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2 octobre 2014

Edward Said (1935 – 2003) :
Reflexiones sobre la condición árabe

par Edward W. Saïd *

 

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Esta visionaria reflexión de Edward W. Said no pierde actualidad. La lucha y el sufrimiento del pueblo árabe es absolutamente comparable a los pueblos de América Latinoriginaria solidarios con el pueblo árabe. Por suerte nuestros pueblos latinoamericanos han comenzado a darle la bienvenida a la integración regional para mejor enfrentar al imperialismo colonial cada día más letal. Carlos Debiasi, para El Correo.

Tengo la impresión de que muchos árabes consideran actualmente que lo sucedido en Irak desde hace dos meses (2003) es casi una catástrofe. Es cierto que el régimen de Saddam Hussein era a todas luces despreciable y merecía caer. Es cierto, fueron muchos los heridos por su despotismo, su enorme crueldad y por los terribles sufrimientos que infligió al pueblo iraquí. Sin embargo, es indudable que muchas personas y muchos gobiernos contribuyeron a mantenerlo en el poder : mirando hacia otro lado y preocupándose tan solo por sus pequeños negocios. Pero lo que ha permitido a los EEUU bombardear a este país y destruir su régimen no ha sido ni un derecho moral ni un argumento racional sino simplemente su potencia militar.

Y aunque junto a Gran Bretaña apoyaron personalmente al Irak Baasista y a Saddam Hussein durante años, resulta que ahora se arrogan el derecho de negar su propia complicidad con aquella dictadura y de proclamar que han liberado a Irak de su detestable tiranía. Y lo que ahora parece emerger en el país, tanto durante como después de la ilegal guerra anglo-estadounidense contra un pueblo y una civilización que constituyen la esencia de Irak, constituye una seria amenaza contra el pueblo árabe en su totalidad.

Resulta primordial recordad que a despecho de sus numerosas divisiones y de sus disputas, los Arabes son verdaderamente un solo pueblo y no un rejunte disparatado de países masivamente expuestos a la intervención y a la dominación extranjera. Es cierto que cuentan con una historia de presencias imperialistas como el dominio otomano sobre los árabes que va desde el siglo XVI hasta la actualidad. A los otomanos los sucedieron los británicos y los franceses durante la Primera Guerra Mundial, luego los EEUU e Israel después de la Segunda.

Uno de los hilos conductores de mayor e insidiosa influencia en el reciente orientalismo estadounidense e israelí, particularmente evidente en la política de ambos países desde fines de los años 40, es la extremadamente profunda y virulenta hostilidad hacia el nacionalismo árabe y la determinación a obstaculizarlo y a combatirlo por todos los medios. El postulado básico del nacionalismo árabe en sentido amplio es que, pese a toda la diversidad, al pluralismo de sus realidades y de sus estilos, los pueblos de lengua y de cultura árabes (llamémosles los “pueblos arabófonos” como los llama Albert Hourani en su último libro) constituyen una nación, no simplemente un conjunto de Estados distribuidos en África del Norte hasta la frontera occidental de Irán. Todo intento independentista de ese postulado ha sido abiertamente atacado como sucedió en la guerra de Suez en 1956, o en la guerra colonial francesa contra Argelia, o las guerras israelíes de ocupación y de apropiación.

En la campaña contra Irak, el objetivo declarado era derrocar a un régimen, pero el real era aniquilar a uno de los más poderosos países árabes. Del mismo modo que la campaña francesa, británica, israelí y usamericana contra Nasser era aniquilar un país cuya ambición declarada era la unificación de los árabes y su conformación de una poderosa fuerza política independiente, hoy en día los EEUU pretenden rediseñar el mapa mundial subordinándolo a su propio interés y no en el de los países árabes. El éxito de la política de los EEUU se basa en el fraccionamiento, la inacción colectiva y la debilidad militar y económica de los árabes.

¡Qué locura pensar que el nacionalismo individual y la separación sectaria de los Estados Arabes – ya se trate de Egipto, Siria, Kwait o Jordania - son mejores y más políticamente útiles que un proyecto de cooperación inter árabe en materia económica, política y cultural ! No es necesario que la integración sea total, en realidad, pero según creo cualquier forma de cooperación útil y planificada sería mejor que esas cumbres escandalosas que han deshonrado nuestra vida nacional como por ejemplo la crisis iraquí. Se nos plantea un pregunta a todos los árabes y a todos los extranjeros ; ¿por qué los árabes no ponen sus recursos en común para defender las causas que oficialmente, al menos dicen apoyar y en las que, como en el caso de Palestina, su gente cree activamente y sobre todo apasionadamente ?

