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25 mai 2004

A un año de gobierno Kirchner y de su "Plan de gobierno de todos los argentinos"

par Clara Sirvén

 

A un año de la asunción de Kirchner, el análisis de la plataforma presentada y la realidad actual del país.

Hoy 25 de mayo se cumple un año de que el presidente Néstor Kirchner rompió el protocolo y asumió el mandato en el Congreso de la Nación. Frente a doce jefes de Estado de Latinoamérica y el heredero del trono español, Kirchner prestó juramento. Llegó luego de la caída del presidente radical menos radicalizado que paso por la Casa Rosada, y de una seguidilla de justicialistas de trazo conservador que lo antecedió en el sillón de Rivadavia.

Adolfo Rodríguez Saá, Ramón Puerta, Juan Carlos Camaño, Eduardo Duhalde. Todos ellos pasearon por nuestro gobierno, pero ninguno fue elegido por el pueblo. Nadie olvida que Kirchner llegó al Ejecutivo con un 22 por ciento de los votos, el más bajo de la historia, aunque no pocos agradecen que Carlos Menem se haya bajado en la recta final hacia el ballotage. No es un dato menor que el actual presidente no fue elegido por una mayoría abrumadora y en condiciones típicas a un proceso democrático.

Cuando tomó el bastón de mando, el santacruceño aceptó hacerse cargo de un país que estaba tratando de reflotar de la peor crisis de su historia. Una moneda devaluada, los acreedores internacionales que nos tenían entre la espada y la pared, hambre, inseguridad, desempleo, un precarizado sistema de salud, en medio de país cortado por manifestaciones piqueteras. Gran parte de la sociedad creyó que lo de ’Lupo’ (así lo llamaban en tiempos de juventud por su parecido físico al personaje de historietas ’Lupín’, inventado por Divito) fue valor.

Hace exactamente un año, la producción de soja, girasol, papel y hierro estaban muy por encima de periodos anteriores. La industria en general no estaba mal, mas si se comparan los números de ese año con los del 2001 y 2002, las caídas más grandes de la historia. Se sentía que el país estaba saliendo de la crisis. Con problemas, pero en forma lenta y progresiva.

Se registraba una tasa de desempleo de 17,8 por ciento (aliviada por la entrega de casi 2 millones de planes sociales), y un 57,5 de pobres argentinos, de los cuales el 27,5 era indigente, según datos del INDEC. Todavía se respiraba la indignación del conjunto de la sociedad, con la Red Solidaria a la cabeza, al ver imágenes de las inundaciones en Santa Fe.

Programas de televisión, revistas, diarios, todos se esforzaban en mostrar la tristeza del país. El ministro de economía Roberto Lavagna negociaba con los enviados del Fondo Monetario. Cristina se cortaba el pelo. El presidente saliente Eduardo Duhalde era amigo y enemigo de Kirchner. Alfonso Prat Gay se hacía cargo del Banco Central y el ahora parcialmente aliado bloque piquetero manifestaba en las rutas. Al día siguiente de la asunción de nuestro 52º mandatario, por si acaso sectores ortodoxos de ese conglomerado cortaron el Puente Pueyrredón.

La situación del país en el momento en que Kirchner tomó el control era de temores e incertidumbre. Y si hay algo peor que el miedo, es el miedo a lo desconocido. Sin embargo, parecía una bocanada de aire fresco, y no se dudaba tanto del nuevo gobierno. En silencio quedaban algunas cuestiones. No era un Cristo salvador el señor que se golpeó la cabeza entrando a la Casa Rosada. Sólo se trataba de un presidente legitimado por menos de un tercio del electorado.

Momentos célebres

La asunción en el Congreso. Los abrazos con el venezolano Hugo Chávez, el eterno Fidel Castro y el mandatario vecino Ignacio Lula Da Silva. La foto familiar de Kirchner y Lula junto a sus esposas, registrada durante el primer viaje a Brasil. La caída del helicóptero. El segundo golpe en la cabeza, esta vez en la Rural. La creación de un Museo de la Memoria en la Escuela de Mecánica de la Armada. El discurso y remoción simbólica de los retratos golpistas de Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone. La Plaza de Mayo llena el día de la Patria. La misma imagen frente al Congreso durante la inauguración del año legislativo. Las críticas contra el FMI al cierre de la Cumbre de las Américas. Y otras imágenes memorables con algunas obras importantes. Pero, ¿cumplió realmente sus promesas de campaña ?

Según se dijo al lanzar su candidatura, el Plan Estratégico de gobierno echaría cierta luz en la oscuridad. Una perfecta Biblia de surrealismos e ideas concretas, que transmitía en sus ideas fuerza, seguridad en el nuevo rumbo, espíritu de cambio, con solidaridad y principios igualitarios.

Lo llamó ’Plan de gobierno de todos los argentinos’. Cuyos ejes centrales apuntaban hacia la creación de un sistema nacional de salud, propuestas de desarrollo industrial y mayor seguridad social.

