de consolidación del proyecto hegemónico financiado por la banca tradicional, como puede verse en los tres casos anteriormente citados, el desafío del Banco del Sur y de los pueblos de la región será el de construir mecanismos de cooperación e integración alternativos que fortalezcan la soberanía popular de Nuestra América.

Lucas Castiglioni para FISYP

FISYP, 6 de noviembre de 2013.

Notes

[4Según el sitio oficial, la revista fue creada con la misión de ser « líderes en información sobre América Latina para los tomadores de decisión, líderes de opinión, ejecutivos y empresarios de la región »

[6Fal, Juan 2013 « Las operaciones del Banco Mundial en Argentina : Injerencia en el sector agrícola » Revista Periferias (Buenos Aires : FISyP) Nº 21

[8Como bien detalla el sitio oficial del banco

Retour en haut de la page

El Correo

|

Patte blanche

|

Plan du site