Yo no perdería mi tiempo en sostener que todos los esfuerzos que se han realizado para promover el nacionalismo árabe deban ser exonerado de sus abusos, de su corta mira, de sus derroches, de sus represiones y de sus locuras. El balance no es positivo. Pero afirmo categóricamente que : si desde comienzos del siglo XX, los árabes no han podido lograr su independencia colectiva, ni en conjunto ni separadamente, es debido a los designios de las potencias extranjeras, conscientes de la importancia estratégica y cultural de sus países. Hoy en día ningún estado árabe puede disponer de sus recursos como quisiera, ni asumir posturas acordes con sus propios intereses, especialmente aquellos que parecieran amenazar la política de los EEUU de América.

Durante los más de cincuenta años de dominio mundial y aún más desde el final de la guerra fría, los EEUU de América basaron su política Medio-oriental en dos pilares y solo dos : la defensa de Israel y la libre exportación del petróleo árabe : En situaciones cruciales y con escasas excepciones, los EEUU han seguido con relación a los países árabe una política de desprecio y de abierta hostilidad. Con un sorprendente éxito : después de la muerte de Nasser no encontraron la menor resistencia entre los dirigentes árabes que se han sometido a todas sus exigencias.

Durante los períodos de extrema presión sobre alguno de ellos ( la invasión israelí al Líbano en 1982 ; las sanciones a Irak : concebidas como para debilitar globalmente tanto al pueblo como al estado ; los bombardeos en Libia y en Sudán ; las amenazas a Siria, las presiones sobre Arabia Saudita) la debilidad colectiva de los pueblos árabes ha sido casi sorprendente. Ni su enorme potencialidad económica colectiva ni las voluntades populares han constituido el menor gesto de desafío. La política imperialista de dividir para reinar ha funcionado perfectamente : cada uno de los gobiernos ha tenido miedo de correr el riesgo de un deterioro de sus relaciones bilaterales con los EEUU de América. Ese temor ha primado sobre cualquier otra consideración, cualesquiera fuere su presión.

Algunos países dependen de la ayuda económica de los EEUU, otros de su protección militar. Pero todos han decidido no tener confianza entre sí y no preocuparse por el bienestar de sus respectivos pueblos (se preocupan bien poco en realidad) prefiriendo la soberbia y el sepulcro de los usamericanos, cuyo comportamiento con relación a los países árabes ha empeorado con el aumento de su arrogancia por ser única superpotencia. Resulta además notable que los países árabes luchen entre ellos mucho más ardientemente que lo que lo hacen contra los verdaderos agresores externos.

El actual resultado luego de la invasión a Irak, es tener una nación árabe extremadamente desmoralizada, aplastada, destruida, que no puede hacer otra cosa que aceptar los planes enunciados por los EEUU de América y simular toda clase de esfuerzos para rediseñar el mapa de Medio Oriente según los intereses de los EEUU y desde luego israelíes. Ni siquiera este extraordinario proyecto ha suscitado ni la más vaga reacción colectiva de los Estados árabes, que parecen esperar que suceda algo nuevo mientras que Bush, Rumsfeld, Powell realizan amenazas, visitas, desaires, bombardeos y comunicados unilaterales. Es tanto más exasperante que los árabes hayan aceptado la Hoja de ruta de los EEUU (o del cuarteto) aparentemente surgida del sueño desvelado de Georges W. Bush mientras los israelíes postergan tranquilamente su propia respuesta. ¿ Qué siente un palestino cuando ve a un dirigente de segundo orden como Abou Mazen , que fue siempre un fiel subordinado de Arafat abrazar a Colin Powell y a los usamericanos, cuando hasta para un niño está claro que la Hoja de Ruta ha sido concebida para :

a) provocar una guerra civil interpalestina
b) ¿obtener la sumisión de los palestinos a las exigencias israelo-usamericanas sobre las reformas sin conceder nada a cambio o casi nada ? ¿Hasta donde vamos a ceder ?
c)
En cuanto a los planes de los EEUU en Irak, está actualmente perfectamente claro que lo que va a suceder es una ocupación colonial a la antigua, muy parecida a la que pretende Israel desde 1967. Importar la democracia a Irak , quiere decir sencillamente alinearlo con la política de los EEUU de América : tratado de paz con Israel, beneficios de los mercados petroleros para los usamericanos y un orden público verdaderamente mínimo, que no permita una verdadera oposición ni la puesta en marcha de verdaderas instituciones. Puede ser que la idea sea convertir a Irak en u nuevo Líbano, destruido por la guerra civil. No estoy seguro.

Pero he aquí un pequeño ejemplo del tipo de medidas que se quiere tomar. Se supo hace poco a través de la prensa usamericana que a un asesor legal de treinta y dos años. Noah Feldman, de la universidad de New York, se le habría encargado la redacción de la nueva constitución iraquí. Todos los artículos relacionados con este importante nombramiento se refieren a que Feldman es un experto en Ley Islámica, particularmente destacado, que ha estudiado el árabe desde los quince años y que ha sido educado de acuerdo con el judaísmo ortodoxo. Pero nunca practicó derecho en el mundo árabe, jamás visitó a Irak y no parece tener conocimiento práctico sobre los problemas de la post guerra en ese país. ¡Qué ostentoso camuflaje se le ha hecho, no solo al mismo Irak, sino también a la legión de juristas árabes y musulmanes que hubieran podido realizar un trabajo perfectamente adecuado al servicio del futuro ! Pero no, los EEUU de América pretenden que la tarea sea realizada por un joven propio con el objeto de poder decir “Somos nosotros los que le hemos proporcionado a Irak su nueva democracia” Un desprecio sin límites.