El sistema nacional de salud propiciaba consensos entre los distintos subsectores públicos, privados y de las obras sociales. Proyectaba la creación de una red, que tendría como apoyo el Hospital Público y otros centros de salud, tanto estatales como privados.

En lugar de hablar de presupuestos, posibilidades para los pobres, facilidad para conseguir medicamentos, entre otros factores de transformación, se subrayaba curiosamente, la educación que brindarían los centros de salud. Entiéndase médicos que ganarían experiencia y mayor conocimiento. Más adelante, explica que en la micro gestión se instalará un rol estratégico en lo local, facilitando el acceso al servicio de salud, alcanzando metas de calidad e indicadores de resultados, con estándares regionales.

En cuanto al PAMI, tema de moda durante años, proponía ’reducir el déficit operativo, utilizando los recursos en beneficio directo de los afiliados para normalizar las prestaciones hoy en conflicto’, y ’apoyar a las unidades de gestión loca, transfiriendo capacidad de decisión y recursos para la resolución de las problemáticas específicas en sus territorios’. Después de los cuentos de Juan González Gaviola y el tristemente célebre Víctor Alderete, el presidente sólo parece poder emitir palabras de aliento a la actual interventora, Graciela Ocaña.

El item de emergencia social y sanitaria tiene un punto de escasa claridad. En la primera línea, aclara : ’se continuará, durante la emergencia con la cobertura alimentaría (sí, está con tilde) poniendo especial énfasis en que el destinatario efectivo sea la familia’. El texto señala esa continuidad a pesar de las dificultades transitadas por Eduardo Duhalde, con aún frescas las imágenes de los chicos que se morían de hambre en Tucumán. La palabra ’desnutrición’ fue uno de los lugares comunes que usaron de título los diarios durante su gobierno.

Según el INDEC, el desempleo bajó. No obstante, los datos de la realidad demuestran que el armado de esos números no son confiables, por no reflejar entre otras variables los niveles de empleo precario.

Educación

El lunes pasado, en el programa de cable El Destape pudo verse el actual desfasaje nacional que existe en calidad educativa.

En las provincias del norte, las estadísticas hablan por sí solas : no hay escuelas, no hay maestros, no hay lugares físicos para que los chicos aprendan ni facilidades para acceder a una educación digna.

La histórica reputación de la educación argentina descendió notablemente frente al resto del mundo. Superpoblación en las escuelas, falta de concentración e incapacidades producida por la mala alimentación además de la escasa capacitación docente, son factores comunes que están en todo el país y que abundan en el norte.

Respecto al presupuesto para la educación, se gasta un porcentual similar del PBN a otros países (como España, Italia, México, Chile y Japón), pero aquí no alcanza. Porque, por más que la plata sea un factor importante, la capacitación de los maestros, la panza llena de los chicos, suman. En este caso, restan.

Kirchner no prometió esto, pero sí una ’educación con justicia social’. Propuso un Sistema Educativo Federal, que tenía como eje primordial la recuperación de la identidad nacional, igualdad de acceso, y el crecimiento y progreso de todas las personas. Esto no es lo que se ve aunque haya algunos buenos intentos como el Plan Deserción Cero en la Ciudad de Buenos Aires. Pero la educación es un tema tan urgente como el problema del hambre.

Los acreedores

Qué tema. Idas y vueltas. Cartas de amor y odio. Llamadas telefónicas. Encuentros. Acuerdos. En el plan de gobierno se establecen algunas líneas de acción que especifican un intento por reducir el monto de la deuda externa. Si el proceso económico consolida posiciones en torno a una tasa de expansión del PBI en un 5 por ciento, aparentemente, las condiciones para negociar serían menos rígidas. Eso facilitaría un acuerdo, primero con el sector privado y más tarde con el FMI. Si se busca una quita sustantiva - mezclando reducción de masa de crédito, tasa de interés y ampliación de la madurez o plazo de los bonos soberanos - algunos creen cumplido parte de este objetivo, que permitiría una negociación con menos presiones.

En el programa mencionado se contó acerca de las propuestas acordadas entre el titular de Hacienda y los bancos, para salir del default internacional. La última palabra la tiene el presidente. La base es que no pueden salirse de lo que Kirchner prometió : quita del 75 por ciento, y no más del 3 puntos del PBI para el pago (12.500 millones de pesos anuales). Pero hay cosas que se dijeron y se pueden modificar. Por ejemplo, se decía que la quita o descuento del capital que debemos iba a ser del 75 por ciento, más el descuento en la tasa de interés, más fuerte, a mayores plazos. El total del descuento daba 92 por ciento. Hoy se habla de una quita total, entre capital, plazo e intereses, del 75.

Antes se hablaba de no pagar los intereses vencidos. Ahora hay opciones para que Kirchner elija : pagar los intereses que debemos de estos dos años y medio de cesación de pagos o no pagarlos.

Si el presidente acepta esta propuesta, la quita sobre el capital sería del 56 por ciento. Con lo cual se estaría mejorando muchísimo la oferta inicial y, prevé saldarla para el año 2034.

