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Le capitalisme social allemand a disparu !
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La fundación Rosa Luxemburgo de Alemania ha publicado un estudio sobre el « Milagro del empleo alemán » realizado por el profesor de la Universidad de Jena, Klaus Dörre, del que Terrains de Luttes va a publicar un extracto en dos partes. Esta que presentamos hoy es la primera de ellas.
Comencemos por citar las características de lo que se denomina el « modelo alemán ». ¿Qué se esconde tras esta etiqueta?, ¿cómo ha evolucionado esta variante de capitalismo desde inicios de los años 1990? y, en fin, ¿en qué medida se puede seguir hablando hoy de un « modelo alemán »?
Inicialmente, el término « modelo alemán » designaba un sistema social capitalista que había logrado conciliar la búsqueda del beneficio de la economía privada y el interés colectivo de la gente asalariada y sus familias en torno a la Seguridad Social y el bienestar. Durante el período de prosperidad del capitalismo renano, del capitalismo cooperativo o -como nosotros le denominamos aquí- del capitalismo social, se lograron y preservaron compromisos sociales basados en sólidas redes institucionales, organismos y actores.
En Alemania del Oeste, este modelo comprendía:
La aportación particular del capitalismo social consistía en encuadrar el trabajo asalariado en el marco del Estado del Bienestar. De ahí resultaba lo que a posteriori se ha calificado como una relación de trabajo "normal" o « estándar », socialmente protegida. Para la gran mayoría de la gente asalariada, sobre todo masculina, el trabajo asalariado en el marco del Estado del Bienestar implicaba una disociación relativa de las rentas y de la situación del empleo en relación a los riesgos del mercado. El capitalismo social ha reposado siempre sobre desigualdades propias de las categorías sociales y, particularmente en Alemania del Oeste, en una inserción asimétrica en el mercado de trabajo de hombres y mujeres. Generaba una discriminación en relación a la mano de obra inmigrante o poco cualificada. El pleno empleo de los hombres no se podía concebir sin los trabajos de cuidados, que eran realizados fundamentalmente por las mujeres y de forma gratuita. Los empleos poco atractivos, mal pagados y poco valorados, eran realizados por las y los inmigrantes que llegaban de la periferia sur de Europa y de Turquía hacia los países del centro (« los trabajadores inmigrados » - « Gastarbeiter »). En cualquier caso, para la mayoría de las y los obreros, empleados y de sus familias, este cambio fue sinónimo de transición hacia un estatus integrador de « ciudadanía social » plena. La gente asalariada disponía, por fin, de una « propiedad social » [1]. La pobreza y la precariedad estuvieron siempre bien presentes, pero se encontraban relegadas a los márgenes de la sociedad del pleno empleo y de su protegido mercado interno de trabajo; se encontraban prácticamente invisibles y relegadas a la esfera privada, marginalizadas. (…)
Desde ese punto de vista parece lógico que, con el cambio del milenio, el capitalismo social alemán haya sufrido una reforma fundamental. Durante los años de la coalición rojo-verde [Alianza del SPD con los Verdes), se dieron una serie de reformas en los sistemas sociales que introdujeron elementos de competencia, privatizaron una parte de la prevención en torno a los riesgos sociales, liberalizaron el acceso a los mercados financieros, flexibilizaron el mercado de trabajo y alentaron la expansión de formas de empleo atípicas y, a menudo, precarias. A diferencia de los EE UU, bajo Reagan, por ejemplo, o de la Inglaterra de la era Thatcher, no se dieron agresiones generalizadas contra el Estado del Bienestar, contra los sindicatos o el sistema de negociación colectiva y la cogestión. La erosión del capitalismo social se dio de forma sibilina. Sin embargo, no hay duda de que, a menudo, bajo el barniz de instituciones aparentemente intactas del viejo capitalismo social, se realizaron modificaciones que equivalen en definitiva a un cambio de modelo. A modo de ejemplo, señalamos algunas de las más importantes que se dieron antes de la crisis de 2008.
Klaus Dörre
Traducción: VIENTO SUR
Terrains de luttes. Paris, 22 septembre 2014.
[1] « La propiedad social podría definirse como la producción de servicios que contribuyen a una seguridad social equivalente a la que en otros momentos sólo estaba garantizada por la propiedad privada » Robert Castel, L’insécurité sociale: qu’est-ce qu’être protégé? , Paris: Éditions du Seuil et La République des Idées], p. 41 et suivantes
[2] Hajo Holst, Oliver Nachtwey, Klaus Dörre (2009): Funktionswandel von Leiharbeit. Neue Nutzungsstrategien und ihre arbeits- und mitbestimmungspolitischen Folgen. Eine Studie im Auftrag der Otto-Brenner-Stiftung, OBS-Arbeitsheft 61, Francfort-sur-le-Main: Otto-Brenner-Stiftung.
[3] A propósito de las modificaciones en las relaciones laborales, ver Stefan Schmalz, Klaus Dörre (Éd.) (2013): Comeback der Gewerkschaften. Machtressourcen, innovative Praktiken, internationale Perspektiven, Francfort-sur-le-Main/New York: Campus.
[4] Hartz es el nombre otorgado a las contrarreformas laborales emprendidas por el Gobierno Alemán a partir de 2002, a partir de las propuestas de la comisión parlamentaria encabezada por Peter Hartz.