Lo más descorazonador es la manifiesta impotencia de los árabes frente a todo esto y no solamente porque no se ha intentado ningún esfuerzo real para reaccionar colectivamente. Yo que veo la situación desde afuera, encuentro asombroso que en este crítico momento los dirigentes no se haya dirigido a sus pueblos para pedirles su apoyo frente a lo que constituye una amenaza contra toda la nación. Los estrategas militares estadounidenses no han actuado misteriosamente : lo que están preparando es un vuelco radical en el mundo árabe, que pueden imponer con la fuerza de las armas y porque no tienen la menor oposición. Además, pareciera ser que su mayor objetivo es destruir de una vez por todas la unidad fundamental del pueblo árabe y de cambiar irremediablemente las bases de su existencia y de sus aspiraciones.

Ante tal demostración de fuerza, yo hubiera creído que una alianza sin precedentes entre los pueblos y los dirigentes árabes constituiría la única disuasión posible. Pero eso hubiera supuesto , con toda seguridad, que cada estado árabe decidiese asociarse al pueblo, hacerlo compartir y hasta creo que abrogar todas las medidas represivas de seguridad con el objeto de oponerle al imperialismo una fuerza organizada. Un pueblo obligado a hacer la guerra o un pueblo reducido al silencio y oprimido no estaría jamás en condiciones de manejar esta situación. Lo que nos hace falta son sociedades árabes libres del estado de sitio auto impuesto entre gobernante y gobernados. ¿ Por qué no adoptar la democracia para defender la libertad y la autodeterminación ? ¿Por qué no decir : deseamos que cada ciudadano participe voluntariamente en un frente común contra un enemigo común, necesitamos de todos los intelectuales, de todas las fuerzas políticas para que actúen con nosotros contra el proyecto imperialista de remodelar nuestras vidas sin nuestro acuerdo ?¿Porque dejar la resistencia a los extremistas y a los desesperados de los atentados suicidas ?

Cuanto más fuerte sería hoy la oposición palestina frente al asalto usamericano-israelí se hubiera habido una demostración de unidad y no una indigna reacción que estaría mejor ubicada entre la delegación enviada por Colin Powell ! No he comprendido jamás por qué los dirigentes palestinos han sido incapaces de elaborar una estrategia en común para resistir a la ocupación sin dejarse someter a cualquier plan Mitchell, o de Tenet o del cuarteto. ¿Por qué no decirles a todos los palestinos : enfrentamos a un solo enemigo y debemos combatirlo juntos ?

La raíz del problema – en todas partes y no solamente en Palestina – reside en el abismo estructural existente entre gobernantes y gobernados que constituye una de las más siniestras herencias del imperialismo, ese miedo fundamental a la participación democrática como si dejando demasiada libertad, la élite colonial que detenta el poder correría el riesgo de perder los favores de la autoridad imperial. El resultado no es solo la falta de una verdadera movilización general en la lucha común, sino también la persistencia del fraccionamiento y de las pequeñas y mezquinas querellas. Al punto en que están las cosas hoy en día, existen actualmente en el mundo muchos ciudadanos árabes que no se comprometen y que no participan.

Quiéranlo o no el pueblo árabe enfrenta hoy en día un asalto general lanzado contra su porvenir por una potencia imperial, los EEUU de América, que actúa de acuerdo con Israel para pacificarlo, someterlo y reducirlo finalmente a un conjunto de pequeños feudos en guerra entre sí, cuya obediencia primera no estará dirigida a su pueblo sino a la gran superpotencia y a su representante local. No entender que este es el conflicto que va a determinar por décadas el destino de nuestra región, es mantenerse voluntariamente ciego. Hoy en día debemos quebrar las tristes cadenas que encierran a las sociedades árabes : el descontento del pueblo, la inseguridad de los gobernantes, la frustración de los intelectuales. Es una crisis sin precedentes. El primer paso es determinar la amplitud del problema, y luego supera lo que nos reduce a la rabia impotente y a la marginación, que no es cuestión de aceptar con una sonrisa. Existe una alternativa a esta situación tan poco seductora que nos ofrece además mayor esperanza.

Edward W. Said

Al-Ahram, 22-28 mai 2003, y Al-Hayat, 26 mai 2003.

Traducción del francés para El Correo de : Susana Merino.

El Correo. París, 2 de octubre de 2014.

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« Orientalismo ». El Oriente creé par Occidente. Edward SaÏd

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