El tema es que Kirchner se llenó la boca de ’no pagar hasta que no se pueda’ Discursos, discursos y discursos sobre ’primero nuestro país, después el resto’. Para algunos sectores financieros no está mal mejorar la oferta para pagar la deuda. Pero, ¿no es contradictorio ?

La cultura del trabajo

En el plan de gobierno, la cultura del trabajo ocupa páginas y páginas de surrealismos cercanos a lo absurdo. Acepta que el cuadro de ese momento era de suma gravedad y propone como solución : ’coraje’. Sí, coraje hay que tener. Pero no alcanza. No alcanza con decir ’vamos a crear un sistema de planificación que optimice y potencie el uso de los recursos humanos y productivos’. ¿Cómo la va a crear ? ¿En qué consiste ? ¿A cuántos ciudadanos comunes les sirve el ’coraje’ frente al hambre y la falta de empleo ? Esperanza, sí. Pero nada concreto.

Se reivindica al trabajo como mecanismo básico de inclusión social y de la dignificación del hombre. Está bien. Es lo justo. Vamos a ver qué se hizo a partir de ese momento :

El primer item es : ’comenzar un proceso de redistribución del ingreso, que se dirija a una mejora de los salarios’. ¿Cuál de los Fernández había dicho ’a pesar de la suba del PBI, hoy resulta impracticable una redistribución de la riqueza’ ? El de bigote más grande, ¿no ?

Segundo punto : ’Desarrollar políticas activas de empleo, orientadas a programas de empleo público, promoción del empleo en el sector privado, y mecanismos de consenso tripartito locales para el desarrollo de la producción y el empleo en determinadas regiones’. ¿Se puede saber qué regiones ? ¿Cuándo arranca ?

Se dijo que la ley de Reforma laboral fue un paso para la mejora de la calidad de trabajo. Ahora, ¿qué validez tiene ? La primera, impulsada por la Alianza y aprobada en el 2000, fue el disparador de las coimas en el Senado. La segunda, sancionada en marzo de este año, anulaba la anterior. Pero, qué diferencias había entre las dos leyes ? Algunos senadores (Eduardo Menem, Antonio Cafiero, Jorge Yoma) votaron a favor en ambas ocasiones. Y, teóricamente, eran diferentes. Se siguen teniendo dudas en las leyes, los que las hacen, los que las aprueban.

Por otra parte, no deben dejarse de lado ciertos avances.

En mayo del pasado año, cuando Kirchner festejaba en el programa ’A Dos Voces’ la renuncia de Menem al ballotage, el empleo privado formal en empresas de 10 y más trabajadores, estudiado por la Encuesta de Indicadores Laborales, presentaba una evolución positiva en los cuatro aglomerados relevados. En Gran Buenos Aires con un incremento de 0,1por ciento respecto de abril, en el Gran Rosario dicho aumento fue de 1 por ciento. Las empresas del Gran Córdoba han aumentado su dotación de trabajadores 1,2% y, por último, en Gran Mendoza, el empleo presentó una variación positiva de 0,2%. (datos del 2003).

La misma fuente, en marzo del corriente año, arrojaba que en relación con el período anterior (casi toda la duración del actual gobierno) el nivel de empleo acumuló un crecimiento de 6,7%. En el mes de marzo en particular, el crecimiento del empleo fue de 0,6%. Según la misma fuente, el crecimiento anual es el máximo histórico de la serie. Bien.

La Argentina en el mundo

El tratamiento de la problemática argentina en el mundo es inagotable y varía según presidentes, embajadores y cancilleres.

La plataforma presentada por Kirchner dice : ’queremos reinstalar a la Argentina en el mundo, recuperando una posición de dignidad y fortaleza que nunca debimos perder’. Una consigna aceptable, que de alguna manera se está llevando adelante, empezando por la heterogénea recepción de visitantes de concepciones políticas diversas y la insólita reunión en un mismo salón del heredero al trono español y Fidel Castro, o los viajes de Cristina a Washington y Néstor a Río de Janeiro. El Calafate como escenario de reuniones. La distancia frente a la posición de Estados Unidos respecto a las Naciones Unidas. El fin de ’las relaciones carnales’ sin crear incomunicación. La defensa del MERCOSUR en detrimento del ALCA. Desobedecer las recomendaciones del FMI.

Parece que el respeto que el presidente se ganó frente al resto del mundo es el primer y mejor paso para que ese respeto se traslade al país entero. Que continúe.

Las expectativas de la sociedad son claras, y parecen ser las mismas que las del presidente : estabilidad económica y social para nuestro país. Seguridad, empleo, justicia. Que los argentinos podamos vivir cómodamente, y en paz.

A un año de mandato, Kirchner genera reacciones adversas, de agradecimiento y de reproche, con un balance con rasgos positivos y negativos, de promesas cumplidas e incumplidas.

La sensación es de conformidad. Parece ser un ’bueno, no está tan mal’. En términos generales, tenemos un buen gobierno. Hay dos opciones : aferrarse a los detalles o hacer la vista gorda. Queda en cada uno.

Buenos Aires, 24 de mayo del 2004

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