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13 mai 2014

China Por qué enojar al tigre ?

par Guadi Calvo *

 

Ya hemos tratado aquí sobre las actividades del Movimiento Islámico de Turquestán Oriental (Mito), (¿Cómo se dice al-Qaeda en chino ?) una organización separatista de la Región Autónoma de Xinjiang, que desde el 1992 opera con alguna frecuencia en su región realizando atentados con los que intentan revindicar su lucha contra Pekín. Quizás envalentonados por su experiencia en Siria, que no podríamos catalogar como gloriosa, esta banda vinculada al-Qaeda, ha reiniciado su lucha independentista contra el gobierno chino, nada menos.

A fines de octubre de 2013 un comando yihadista produjo un atentado nada menos que en la plaza de Tiananmen de Pekín, estrellado un auto contra los paseantes dejando dos muertos, una turista filipina y un ciudadano chino, y cuarenta heridos al tiempo que los tres miembros del MITO fueron ejecutados por la policía.

Si bien las operaciones del MITO, no eran ninguna novedad, lo que causó impacto mediático fue que nunca antes en sus años de actividad se habían arriesgado a actuar tan cerca del poder central.

Desde entonces las actividades de los islamitas han sido de baja intensidad, protagonizando algunos hechos muy aislados en la provincia Xinjiang. En el último año, se ha producido una serie de incidentes en Xinjiang, que habrían dejado cerca de cien muertos a lo largo del 2013, contados miembros de los servicios de seguridad. El 14 de febrero último la policía había eliminados a ocho yihadistas y otros tres murieron al estallar un dispositivo que iban a utilizar en un atentado suicida en el condado de Wushi, en la prefectura de Aksu, en la provincia de Xinjiang. Coincidiendo con la decisión de las autoridades judiciales de Xinjiang de acusar al académico Ilham Tohti, profesor de economía en la Universidad de las Minorías de Pekín, de difundir ideas separatistas, incitar al odio étnico y participar en actividades secesionistas. La pena que podría corresponderle va desde de 10 años de cárcel ha la posibilidad de ser condenado a muerte. Tohti, que se encuentra prófugo, es uno de los militantes más conocidos de la causa de los uigures y un fervoroso opositor de las políticas del Partido Comunista Chino en Xinjiang.

Desde comienzos de año, las actividades de Movimiento Islámico del Turquestán Oriental, han tomado un nuevo y virulento giro : De manera sorpresiva un comando de varios integrantes, imposible conocer su verdadero número, arremetió con cuchillos contra los distraídos pasajeros que esperan su tren, intentado producir la mayor cantidad de víctimas elegidas absolutamente al azar. Los ataques se habían producido siempre en Xinjiang, y su objetivo fueron las fuerzas de seguridad. Pero el primero de marzo en la estación ferroviaria de Kunming, capital de la provincia de Yunnan, al suroeste de China y a casi a tres mil kilómetros de su región, un número indeterminado de yihadistas arremetió contra la multitud dejando veintinueve muertos y casi ciento cincuenta heridos. En este atentado se estima que han actuando unos diez islamistas, de los que la policía pudo eliminar a cuatro y detener a una mujer. Algunas de las víctimas han declarado que los atacantes vestían de negro y se abalanzaron dando cuchilladas de forma indiscriminada contra las personas que esperaban para comprar sus pasajes.

El treinta de abril en la estación ferroviaria de Urumqi, capital del la díscola Xinjiang, se produjo una explosión que dejó tres muertos y casi ochenta heridos. El atentado coincidió con la visita del presidente Xi Jinping.

El martes seis de mayo el ataque se produjo en la estación Guangzhou, la capital de la provincia de Guangdong, en el sur del país, donde resultaron seis personas heridas, el atentando lo habrían cometido cuatro personas de las cuales una fue herida y detenida por la policía.

Con los atentados, los separatista uigures, (una de las cincuenta y cinco etnias que habitan China) o sin duda intentan ganar exposición en los medios, estos dos últimos atentados junto al de la Plaza Tiananmen en octubre último son los primeros que ejecutan lejos de su región.

Una prueba de la importancia que Pekín ha dado a estos últimos incidentes es que el presidente Jinping, ordenó al máximo responsable de seguridad interna de China y miembro del Politburó, Meng Jianzhu, que se encargue personalmente de la investigación.

Este incremento de la violencia yihadista, según la investigadora del Instituto de Derecho de la Academia de Ciencias Sociales de la Universidad de Xinjiang Gu Liiyan, se debe a la inestabilidad en los países limítrofes y a la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. Por lo que se prevé que las acciones del MITO se incrementaran.

Con el fin de proteger no solo su territorio, sino también el intenso flujo comercial que China tiene en su frontera oeste es que reforzó la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), creada en 2001de la que también forma parte Rusia y los países de Asía Central a excepción de Turkmenistán. El objetivo principal de la OCS es la lucha contra el terrorismo islamista y los movimientos separatistas en la región de Xinjiang. Para ello, en 2004 la OCS creó la RATS (Regional Anti Terrorism Structure) con sede en Tashkent, capital de Uzbekistan.

Muchos más que una provincia

La Región Autónoma Uigur de Xinjiang es una zona estratégica para el gobierno chino no solo por sus reservas de petróleo y gas natural y sus extensas fronteras con Rusia, Mongolia, Pakistán, Afganistán, India, Kirguistán y Kazajstán.

Tiene una superficie de 1,6 millones de kilómetros cuadrados y una población de casi veintitrés millones de personas, los uigures representan un 47% unos ocho millones. Hace décadas el gobierno central intensificó la presencia de la etnia han, que ya suponen el 38%. Además de otros grupos étnicos como los kazajos, los hui y los mongoles. Pero son los han, la raza mayoritaria en China, quienes controlan la vida política y económica de la región lo que generó el descontento de los uigures.

Xinjiang, se ha convertido en estos años en un punto geoestratégico clave para el armado político y económico de China ya que representa la entrada al país del gas y el petróleo de Asia Central y la salida de miles de millones de dólares en exportaciones a través de una importante red de carreteras y ferroviaria.

Pekín, desde la Primavera Árabe, ha estado muy atento a los que podría pasar si una crisis interna estallara en sus proveedores de gas y petróleo, por ello ha centrado su atención en las repúblicas centroasiáticas.

Las importaciones de insumos energéticos de China se realizan vía marítima entre el 80% y el 85% al igual que su exportaciones, que podrían dificultarse a raíz de una serie de diferendos que China mantiene sobre diferentes islas y aguas territoriales en el sureste asiático con otros países.

China necesita una alternativa a las rutas marítimas que atraviesan el estrecho de Malaca, área controlada por los Estados Unidos y sus socios asiáticos. El grueso de este tráfico atraviesa el paso entre Malasia y Singapur para entrar en el mar del Sur de China. Lo que hace que la vía terrestre con las naciones centroasiáticas sea una opción fundamental.

Los cambios geopolíticos y la necesidad de Pekín de asegurar y aumentar su abastecimiento de energía, fundamental en este momento de expansión económica ha obligado a China atender con más cuidado a las republicas de Asía Central, que las que ha aumentado su comercio en estos últimos cinco años de manera exponencial. Por todas estas razones China cuidara de la provincia de Xinjiang como un tigre enojado.

Guadi Calvo para Hamartia

Hamartia. Buenos Aires, 13 de mayo de 2014.

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