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13 de diciembre de 2018

Brasil. El único camino es resistir

por Noralí Aguirre Martí

 

Cuando supe que llegaba a Río de Janeiro el miércoles 31 de octubre a las 20 hs, sólo pensé una cosa: « tres días después de las elecciones ». Para ese momento todavía no había pasado el balotaje, pero la victoria de Bolsonaro era casi una certeza, aunque todes ansiáramos el milagro que no sucedió. El domingo 28 de octubre un fascista, misógino y homofóbico fue electo presidente con el 55% de los votos. Cuando los resultados estaban sobre la mesa recordé una consigna que había visto viralizada en las redes sociales: « Perder uma eleição é normal numa democracia. O problema é perder uma democracia numa eleição » / « Perder una elección es normal en una democracia. El problema es perder una democracia en una elección ».

Así es que arribé a Río, y tuve total certeza de que estaba allá cuando se abrieron las puertas del aeropuerto y el calor y la humedad se apoderaron de mi cuerpo. El primer bolsonarista que me crucé fue el taxista que me llevó hasta el hostel, dijo algo así como « ahora sí vamos a estar tranquilos », y siguió hablando del clásico que se jugaba el sábado en el Maracaná: Vasco da Gama contra Fluminense.

El jueves temprano salí a pasear por Lapa, que es de los barrios más antiguos de Río, una especie de San Telmo bastante más marginal, donde les travestis trabajan, se pelean y toman cerveza día y noche. Dos años atrás, justo dos meses antes del Impeachment criminal contra Dilma, había estado en ese barrio. En la Av. Gomes Freire, llegando a la esquina de la Rua Riachuelo, había un mulato sin piernas vendiendo todo tipo de chucherías; fui hasta esa esquina y ahí seguía él con su puesto en el piso, su mugre y la mirada perdida en un horizonte de 50 metros.

***

La noche del jueves 1 de noviembre tocó Planet Hemp en la Fundição Progresso, a media cuadra de los arcos de Lapa. Planet Hemp es una banda de hip hop nacida en Río de Janeiro que mixtura hardcore, samba y funk; es un invento que denota el sincretismo de la cultura brasilera, donde convive lo occidental con lo afro, el catolicismo con la espiritualidad ancestral negra. La banda se fundó en el ’93 con Marcelo D2 y Skunk a la cabeza, pero Skunk falleció un año después y BNegão, que asistía a todos los conciertos, pasó a ser el segundo vocalista. Planet Hemp, traducido, significa « Planeta Macoña ». La lucha por la legalización de la marihuana fue algo que desde sus comienzos los caracterizó, aunque sus batallas no se agotan ahí. Siempre fue una banda contestataria atravesada por su oposición al racismo, la homofobia, la dictadura, a la violación de los derechos fundamentales de las brasileras y los brasileros, sobre todo de lxs que han sido históricamente sojuzgades, los negros y los pobres.

Marcelo D2 y BNegão se pusieron al hombro parte de la campaña anti Bolsonaro y pro Haddad, a pesar de ser los dos opositores al PT. Marcelo D2 fue claro en un mensaje que dejó en las redes sociales: « Todos saben que nunca fui del Partido de los Trabajadores, pero quiero seguir teniendo la libertad de poder criticar al gobierno, por eso voto a Haddad ».

Y unos versos de BNegão, lanzados en el 2001, que se viralizaron los días previos al balotaje, bien pueden servir para hacer un análisis de la situación actual: «Brasileiros pós ditadura ainda se encontram em estado de coma semi profundo / E um dos sintomas mais visíveis é a falta de percepção / Acariciam um lobo achando que é o seu animal de estimação / Não conseguem diferenciar banqueiros de bancários / Mega traficantes de meros funcionários / E assim permanecem estagnados, quando não regredindo / Enquanto o comando Delta tem cada vez mais motivos pra permanecer sorrindo».

«Los brasileros post dictadura todavía se encuentran en un estado de coma semi profundo / Es uno de los síntomas más visibles de la falta de percepción / Acarician un lobo creyendo que es su mascota / No consiguen diferenciar banqueros de bancarios / Mega traficantes de meros funcionarios / Y así permanecen estancados, cuando no retrocediendo / Mientras el comando Delta tiene cada vez más motivos para permanecer sonriendo».

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Llegué a la Fundição Progresso a eso de las 24hs. Era una noche pegajosa, como casi todas las noches y los días de Río, la lata de birra no aguantaba fría en la mano más de 10 minutos. Fundição Progresso enseguida me hizo acordar a Ciudad Cultural Konex, también es una fábrica recuperada y adaptada para realizar conciertos, aunque 5, 6 o 7 veces más grande que el Konex; parece no terminar nunca, hay pasillos, escaleras y terrazas que siempre te llevan a un espacio nuevo.

El lugar estaba explotado de gente; raperxs, punkys, tortas, rockerxs y maconherxs de todos los colores, génerxs y edades se congregaron esa noche para escuchar a una de las bandas más queridas y seguida por lxs cariocas. A eso de las 2 am del 2 de noviembre de 2018 la sala se oscureció por completo y sólo se escuchaban algunos silbidos. Entonces aparecieron las primeras consignas en la pantalla: « SAI O VAMPIRO » / « ENTRA O DEMÔNIO » / « A LUTA CONTINUA » / « DIGA NÃO AO FASCISMO » | «SALE EL VAMPIRO» / « ENTRA EL DEMONIO » / « LA LUCHA CONTINÚA » / « DECÍ NO AL FASCISMO ». Y la multitud estalló en gritos, con los puños en alto y un lema conciso: « ELE NÃO, ELE NÃO, ELE NÃO, ELE NÃO ».

Empezaron con la canción que arrancan todos sus conciertos: « Não compre, plante! », y BNegão fue el orador de un recital colmado de emoción que duró casi dos horas. No ahorró palabras para apuntar contra la milícia brasilera: « son corruptos y asesinos », y apoyan a « bolsonazi ». Marielle Franco estuvo presente todo el recital, cada vez que paraban de tocar para decir unas palabras la recordaban, y la multitud la vitoreaba con congoja elevando sus puños otra vez « Marielle, presente! Marielle, presente! Agora e sempre! Agora e sempre! ».

« Resistencia » fue la palabra más pronunciada de la noche. BNegão la gritó hasta quedarse sin voz, mientras le público lo acompañaba con una mezcla de júbilo y tristeza, sabiendo que es el único horizonte posible en estos momentos. « Resistencia » repetía BNegão, rememorando nombres de pibes y pibas asesinadas por la policía. « Resistencia » volvía a gritar, recordando que Lapa siempre fue un barrio que no tuvo más opción que resistir. « Resistencia » gritaba con las cuerdas vocales gastadas, y el público respondía con más fuerza, elevando aun más sus puños.

« Río de Janeiro desde siempre, pero a partir del 1 enero… Voy a hablar de nuevo -dijo-: Resistencia! Resistencia! Resistencia! Resistencia! Resistencia! Resistencia! Resistencia! » y eso es lo que me traje latiendo en el pecho desde Brasil.

Noralí Aguirre Martí* para Resumen Latinoaméricano

Resumen Latinoaméricano. Argentina, 13 de noviembre de 2018.-

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